Red Code | American Assassin | Dylmas AU

Epílogo

Observó la taza de café que yacía frente a él. Sabía que el líquido se había enfriado un par de horas atrás. Un suspiro se fugó de sus labios poco antes de terminar por llevar la diestra al periódico que había abandonado sobre la mesa de madera, apenas unos momentos antes. 
Acomodó los lentes de sol sobre el puente de su nariz dando un último repaso al escenario que se alzaba a su alrededor.

Un suspiro se fugó de sus labios al instante en que leyó el encabezado el artículo, donde el nombre Ava figuraba como ganadora en las pasadas elecciones. Las noticias volaban y probablemente el resultado del proceso electoral no hubiese ocupado tantas planas, de no haber sido por la explosión que acompañó al cierre de campaña de la ganadora.

Eso había sido apenas dos meses atrás.

Mitch cerró los ojos durante un largo minuto, terminando por doblar el papel frente a él antes de volver a enfocar su mirada hacia un punto inexacto de la nada.
Todo había acabado relativamente bien. No hubo más muertes de las necesarias. Stan le había cuestionado por haber liberado al británico, pero al final, todo se había reducido a una incómoda charla que finalizó cuando Mitch se retiró.

Ahora estaba lo suficientemente lejos de América como para continuar dándole vueltas al asunto. Kennedy le había asignado un caso en Vienna, algo sencillo, un poco de investigación. Mitch lo había tomado sin dudar, sin siquiera imaginar lo jodidamente aburrido que sería tomar una simple misión de reconocimiento.

Soltó otro suspiro al tiempo que volvía a regresar su mirada a la taza de café que descansaba sobre la pequeña mesa de madera. La joven mesera había vuelto apenas un par de minutos atrás, rellenando el poco espacio que quedaba en el interior de la porcelana.

—El café está frío. Dos terrones de azúcar estarían bien, pero tres harían la diferencia.

Mitch alzó la mirada por un instante, arrugando ambas cejas al tiempo que la silla frente a él, acababa por ser ocupada.

—Me gusta el café frío por las mañanas.

Los mieles se encontraron con los pardos una vez más. Thomas sonrió en consecuencia y Mitch simplemente, le secundó.