Capítulo 5

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—¿Qué?

—Tú has estado muchas veces en la mía, no es justo—desvía la mirada un momento, vuelve a mirarme algo inseguro, siento que soy muy cruel con él, pero no quiero rendirme tan pronto, quiero saber que es este sentimiento en mi pecho.

—De acuerdo—suspira derrotado, me siento como un ganador.

Lo sigo hasta un edifico de lujo, subimos en el ascensor hasta el piso veinte, nos detenemos en la tercera puerta, pasa una llave tarjeta y la cerradura nos permite el paso al interior. Aunque es un departamento grande y espacioso, se siente frió.

—No esperaba a nadie, así que lamenta el desorden—deja su mochila en la entrada y de inmediato lo escucho buscar en los gabinetes de la cocina—siéntate donde quieras—paso a la sala, mi nerviosismo ha aumentado más al cruzar la entrada, estar en su casa es realmente malo para mi salud cardíaca.

—Es un bonito lugar—me pasa un vaso de agua—¿tu familia? —se detiene un momento.

—No vivo con ellos, se mudaron al extranjero hace un año, solo los llamo de vez en cuando—se sienta a mi izquierda.

—Vaya, eres muy independiente—veo un rubor aparecer en sus blancas mejillas, es tan lindo.

—Tu eres mejor que yo, cuidando de tu hermano menor y estudiando, es sorprendente—abraza un cojín para esconder su vergüenza, ¿se puede ser más lindo? Realmente, ¿Qué es esto que siento? 

Quiero besarlo de nuevo.

—Izaya—mis brazos se mueven automáticamente hacia él, lo acerco a mí—sé que sonara loco, pero me gustas—su respiración pega en mi cuello—creo que desde el primer momento en que percibí tu aroma, mis ojos ya no pudieron apartarse de ti—me separo un poco y me quedo sorprendido, su rostro esta totalmente enrojecido junto a sus orejas, se cubre con las manos para evitar que lo vea, mi pecho golpetea más fuerte, si, sin duda, estoy enamorado de él—Izaya—susurro en su oído y noto como se estremece—¿te gusto? —quiero oírlo decir "si".

—N-no, bueno, e-espera un poco—tartamudea un poco—ah—deja salir un suspiro—eres malo, confesándote de pronto—desvía la mirada—¿Qué se supone que diga? No me has dado tiempo de pensar.

—Solo di que si—apoyo su cabeza en mí hombro—no haré nada que no quieras.

—Quiero tiempo para pensar—su voz se ha vuelto más tímida.

—No—lo recuesto en el sofá, con la luz rosa naranja del atardecer entrando a través de los ventanales, su expresión se alza como la más hermosa que haya visto nunca—solo tienes este momento—le aparto unos mechones de la cara—dilo.

—Shi-shizu—su voz se corta—me, me gus—es tan linda su expresión cuando está bajo presión, se muerde los labios nervioso.

—Me iré si no tienes nada que decirme—se sobresalta, finjo levantarme y tira de mi camisa.

—¡Shizu-chan me gusta! —su expresión es maravillosa, con esas pequeñas lágrimas en sus ojos, luce tan lindo—así que, no te vayas ahora.

—También me gusta Izaya—lo beso.

El aire nos falta enseguida, pero su expresión no se detiene, lo vuelvo a besar, lento y rápido a veces, lamiendo y mordiendo sus labios, algo crece en mi interior, parecido a una llama, se convierte en un incendio que consume mi cuerpo. No puedo controlarlo.

Acerco su cuerpo aún más del mío, su piel parece de porcelana reluciente y frágil, quiero romperlo por completo, muerdo su cuello, poco a poco los botones de su camisa ceden ante mi mano, se eriza cuando mi lengua recorre cada centímetro de su pecho, sus pezones son rosados, tan tentadores de morder y lamer como un par de caramelos, su voz es tan sensual que me enloquece más, soltándose en mis brazos y tirando de mi ropa, no puedo ni pensar.

—Más—pide con esa embriagadora voz—to-toca más—lo complazco.

Rozando sus pezones, rosando el bulto que tiene allí entre sus piernas con mi miembro aun cubiertos con el pantalón de la escuela, deslizo lento la cremallera y su ropa interior, froto con la palma de mi mano, su espalda se curvea, arrojo su pantalón que solo parece estorbarnos, él también me acaricia, se siente tan bien, sus finos dedos se deslizan por mi pecho y luego baja para ayudarme a masturbarme.

—¿Tienes miedo? —le pregunto al ver como su cuerpo tiembla.

—Si—me da un pequeño beso—porque se siente bien—la melodía que deja salir es cautivadora, sus gemidos solo me excitan.

Tiento un poco el orificio entre sus glúteos, no puedo creer la suavidad que tiene su piel y lo fácil que se ha vuelto roja ante mis mordidas, sus uñas arañándome la espalda, sus piernas envueltas en mis caderas, lo penetro lento y fuerte, besándolo consecutivamente, ese dulce embriagador aroma lleno de rosas dulces que desprende, me vuelve loco.

Ah, no creo poder ser capaz de vivir sin él, no después de esto.

Así que, por ahora, guardare mi pequeño secreto de la verdadera vez en que lo conocí, solo para mí. 

Rosez: School Days |Shizaya|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora