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Saria tragó pesado al escucharle hablar Japonés, ella era de nacionalidad China y a pesar de que había estudiado algo de japonés, apenas podía entenderle, con trabajos intentó responderle con su muy básico conocimiento del idioma

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Saria tragó pesado al escucharle hablar Japonés, ella era de nacionalidad China y a pesar de que había estudiado algo de japonés, apenas podía entenderle, con trabajos intentó responderle con su muy básico conocimiento del idioma.

—S..si... Los llamaré cuando estés bien... Tienes que estar tranquilo... Y los llamaré. —Enredó los dedos entre sus cabellos, dándole algunos cariños.

Dejó salir el aire que había estado reteniendo, aquel era un buen avance en estado.

Se atrevió a tomar la mejilla del menor y mirarlo.

—¿Te duele algo?

Aquella mentira piadosa fue lo que hizo falta para que se tranquilizara casi por completo.

Tras escuchar la pregunta solo asintió, incluso su nariz seguía sangrando probablemente ya había ensuciado la ropa de cama y las ropas de Saria.

—To-Todo... duele... —Balbuceó entre susurros lastimeros.

Su piel de encontraba pegajosa por culpa del jugo de manzana, y Saria podría ver que no había fractura alguna en su nazis puesto que no se habían oscurecido la parte inferior de sus ojos, tan solo había sido un muy fuerte golpe y varios vasos sanguíneos rotos, pero no había mayor peligro.

—M-Mi rostro... du-duele... —Le dolía hablar por su labio roto, su cuerpo de por sí ya estaba adolorido por lo de hacía unos días, y ahora esto...

—Vas a estar bien... No te preocupes, no pasa nada, déjame curarte. —En cuanto lo notó mas relajado deshizo el abrazo y abrió el botiquin sacando gasas, y agua oxigenada.

Con sumo cuidado le limpió las heridas en su ceja y su labio antes de colocar pequeñas gasas con un poco de cinta quirúrgica. Luego siguió con su nariz, el sangrado ya habia parado un poco asi que sólo limpio toda la sangre que pudo de su nariz y su rostro antes de colocarle un tapón de algodón.

—Necesito que te sientes, si pequeño? —Llegados a este punto volvió a hablar en inglés, intentó apilar varias almohadas para que el menor pusiese recargarse ahí y no provocarle más dolor.

Lo ayudó a incorporarse y en cuanto se acomodo, le dio una pequeña botella de líquido.

—Bebe esto, quitará el dolor...

Estaba volviendo a temblar, pero esta vez muy poquito, era una mezcla de frío y miedo, también estaba El Fuerte dolor que notaba en su cuerpo.

Simplemente asintió y abrió su boca aceptando el líquido, tomándolo conforme llegaba a su boca, intentando no tomarle sabor por si acaso.

Pero estaba tan débil que ni eso importaba, una vez terminó aquel líquido, dejó su rostro caer hacia atrás en las almohadas, estaba cansado de todo.

—Gra-Gracias... —Murmuró.

—Tienes que descansar... Cuidaré que nadie se acerque... —Tras cambiarle la camisa por una limpia, volvió a ayudarle esta vez a recostarse, lo arropó con cuidado y dejo un pequeño beso en su cabello.

Berlín.Where stories live. Discover now