Éramos amigos, Izaya Orihara era mi amigo, estaba tan feliz los primeros días, era mi segundo amigo, aunque no sé si deba considerar a Shinra un amigo, puesto que, solo comenzó a juntarse conmigo porque sentía curiosidad por mi fuerza.
Poco a poco, se desvaneció ese sentimiento de felicidad en mi interior al darme cuenta, que Izaya no dependía de mí como un amigo, de hecho, apenas me dirigía la palabra, eso ciertamente, no es lo que hacen los amigos. Pensé que éramos más unidos desde aquel día que lo encontré deprimido en el techo de la escuela, pero ya veo que no.
¿Cómo logro que se abra más a mí?
Sin duda me irritaba eso, me irritaba más el verlo totalmente pegado a Kadota todo el día, todos los días, incluso en las sesiones de estudio en mi casa, parecía que en su mundo solo existía Kadota o Shinra, yo también estaba ahí, también era su amigo.
—¡Dotachin! ¡Cómprame un helado! —escucho su aguda voz delante.
—Pero será uno barato—le responde Kadota.
—Barato no, ¡uno caro! ¡Caro! —se adelantan un poco para entrar a la tienda.
—Parece que estas celoso—dice burlón Shinra a mi lado—pobrecito, por más que le gusta Izaya no sabe cómo acercarse a él. A pesar que lo has estado buscando todo este tiempo.
—¿Celoso yo? Tonterías—chasqueo la lengua.
Esta correcto, aunque no quiera aceptarlo, Izaya no es como el resto, me di cuenta desde la primera vez que lo conocí, por ende, no tengo ni la menor idea de cómo ser más cercano a él, no puedo decirle simplemente que estamos comprometidos, estoy seguro, que solo lo alejaría con eso, quiero que me preste toda su atención al igual que hace con Kadota, pero, ¿Cómo lo logro?
—¡Estos celos, me hacen daño, me enloquecen!—Shinra imita a un hombre tocando la guitarra.
—¿Quieres romperte algo? —lo sujeto por el cuello y lo suelto enseguida.
—Shizuo, mi querido amigo Izaya, no es un tipo fácil. Ha tenido que pasar por muchas cosas para llegar a donde hoy está, incluso yo, que le conozco más tiempo, no se todo sobre ese dolor que oculta.
—Quiero esperar a que me lo cuente por su propia voluntad, no me gustaría entrometerme de más.
—Te comprendo, pero a veces, hay que insistir.
—¡Apúrense chicos! —nos grita Kadota de nuevo afuera de la tienda.
Inesperadamente en el regreso a casa, Shinra y Kadota se van por otro camino, lo que me deja a solas con Izaya. ¿De qué se supone debo hablar en momentos así?
—¿Cómo has estado?
—Bien.
—Eso es bueno, yo también he estado bien—soy un idiota.
—Mm. Me iré por este lado—señala la calle a su derecha—nos vemos el lunes—exaltado le tomo del brazo—¡auch! —se queja y lo suelto inmediatamente, recuerdo que él no sabe nada aun sobre mi fuerza, no quiero que me tema.
—No te vayas aun, podemos ir al arcade, ¿Qué tal? —no sé qué estoy diciendo.
—¿Te sientes bien? —pone su mano en mi frente y su contacto me hace calentar, tener su aroma tan cerca es embriagador, esa fragancia a rosas otra vez—te llevare a tu casa, quizás hayas atrapado un resfriado.
—No me enfermo tan fácilmente—tomo su mano con la mía, este contacto se siente bien—somos amigos, ¿verdad?
—Obviamente, si no fuera así, ni siquiera estaría hablándote—su pequeña risa es tan dulce que se incrusta en mis oídos, quiero ver más esa cara y escuchar más esa voz.
—Entonces, invítame a tu casa—mi corazón palpita.
—¿Qué?
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Rosez: School Days |Shizaya|
FanfictionProbablemente, ahora que pienso sobre ello más a detalle, el error en nuestra vida fue encontrarnos ese día, debí correr tan lejos de él cuándo tuve la oportunidad, pero, realmente, la curiosidad hacia Heiwajima Shizuo me gano, quizás, era inevitabl...