Síndrome de Estocolmo (Suga)

PARTE 9

Suga alejó el teléfono de su oreja y lo miró desconcertado.

- ¿Quién era? - preguntó la chica, ya bastante calmada después del torbellino de emociones que habían experimentado en tan solo unas cuantas horas.

- No lo sé, el número no estaba registrado como contacto. Se me hacía algo conocido, pero la verdad no se me vino nada a la mente - dejó el teléfono a un lado - ven aquí - abrió los brazos con una pequeña mueca de dolor, invitando a June a que se sumergiera en un abrazo junto a él.

- ¿Te duele mucho? - se acercó y lo abrazó.

- Un poco, creo que no fue nada grave - rió tratando de calmar a June, quien se notaba realmente preocupada por él.

- ¿Tienes algún botiquín de emergencia? - acariciaba suavemente el pecho del muchacho mientas aguardaba por una respuesta.

- Si, pero no es necesario -

- ¿Dónde está? Además, es mas que obvio que la herida necesita algo de atención. No querrás que se infecte ¿cierto? - el joven asintió.

- Se encuentra en la primera habitación donde estuviste - tragó saliva - dentro del armario, en la esquina inferior izquierda está el botiquín - ella se levantó de inmediato, separándose del abrazo y generando que Suga hiciera una mueca gracias al dolor que estaba en su brazo.

June bajó trotando las escaleras y corrió dentro del cuartito al final de un pasillo. La puerta estaba con algunos hoyos, probablemente debido a los disparos que la habían alcanzado. La joven empujó lento la puerta, luego se adentró al lugar. Caminó hasta el armario y comenzó a buscar el botiquín. Lo encontró, pero junto a él había una cajita de madera que le causó curiosidad. Dentro de ésta se hallaba un diario, la pasta de este se veía algo deformada, al parecer efecto de la humedad. Habían un par de aretes de oro con una gemita dentro, un collar hecho con una cuerda y un nombre grabado en él.

Chae-yeon.

June puso el libro en su abdomen siendo sostenido por el short, el saco grande de Suga ayudaba a que este no fuera visible. Las joyas las dejo en su lugar, menos el collar, que lo guardó en el bolsillo de la pantaloneta. Tomó la maletita de primeros auxilios y fue corriendo a donde estaba Suga.

Mientras la joven buscaba el botiquín, Suga tomó su teléfono y el del hombre que estaba tendido en el suelo junto a él, buscó dentro de la tarjeta SIM y anotó el número en su móvil. También anotó el contacto de la persona que había llamado al teléfono anteriormente, apresurándose. Luego volvió a guardar el celular del tipo en su bolsillo con algo de dificultad.

No pasó mucho tiempo cuando la chica ya iba de regreso a donde Suga.

- Perdón por tardar, casi no la encuentro - su respiración estaba agitada, puesto que había corrido para llegar ahí.

El chico asintió con la cabeza sin decir una sola palabra. June se puso de rodillas junto a él y con suma delicadeza comenzó a retirar la camisa. Suga se mordía fuertemente el labio para contener las ganas de gritar e incluso llorar. El dolor que sentía en su brazo era insoportable. La camisa había comenzado a pegarse en la carne viva de la herida, la joven la despegaba con cuidado, pero a pesar de ello el dolor iba en aumento.

June empezó a jalar la camisa que constantemente se adhería a la piel del joven. Este apretaba fuertemente los ojos. Cuando por fin sacó del todo la prenda Suga botó el aire que sin saber había estado conteniendo. La joven acarició el rostro de él.

Prosiguió sacando gasa esterilizada, alcohol, una toalla y algunas vendas.

- Respira hondo, esto va a arder un poquito - dijo June mientras aplicaba alcohol a la gasa. El chico asintió con algo de inseguridad.