—El chico está fuera de peligro, pero tenia un par de huesos en la muñeca derecha dislocados, una costilla fracturada y dos fisuradas, no fue tan grave como para requerir cirugía, pero actualmente le administraron analgésicos y antiinflamatorios para que cuando recupere consciencia no sienta tanto dolor, pero aún así debe mantenerse en reposo constante y bajo observación. —habla la doctora entregándole unos papeles, todo historial médico se encontraba ahora en manos de Arthem.
—La tos con sangre no debería de repetirse pasadas 24 horas y si eso ocurriera tráigale de vuelta de inmediato. —Habla tras dejarle los papeles.
—Ahí está la receta médica y como tomar las dosis, también puede aplicarle hielo cada cierto tiempo para que se desinflame aún más rápido y el dolor baje más. —Sin más informa la habitación donde el chico se encuentra aún sedado.
Una enfermera le guía hasta el lugar indicado, el menor se encontraba con la muñeca y antebrazo izquierdo protegido en una férula y su torso estaba vendado para que la lesión sanara.
—Podemos despertarle ya o esperar a que el sedante deje de hacer efecto por si solo... —Hablo con voz tímida.
Había una vía intravenosa conectada al antebrazo izquierdo del menor por el cual pasaba solución salina con todos los medicamentos que su tratamiento requería.
Arthem escuchó las indicaciones cuidadosamente mientras leía con atención las instrucciones en la hoja que le proporcionaron, al entrar en la habitación del menor tragó pesado al verle en aquella situación.
—Dejemos que el sedante se desvanezca por si sólo... —Dicho aquello fue a tomar asiento en un pequeño sofá junto a la cama.
Tomó su teléfono para llamar a la mansión y dar órdenes de que acondicionaran la habitación principal para que pudieran vigilar a Yuhi y darle los cuidados necesarios.
Miraba de vez en cuando al menor por algunos segundos antes de volver a su celular.
No fue hasta pasadas un par de horas que los primeros signos de que Yuhi estaba consciente empezaron a verse.—Mmh~... —Un suave quejido salió de sus labios, y se ahogó en la habitación, intentó mover sus dedos, pero estaba muy adormecido y le dolía un poco.
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Berlín.
Teen FictionDe un día a otro Yuhi se entero de que su padre debía una gran suma de dinero al dueño de un conocido prostíbulo en Alemania, de un momento a otro estaba en otro continente, en otra cuidad, donde no hablaba aquel idioma y donde era obligado a trabaj...