9. Boda

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El de cabellos blancos y negros chasquea la lengua y ladea la cabeza hacia un lado -Déjame ver si entendí...- Evie alza su mirada hacia el chico mientras acomoda su cabello hacia un lado -¿Tu plan es no dormir para que no se te haga tarde? ¿Pero esperas que nosotros si duérmanos?- Pone sus manos en sus caderas, lleva puesto un largo blusón rojo con un par de pantalones a cuadros blancos y negros, unos botines negros y un montón de pulseras doradas en sus brazos que se mueven frenéticamente mientras hace ademanes con las manos.

Evie suspira y le mira seriamente -Mañana es su gran día, necesito que descansen- Carlos parece querer replicar pero la peliazul no se lo permite -Yo soy quien estará coordinando todo, así que tengo que estar alerta- Vuelve a insistir aunque a Carlos no le agrade la idea, pues para él no suena justo que su hermana se desvele solo para asegurarse de que todo salga en orden con su gran día, como ella misma había dicho, eso era secundario ¿no? Pero conocía a Evie y sabia que para ella era importante que lo que organizara saliera bien, así que no podía detenerla -La mejor opción es no dormir para asegurarme de recibir a los estilistas temprano para salir de igual forma temprano de aquí listos, tomaremos las fotos y llegaremos minutos antes a la recepción. Será perfecto, confíen en mi-

Carlos frunce los labios -¿Segura?- Vuelve a preguntar y la chica asiente con entusiasmo, el joven entiende que no hay vuelta atrás -De acuerdo... Solo acepto por que sé que si no duermo lo suficiente voy a despertar de malas- Jay ríe por su comentario con nerviosismo, sabe que es cierto. Carlos abraza a las chicas a forma de despedida -¡Buenas noches!- Se despide por ultima vez mientras jala a Jay, esta demasiado ansioso por el siguiente día, se siente como niño en víspera de nochebuena. Esa misma emoción que sienten los infantes en esas fechas la siente él en esos momentos, revoloteando en su estómago y llenando de calidez su pecho y todo su ser.

Jay ríe y lo sigue, Evie mueve la mano de un lado a otro mientras la pareja desaparece de su vista -Adiós, descansen... Mañana es un día importante- Les recuerda con una gran sonrisa. La chica de cabellos lilas acomoda un par de almohadones en el sofá y después se recuesta en este, la princesa sin corona alza una ceja -¿Mal? ¿Qué haces? Ve a dormir-

Antes de que Evie le de un sermón sobre que debe de dormir bien por que el día siguiente seria bastante ajetreado, Mal mueve su cabeza de un lado a otro en negación -Ni creas que te voy a dejar sola en esto- Mal le sonríe con complicidad, como le ha sonreído muchas veces desde que se convirtieron en aquellas intimas amigas. Toma el control remoto y enciende el televisor, su ceño se frunce mientras mira la larga pantalla -¿Vemos una serie o una película?- Pregunta mientras busca algunas opciones.

Evie sonríe cálidamente en dirección a la pelimorada, y no duda en acurrucarse junto a ella en el mullido sofá, poniendo una manta rosa sobre ambas mientras Mal pulsaba el botón del control remoto para elegir algo que ver. Cuando finalmente se decidieron por algo, Evie fue a la cocina para preparar algo de chocolate caliente, preparo de más para que sobrara para el siguiente día, pues sabia que si Carlos se daba cuenta haría un tremendo berrinche.

Y así se la pasaron por un buen rato, bebiendo chocolate caliente, comiendo galletas de avena y viendo una serie de las de que solía ver la pareja anfitriona. Mal empezó a bostezar de pronto, contagiándole algo de sueño a Evie, pero no se iba dejar vencer por el sueño, razón por la que se fue a preparar un café, pero cuando volvio, Mal ya estaba dormida, con una almohada en la cara (Pues la chica odiaba dormir con luz). Evie sonríe y la cubre con la manta rosa que yacía en el suelo. Evie se trata de convencer de que el sueño no la va a vencer, pero de un momento a otro, sus parpados empiezan a sentirse más pesados y no puede evitar los bostezos...

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A lo lejos y entre sueños, Evie logra escuchar toquidos en la puerta principal, Dude esta lloriqueando y rasguñando la puerta, Evie frunce ligeramente el ceño y entreabre los ojos solo un poco para después volver a cerrarlos. Ahora Dude esta ladrando, seguramente quiere entrar a la habitación de Carlos, es el pensamiento que cruza por la mente de la peliazul. Nuevamente vuelve a escuchar toquidos en la puerta que le espantan el sueño...

BellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora