Disciplina © [Yoonmin]

IV

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Jimin no comprendía muy bien cómo había terminado hincado entre las piernas de su profesor de Buenos Modales, quien orgulloso y galante se encontraba sentado en la silla de su escritorio. Lo único que podía hacer era mantenerse tranquilo y en silencio, mirando hacia el suelo mientras el sujeto acariciaba con sus dedos detrás de sus orejas.

Sentía que todo su orgullo estaba siendo doblegado de una forma algo humillante, pero no podía hablar. Ni siquiera se atrevía a moverse porque muy dentro de él sabía que en realidad deseaba con desesperación algo que aún no conocía y, por suerte, Min Yoongi parecía querer dárselo. Y vaya que él quería recibirlo.

Podía todo estar yendo de una forma casi vertiginosa, pero... si el perdón se les da a todos, ¿entonces por qué no pecar?

—Tienes que saber que a partir de este momento voy a enseñarte muchas cosas, Jimin, pero nada de lo que tú no estés de acuerdo.

El hombre mayor levantó el mentón de su alumno y miró con deseo sus gruesos labios para después cruzar miradas.

—Yo no entien...

El señor Min movió rápidamente sus manos para golpear con sus dedos el cuello de su menor antes de que éste terminara su oración y se agachó para hablarle de frente.

—No dije que podías hablar—Jimin asintió sonrojado y Min sonrió ladino mientras acercaba la cabeza de su alumno hasta su entrepierna—. Empecemos con lo más importante, ¿de acuerdo?

—Señor... —el pelirrosado volvió a asentir mirando fijamente el gran bulto que yacía dormido bajo los pantalones de su profesor.

—¿Cuál es el planeta más caliente del Sistema Solar?

—¿Qu-qué?

Jimin alzó sus ojos para encontrarse con la mirada del profesor. Se sentía confundido y molesto por tanto preámbulo.

—Responde, Jimin.

—¿Mercurio?

—Error—el castaño sonrió ladino y, tras mirarlo fijamente por unos breves momentos, se bajó la cremallera y sacó su miembro frente al rostro de Jimin quien no apartó su vista de él. Con suavidad, lo tomó por el rostro y lo obligó a acercarse a esa zona tan íntima—. El planeta más caliente es Venus.

—¡Y-y cómo iba a saberlo? —reprochó el muchacho con su corazón palpitando como nunca. Jamás había tenido contacto con un pene que no fuera el propio y tener uno cerca de sus labios era una experiencia inexplicable. Casi podía oler la esencia de su maestro. Era un aroma a limpieza y virilidad.

—No me repliques—Min empujó un poco más la cabeza de su alumno contra su ingle hasta rozar con los labios rosados que besaría más adelante—. ¿Crees poder recordar que Venus es el planeta más caliente?

—Yo... creo que sí, sí—Jimin se relamió los labios y dio un respingo cuando su lengua tocó por accidente la piel de su maestro. Tan suave. Tan caliente.

—Entonces Venus será tu palabra de seguridad, ¿sabes lo que eso significa? —el menor negó un poco aturdido—. Cuando haga algo que esté fuera de tus límites me dirás "Venus" y me detendré al instante, ¿me expliqué?