De un día a otro Yuhi se entero de que su padre debía una gran suma de dinero al dueño de un conocido prostíbulo en Alemania, de un momento a otro estaba en otro continente, en otra cuidad, donde no hablaba aquel idioma y donde era obligado a trabaj...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Fuera hacía fresco, pero no demasiado, la noche estaba bien entrada lo cual le permitía ver alguna que otra estrella, aunque eso se dificultara debido a las luces de la cuidad.
—Arthem... —Hablo bajó rompiendo el silencio que había en la limusina.
—Yo... nunca he ido a un lugar así... tal vez si me diera alguna pista podría no dar ningún tipo de problema... ¿no...?
El mayor palmeó su regazo, indicándole al menor que tomara asiento allí y una vez lo hizo le acarició la cintura mirándole a esos grandes ojos.
—Solo necesitas saber dos cosas importantes... La primera, no puedes alejarte de mi en ningún momento, estarás a mi lado siempre. —Dijo mientras colaba una mano bajo su falda acariciando su muslo con una sonrisa socarrona.
—Y la segunda, no puedes hablar ni interactuar con NADIE, debes pedirme permiso para dirigirle la palabra a alguien. ¿Bien? —Se inclinó sobre él, dejando un pequeño beso en su clavícula descubierta.
—Ah, y antes de que lo olvide... Tengo un regalo para ti...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No tardó mucho en aparecer el chofer, abrió la puerta de la limusina y de allí bajo Ryon, esta vez fue él quien ofreció su mano al menor para bajar quien sujetaba el collar que le acababa de ser obsequiado, le había gustado mucho.
Detrás de el se podía observar un hermoso recinto al estilo Hacienda adornado con algunas luces y lámparas en tonos anaranjados y perlas.
Yuhi elevó su rostro ya estando en el suelo, aún sin soltar la mano del mayor, sus ojos brillan, pero intento no mostrar demasiado asombro.
Aquel lugar parecía sacado de un cuento de hadas.
Al notarle tan fascinado no pudo evitar sonreir y rodearle la cintura con un brazo.
—Te gusta, eh? Y no has visto el interior...
Arthem se inclinó un poco para depositar un pequeño beso en su cabeza y comenzar a avanzar hacia la puerta principal de la estructura. Detrás, otros pares de limusinas estacionaban y descendian mujeres y hombres ataviados de elegantísimas prendas y la gran mayoría con acompañantes conaiderablemente menores a ellos. Al entrar en el edificio se extendia un vestibulo con pisos de mármol, tapiz de estilo rococó y un candelabro enorme de cristales en el techo, suave musica clásica se distinguía de fondo y parecía venir de un salón aledaño. Algunos meseros revoloteaban de aqui para allá con bandejas, uno de ellos se acerco a Ryon ofreciéndole y este tomo lo que parecia ser unos bocadillos, metió uno de ellos en su boca y el otro se lo ofreció al menor.