Me encanta recordar aquellos sentimientos que me hacían sonreír hasta que las comisuras de mis labios dolieran.
Y he aquí, cuando una historia de amor pintada de colores pastel tiernamente en un triste lienzo es lanzada brutalmente a la basura.
Entonces... lo acepto.
Acepto que me equivoqué en ver esos precioso ojos del color del café o la miel, como más te guste imaginarlo a él.
Dudosamente acepto también, pero más no fue mi culpa, ver ese amor que derrochaban esos tiernos ojos. Y sentir amor en aquellos abrazos cálidos y amorosos.
Entonces, si debo de aceptar que fue un error ignorar lo que sentía al ver sus ojos, lo acepto.
Pero jamás me arrepentiria de haber amado más que a mi propia alma a ese sujeto, tan amoroso y pegajoso, existente en un mundo lleno de maldad y suciedad.
Así que, acepto todo y cuanto daño pudo haberme echo, de cualquier forma, la vida siempre está ahí.
Siempre iba a estar ahí. Y acepto que tuve miedo intentar regresar a su lado, cuando los tiempos se hicieron malos.
Lo acepto...
Podré aceptar tantas cosas, sólo que no aceptaré que al final, cuando tuve miedo de regresar a su lado, le dí valor a muchos otros para que cuidara y estuvieran a su lado.
Como ya eh dicho y te habrás hartado hasta el cansancio de leer que lo amaba tanto, no podía evitar que se undiera lentamente en esas horribles arenas movedizas. No dejaría que eso dulces ojos que solían brillar como el sol, se apagaran.
Entonces, lo acepto, lo acepto, lo acepto. Acepto la cobardía, la poca valentía, el esfuerzo, y muchas otras cosas más que hice sólo por él.
Pero es que, nunca habría podido haberme negado al escuchar su linda voz y ver a esos ojos del color del café.
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SU CORTO AMOR
Teen FictionComo una arcilla moldeada para rellenar ese corazón roto, o quizás una taza de café para entibiar aquéllos pensamientos que irrumpen en nuestra mente a cierta hora... algo poco y muy paradójico. Algo que nos recuerde que de muy jóvenes lo que el amo...