Capítulo 9

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Hoy es lunes, un lunes de verdadera mierda, luzco terriblemente mal por haber pasado llorando el fin de semana, mis ojeras y ojos hinchados lo demuestran muy bien, espero que las bolsas de vegetales congelados que puse en mi cara por dos horas sean suficientes para disimular, no quiero que Shizu-chan se preocupe más.

Pensé que Shiki-san solo me recogería al terminar las clases, pero al parecer, también me llevara hasta el frente de la escuela el tiempo que dure su pequeña prueba. Al cruzar la entrada a la escuela puedo sentir una verdadera diferencia, cuando no dormía en mi casa, solía esperarme en la gelateria cercana a mi casa y veníamos juntos todo el trayecto, ahora, Shizuo seguramente espera en el salón.

Me siento en el mismo lugar de siempre, el cercano a la ventana, detrás mío siempre lo encuentro, puedo sentir a veces su mirada, deteniéndose en cada punto de mi espalda, tocando mi cabello y acariciando mi nuca cuando nadie ve, él dijo que no cambiarían muchas cosas, tengo miedo de que no sea verdad.

—¡Buenos días! —entra Shinra muy feliz, detrás suyo, puedo verlo, no me mira a la cara, pero noto unas leves bolsas bajo sus ojos—¡me he ganado la lotería! —corre hasta Kadota y yo—a partir de hoy, me ha sido concedido el honor de tomar el lugar detrás de Izaya-kun! —aprieto las manos debajo de la mesa—Shizuo ha dicho que no puede ver muy bien hoy, así que tomara mi lugar al lado de Kadota—ambos toman su nuevo lugar, miro su espalda, no me ha dirigido la palabra en absoluto, estoy molesto, tengo ganas de volver a llorar, me recuesto en el pupitre, sobre mis brazos, dirijo mi vista al exterior, ese del que el vidrio cristalino no puede prohibirme.

Los brillantes rayos del sol de mitad de primavera lo iluminan todo y la agradable brisa juega con las hojas de las ramas de los árboles, pareciera, que se burlan de mi situación.

Voy camino a la azotea luego de terminado el cuarto periodo y de salir de cafetería, al menos, podemos seguir estando juntos ahí. En el pasillo, veo a unos pasos de mí, la cabellera rubia alborotada, avanzo presuroso, estiro mi mano para tocar la suya... la mueve en seguida de mi trayectoria, ¿me ha evitado?

—Ah, hola—habla extraño—perdona, debo ir a ver al sensei, adelantate—regresa en dirección contraria a la que iba.

¿Qué diablos ha sido eso?

Aunque dijo que no estábamos terminando oficialmente, ha seguido ignorándome y evitándome durante las siguientes semanas, ya que es muy doloroso pensar lo que esta haciendo, también comencé a evitarlo, ya casi es un mes de esta prueba.

No quiero dudar acerca de nuestros sentimientos, si estoy solo, es inevitable que me cuestione muchas cosas, estresándome por todo esto, ya quiero que termine.

Realmente no me he equivocado con Dotachin y Shinra, les conté acerca de lo sucedido, me dieron su apoyo, ambos suelen turnarse en los descansos para pasar la comida con Shizuo o conmigo, lamento mucho haberlos puestos dentro de la caja de pandora, soy un terrible amigo.


Las tardes después de la escuela, son ruidosas y enérgicas al haber sido incluido en el área laboral de la Familia Awakusu como informante, pero siguen pareciendo lentas y vacías mientras los segundos transcurren, la soledad solo aumenta dentro de mí con cada día que no cruzo ni una palabra con Shizuo.

Ah, ni siquiera tengo ganas de comer nada.

[...]

—Iza, no has toca tu carpaccio—exibio Akabayashi—¿quieres ordenar algo más? ¿Qué tal una caprese? —cuestiono ligeramente preocupado por el poco apetito que había mostrado el muchacho.

—Gracias, no es necesario—levanto su mano ligeramente y el mesero se retiró con el platillo intacto—no tengo ganas de comer.

—Matarte de hambre no hará que anule mi decisión—menciono Shiki bebiendo su copa de Pinot Noir.

—No es esa mi intención, solo—trato de explicar.

—¿Qué? —le miro por sobre el borde de la copa, esa mirada que solo un padre puede dar, capaz de hacerte callar y tragarte tus palabras.

—Nada, olvídalo—se levantó de la mesa, dejando la servilleta—volveré por mí mismo.

—Izaya—palmeo su espalda—lo has hecho bien—fue lo mejor que el pelirrojo pudo decirle. Lo vieron retirarse en silencio, sintiéndose culpables.

Dejo el restaurante con gran pesadez, quería estar en la casa de Shizuo para almorzar, porque la comida que solía prepararle podía hacerle recordar los días en que vivía con su madre en ese estrecho apartamento.

Las calles estaban llenas de gente a esa hora, divirtiéndose en la variedad de objetos superficiales que los centros comerciales podían ofrecer a buen precio, entro en un restaurante familiar de menor clase que en el que había estado hace unos minutos, ordeno en la barra un almuerzo completo, lo dividiría al llegar a casa y ese sería su almuerzo en el descanso del siguiente día, no tendría que volver a comprar eso si tan solo pudiese estar con Shizuo y no quería molestar a Shiki con ello.

Después de todo, Shizuo había comenzado a llevarle su almuerzo todos los días desde que habían comenzado a salir como pareja, su paladar ahora ya detestaba el insípido sabor de la comida industrializada, que al igual que él, se sentía tan vaciá.

Salió del lugar, miro al frente y lo vio, su ex-amante platicando casualmente con una chica de su escuela, ¿Cómo era eso posible? ¿Desde cuándo tenia amigas? ¿Por qué carajo él no lo sabía? Intuitivamente se escondió detrás de un buzón azul, noto que la chica le entregaba algo, ¿una carta?, Shizuo asintió sonriendo, la guardo en su cartera y comenzó a caminar a su lado por la avenida, siguiendo el flujo de los transeúntes.

Sus piernas temblaban, estaba dudando de todos los momentos que había oído a esos labios pronunciar su nombre y los "te amo" entre sabanas y sonrisas, antes de poder llorar, hecho a correr a su departamento.

Se puso su mejor ropa y se encamino al bar de su padre, bailo toda la noche con un par de copas en las manos, no quería quedarse en casa porque seguro terminaría llorando al recordar lo que Shizuo hizo esa tarde.

Si iban a abandonarlo de todas formas, él podía abandonarlo antes y mejor. ¡Él podría conseguir a quien quisiera con solo chasquear sus dedos! ¡Solo su nombre completo tenia tanto poder! 

Sí, no se volvería a preocupar por Shizuo.

Rosez: School Days |Shizaya|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora