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Mientras escribíamos esto discutíamos en su poner o no una advertencia de algún tipo...

No podemos decir que somos decentes por hacer eso, si no más bien consideradas, no podemos ser decentes tras escribir semejantes marranadas xD

Sin más, lean bajo sus propios riesgos, el capítulo ta' juerte.

Sin más, lean bajo sus propios riesgos, el capítulo ta' juerte

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—¿Asustado?

La habitación estaba casi completamente a oscuras por excepción de una pequeña lámpara de luz tenue que se encontraba en una esquina de la sala. Esta estaba conformada por un amplio sillón en uno de los costados, una mesa de cristal al centro con un par de sillas simples y al fondo una cama de tamaño King con sábanas de seda en rojo y almohadones en negro, Arthem estaba sentado a la orilla de la cama con un vaso de licor en la mano, se puso de pie y caminó con pasos felinos hasta Yuhi.

—Has tardado en entrar... ¿Por miedo? —Ya que el menor se había dado la vuelta y podía verle el rostro llevó una de sus manos a su mejilla solo acariciandola por encima con la yema de sus dedos.

—Esta noche te ves encantador. —Dijo entre murmullos con los cuáles delató que había estado bebiendo pues el olor característico del alcohol se escapaba de sus labios junto a las palabras.

Yuhi había optado por no emitir mayor sonido, permaneciendo cabizbajo ¿que ganaría encarándolo?

Exactamente, nada, y en estos dos días que Akikawa le había estado "entrenando" había aprendido algo, guardar silencio si nadie le pedía sus palabras.

A pesar de eso apartó su rostro de la mano de Ryon, no queriendo que éste le toque por demasiado tiempo, no queriendo tener aquel desagradable aroma directo en su rostro.

Incluso había hecho una mueca de desagrado, pero intentando que esta no fuera muy marcada o notoria, lo último que quería era enfadar al mayor.

Inconscientemente retrocedió medio paso, chocando contra la puerta ya cerrada, tragó en seco y noto su corazón retumbar contra su caja torácica, sus palmas sudaron un poco y su respiración se volvió pesada, estaba bastante más nervioso de lo que le gustaría.

—No estés nervioso caramelito, yo no muerdo tan fuerte.

Se alejó un poco para beberse de un trago lo que contenía su vaso y acto seguido volvió sus pasos hacia la cama.

—Ven un momento... Quiero darte algo... —Tomó una caja dorada que se encontraba reposando sobre uno de los almohadones y la colocó en la orilla más cercana al menor.

—Uh... —Un suave murmuro se escapó de los labios del menor, este avanzó a pasos precavidos y temerosos.

"¿Otra caja?"

Berlín.Where stories live. Discover now