Seokjin miró a su amigo con exagerada curiosidad mientras éste estudiaba unas fórmulas que anotaba en una libreta maltratada. Jimin había llegado ese día al trabajo anunciando que se enfocaría en aprovechar cualquier tiempo libre que tuviera para estudiar, por lo que nadie debía de hablarle. Por supuesto, él, como su mejor amigo -o eso esperaba ser-, había ignorado la petición y en cuanto vio la oportunidad se sentó a su lado para hacerle saber que estaba interesado en lo que hacía. Jimin había intentado pasar por alto su presencia, pero al cabo de unos minutos había cedido a la presión y lo había regresado a ver con una cara hastiada.
—¿Qué quieres? —le preguntó irritado y dejó de lado el lápiz con el que anotaba. Seokjin negó con los codos recargados en el mostrador de vidrio que exhibía algunos dulces.
—¿Qué pasa? —soltó sin más, sin ocultar el gesto preocupado en su rostro.
—¿Qué pasa de qué? —Jimin se peinó el cabello con los dedos y se echó hacia atrás en la silla en la que estaba sentado. Por suerte, nadie había entrado a la tienda y él podía libremente dejar sus cuadernos por todo el recibidor. Por desgracia, su amigo se encontraba aplastándolos con sus enormes extremidades.
—Te veo mal, hermano, es como si... Como cuando tu hermano anduvo de zorra y me rompió el corazón.
—No insultes a Nam— gruñó y cerró de golpe su libreta—. No es tu jodido problema si alguien me rompió el corazón, les pedí que nadie me molestara y como siempre vienes a atosigar.
—¿Atosigar? Diablos, Jim, ¿desde cuándo conoces palabras así? —el chico bromeó en un intento para relajar el ambiente y se apartó del mueble. A pesar de que era bastante obvio que su amigo estaba enojado hasta la médula, no quería dejarlo solo. No lo veía para nada bien. Jimin lucía un par de ojeras profundas, su piel estaba más blanca de lo normal, además de seca y, por lo que había observado desde el día anterior, no se encontraba comiendo como debía.
Era notorio que sufría un fuerte mal de amores y creía conocer al culpable. Sin embargo, sorpresivamente, no estaba actuando como él hubiese esperado. Había previsto una tormenta incontrolable de ira. Tal vez consumo desmedido de alcohol o de alguna droga, peleas familiares, riñas con desconocidos, cualquier cosa, pero ni en sus más locos sueños hubiera pensando que el pelirrosa decantaría por un sometimiento a los estudios. O Jimin estaba aún en shock o simplemente estaba madurando.
—No es difícil si sabes leer, tal vez deberías hacer lo mismo de vez en cuando, idiota, la hierba te está consumiendo el poco cerebro que te queda—el chico guardó sus cosas dentro de la mochila que descansaba bajo sus pies y desvió la mirada hacia la entrada cuando un cliente por fin se adentró en el lugar.
—La hierba es la que hace que se muevan mis neuronas con gracia. Y ya que lo mencionas, traigo un poco de demencia en mi mochila, ¿no quieres un poco?
—No, gracias.
—Jim, por favor, ¿qué pasa? Eres como un zombie andante, necesitas relajarte.
—No necesito relajarme, lo que necesito es estudiar, mis padres hablaron conmigo hace unos días, pagarán la mitad de mi matrícula, pero la otra mitad dependerá de una beca. Quiero tener buenas calificaciones.
Seokjin le dio una profunda mirada evaluadora, hasta que finalmente se acercó a él para acariciarle la cabeza con brusquedad.
—Entiendo, pero por favor, ahora dime porqué parece que vas a llorar en cualquier momento, ¿pasó algo con ese profesor?
—No pasó nada con él—Jimin sonrió con cortesía al cliente que se acercó a ellos y lo atendió de inmediato, sintiéndose agradecido por la breve interrupción. Una vez que se fue, sin embargo, tuvo que regresar a la pregunta que se le había hecho—. Simplemente no hice las cosas bien y ahora quiero remediarlo.
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Disciplina © [Yoonmin]
FanfictionLos padres de Jimin han decidido que no pueden más con su comportamiento insufrible , por lo que contratan a un profesor de buenos modales que le enseñará el significado de "disciplina". En un principio, su relación con el señor Min se torna algo co...