Londres 1833 (Actualidad)
Querido Lord Grafton
Milord sé que seguramente le molestará que lo llame tan respetuosamente después de todo lo que hemos vivido en estos meses: nuestras largas conversaciones nocturnas, el ameno desayuno de las mañanas y las tardes de risas y juegos, pero esto no podía seguir así.
Por nuestro bien y el de Celestine tenemos que separarnos.
No voy a inventarme alguna absurda explicación sobre mi huída, solo quiero que sepa que estoy muy agradecida por todo lo que hizo por mí y le prometo de todo corazón que siempre lo llevaré conmigo en mis pensamientos.
Esperó que encuentre lo que está buscando y que sea feliz con una mujer que no cargue con tantos problemas como los míos. Por mí parte no se preocupe, estaré bien, ya hablé con Damien y él se encarga el resto.
PD: le pedí que no revelara mi destino porque sé que usted intentará buscarme y no quiero eso. Lo único que deseo es que estos meses permanezcan como un lindo recuerdo para ambos. Fuí muy feliz.
Por primera vez en mucho tiempo volví a sentirme viva y libre, pero es hora de despertar de este sueño y volver a la realidad.
Adrien acabó de leer la carta y sintió un nudo en la garganta producto de la rabia y la tristeza. La única mujer a la que le había abierto su corazón mostrándole quien era en verdad, se había ido, dejando una insulsa carta a su partida.
Pero ¿Qué había hecho mal?
Muchas cosas, dirían algunos y no se equivocaban del todo. A sus 32 años, después de varios "percances" la vida decidió pasarle factura a sus errores poniendo en su camino a la única mujer que no podía tener.
Ella había aparecido una noche en su puerta como un viento torrencial y con la misma rapidez desapareció dejándolo atrás.
Quería estar a su lado, añoraba escuchar su voz, pero ella había tomado su decisión. Decidió irse con Damien, porque Bleiston era un hombre "confiable" no como él.
¡Eso es lo que todo el mundo pensaba y qué importaba!
Bebió de un trago su vaso de whisky, era su tercero de la mañana mientras apretaba la carta en sus manos. La bebida le provocó un agradable picor en la garganta que le sacó una sonrisa.
Adoraba perderse en el alcohol. Hace un año que no lo hacía, pero este parecía un buen momento para retomar viejos hábitos.
Por la tarde fingiría que todo estaba bien, cerraría unos cuantos negocios, empacaría sus cosas y las de Celestine y se marcharían muy lejos de Inglaterra y de Londres.
Odiaba está maldita ciudad con su alma y ya no tenía ningún motivo para quedarse por más tiempo. ¡Al diablo su título! ¡Al diablo todo!
Cerró los ojos y segundos después los abrió encontrándose con una cara familiar. Su hermanita de 15 años lo observaba con preocupación.
—¡Quiero que vuelva a casa, Adrien!—dijo la pequeña con tristeza.
—Ella se ha ido, Celestine y nosotros tomaremos nuestro propio camino mañana.
La jovencita se aferró a él, abrazándolo.
—Ve a buscarla, estoy segura que si hablamos con ella, volverá.
Adrien suspiró. Su hermana no tenía idea del esfuerzo que implementaba para no levantarse y salir tras la mujer que quería. Pero no podía.
¡No podía!
Los ojos de su hermana lo contemplaron expectantes y llenos de determinación. Lo que acrecentaba su indignación y rabia.
Ella había tomado su decisión, pero y él qué...¿Acaso no tenía también derecho a decidir?
—Es cierto.—gruñó.—Es malditamente cierto.
—¡No maldigas, hermano!—lo riñó Celestine.
—Al parecer tendré que hacerle una visita a Bleiston. No una muy cordial, claro.—ironizó para si mismo y su hermana sonrió.
—Voy contigo.
Celestine se separó de él.
—No vendrás.—advirtió.
—Sí, iré.
La jovencita salió correteando por el pasillo mientras él le seguía de cerca.
Todo era un caos en su vida. Ni siquiera sabía si ella aceptaría volver con él o por lo menos lo escucharía.Desafortunadamente para el marqués, él no se encontraría en esta difícil situación, si desde un principio hubiese hecho las cosas bien, pero apenas recibió su título con 26 años, lo único que hizo es arruinarlo a lo grande.
Desperdició tantas oportunidades de conseguir lo que quería por su maldito orgullo herido y su convicción férrea de que las mujeres eran unas arpías a las que podía utilizar a su conveniencia. Se equivocó.
Y creánlo que si pudiera regresar el tiempo a sus 26 años tomaría otras decisiones, pero no era posible.
Aunque qué tal si empezamos por el inicio...
***
Hola
Bueno como les comenté en un principio el epílogo de Complicando tu historia de amor debía haberlo publicado primero antes de iniciar esta novela, pero quería darles una pequeña introducción ya que no he tenido mucho tiempo de escribir en los últimos días.El epílogo de la novela de Beatrice es importante para el inicio de esta, así que intentaré acabarlo lo más pronto posible y regresar a esta.
PD: Esta novela es distinta a las demás porque nos da un pequeño vistazo del pasado, así que si quieren saber que fue lo que hizo Adrien para terminar dónde está y si logrará recuperar a la mujer que quiere continúen leyendo.
Los quiere
Joha.
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Sanando tus heridas
Historical FictionCuarto libro de la saga "Londres de Cabeza" Sanando tus heridas es la historia de un caballero que perdió la posibilidad de amar dos veces y quizás esta sea la tercera y la definitiva. Adrien Miller a sus 26 años, luego de haber servido casi 6 años...