Destinados (NejiSaku)

Capitulo 4

Sakura se puso la almohada sobre la cabeza, intentando ignorar el ruido que provenía de su puerta. Se dio la vuelta y se tapó con la cobija, pero el ruido no disminuyo sino que aumento hasta el punto de ser insoportable.

‹‹Maldición›› pensó tirando la almohada, se quitó la cobija a punta de patadas y salió a regañadientes de la cama.

Al otro lado de la sala, Sakura vio como la puerta se movía ligeramente a causa de los golpes. Intrigada, se acercó al pomo de la puerta y la abrió. Allí estaba Ino con una cara de poco amigos y unas ojeras que le llegaban casi a las mejillas. Sakura aun sorprendida por la visita le hizo un ademan para que entrara.

—¿Todo bien? ¿Qué pasa, Ino?

Ella no le dio ninguna respuesta. La empujo con la mano y después la arrastro hasta el sofá.

—¡Lo odio! —grito mientras alzaba el brazo hasta el rostro de Sakura, que la seguía viendo sin comprender que hacia allí y porque estaba tan molesta.

—La verdad, no entiendo.

—Ese estúpido de Shikamaru se burló de mí, en frente de Sai ¡de Sai! Lo juro, Sakura, que cuando lo vea lo voy a matar.

—Y por eso no dormiste. Ay Ino, Sai ni debe acordar  lo que dijo Shikamaru sobre tu poca habilidad.

—Claro que sí, me humillo en el campo de entrenamiento ¡Quede como una tonta!

Al escucharla, Sakura se levantó de golpe recordando lo del día anterior. Había olvidado por completo que debía ir al campo a encontrarse con su nuevo maestro. Y para su mala suerte faltaban diez minutos para presentarse ¡y ella aún estaba en pijama!

—¡Ino vete! —dijo mientras subía las escaleras de dos en dos— Tengo entrenamiento.

—¿Ah? Kakashi siempre llega tarde ¿Cuál es el problema?

‹‹Que no sé si es Kakashi›› pensó corriendo de un lado a otro en la habitación. Se quitó la pijama y se puso su ropa habitual de entrenamiento. Ino aún se escuchaba en la sala quejándose de Shikamaru. Sakura rodó los ojos, estaba más preocupaba por llegar que por escuchar las técnicas de tortura que usaría contra Shikamaru. Bajo las escaleras mientras se ponía los guantes.

—Después me terminas de contar. Tengo prisa ¡Adios!

Ino se quedo con la palabra en la boca viendo como su amiga se alejaba por la  calle y al dejar de verla se preguntó si ocuparía las armas que había dejado sobre la mesa.

—Seguro no —dijo cerrando la puerta.

Más allá, Sakura corría con todo lo que daban sus piernas, doblo en varias esquinas para acortar el recorrido. Se sentía un poco curiosa por saber de quien se trataba. El día anterior había pensado en cada uno de sus amigos y conocidos mas poderoso, pero ninguno parecia alguien que quisiera entrenarla.

 Corrió a mas velocidad al ver la maya negra que distinguía el campo.  

Continuo corriendo con la esperanza de que su nuevo maestro no estuviera allí. Esquivo a varios aldeanos que se le atravesaron y aumento el paso al ver el camino de piedra hacia su destino.

Al acercarse vio que el campo estaba vacío, sin sacos o muñecos de tiro, sin personas y sin maestro, lo cual fue un alivio para Sakura, que pudo aminorar el paso y calmar su respiración.

Todo el lugar estaba tranquilo, la brisa corría por el césped y movía las hojas de los grandes árboles que rodeaban el lugar en un círculo. Sakura sonrió recordando la primera vez que había entrenado con Kakashi y sus compañeros. Habían sido unos buenos tiempos, del que solo quedaban recuerdos. Suspiro un poco melancólica y dio un paso al frente.