Arthem caminó hasta la salida del lugar donde mandó al chófer a buscar su vehículo, el aire estaba frío, llovería pronto.
—Con esa falda te resfriarás... —Murmuró entre dientes antes de bajar al menor e ignorar sus quejidos, y despojarse de su saco revelando debajo una camisa blanca ceñida a la perfección a su cuerpo, lo colocó el saco a su acompañante y volvió a cargarlo, esta vez no como princesa si no por la cintura y acomodandolo en su cadera como a un crío pequeño.
—Si tienes demasiado frío dímelo... —Pudo sentir la respuesta del menor, había asentido.
La limusina no tardó en aparecer frente a ellos y Ryon metió dentro a Yuhi antes de subirse, tomar asiento cerca de una ventanilla y mirar hacia afuera como lo haría el resto del camino de regreso a la mansión.
Esta vez Yuhi estaba sentado a su lado por lo cual se permitió el lujo de apoyar su cabeza en el hombro de su mayor, aún estaba asustado y sentía tranquilidad a su lado.
—¿Puedo dormir un poco? —Susurro, pues la cabeza le estaba matando en ese momento.
Al escucharlo se giro hacia el y su expresion se dulcificó un instante.
—Claro, deberías descansar... —Arthem lo tomó en brazos como princesa acomodándolo en su pecho y su regazo.
—No te preocupes en cuanto lleguemos te llevaré a la habitación y no te despertare...
Con una mano apartó el cabello que le caía en la frente. Inclinó la cabeza y dejó un beso en la frente del menor.
—Descansa Yuhi....
En cuanto sintió el peso del cuerpo relajado del menor y supo que este ya se encontraba dormido giró su vista de nuevo a la ventana, al menos hasta que llegaron a la,mansión, descendió del vehículo con cautela intentando no perturbar el sueño del menor.
Ya entrados en el lugar se lo llevó a la habitación principal y con cuidado lo recosto en el amplio y suave colchón, le retiró sus zapatos y el abrigo que le había prestado, tomo una toallita húmeda y le limpió de la cara los rastros de lágrimas y maquillaje que habían quedado, decidió no,quitarle la,ropa para no moverlo demasiado y despertarlo, por su parte se desnudó y se metió bajo las sábanas, cubriendo tambien a Segawa con estas y dándole la espalda se dedicó a dormir profundamente.
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Berlín.
Teen FictionDe un día a otro Yuhi se entero de que su padre debía una gran suma de dinero al dueño de un conocido prostíbulo en Alemania, de un momento a otro estaba en otro continente, en otra cuidad, donde no hablaba aquel idioma y donde era obligado a trabaj...