Aproximadamente dos millones de personas transcurren en un año el aeropuerto de Londres, siempre soñé ser parte de esos dos millones, y por fin pude ser parte de ellos. Pero, en vez de tener una linda recibida de la hermosa ciudad de mis sueños, el...
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Nat se encontraba en la casa de los Holland viendo las fotografías que, por fin, Nikki se atrevió a mostrarle a la chica. Siempre se excusaba de que no las tenía a mano o que tenía otras cosas que hacer, pero, ahora que su hijo y la chica por fin se habían atrevido a dar un paso en su relación, no le daba miedo mostrarlas.
―Están hermosas.― Dijo Nat maravillada.
―Tom y tu hacen una pareja muy linda.― Nikki les mostró las fotos de ambos y Nat sonrió sonrojada al ver las fotos con el chico.― ¿Puedo subir una de tus fotos? Sales muy hermosa como para no hacerlo.
―Sí, claro, no tengo problema, pero...
―Tranquila, las que sales con Tom quedaran solo para nosotras.― Sonrió de forma cómplice y Nat rió.
La puerta se abrió y una Tessa agitada entró corriendo por ella, se lanzó al regazo de la chica y la empezó a besar efusivamente.
―Hola, guapa.― Nat jugó con ella y Tessa movió su cola feliz, mientras la chica reía al sentir la lengua de la mascota en su oreja.
― ¡Tessa! Ven aquí, guapa, deja a Nat tranquila para que también la pueda besar.― Tom llamó a Tess y ella corrió a los pies de su dueño. Tom se acercó a Nat y apoyó sus manos en el respaldar del sillón para poder inclinarse y darle un beso a su chica.― Hola, guapa.
― ¿Por qué me saludas al igual que yo lo hice con Tess?― Nat rió y Tom negó divertido al ver que la chica había arruinado su momento romántico.― Ya, ya, me callo. Hola, guapo.
La madre del chico carraspeó para hacerse notar y la chica se sonrojó al acordarse de que la mujer todavía estaba con ella en el salón.
―Hola, mamá.― Tom se acercó a Nicola y le dio un beso en su mejilla.
―Hola, cariño.― Nicola le revolvió el pelo al chico y se levantó para poder dejarlos solos.― Te mando las fotos por correo, Nat.
―Bueno. Gracias, Nikki.
Tom esperó a que su madre se fuera de la habitación para sentarse a un lado de Nat y atraer las piernas de la chica encima de las suyas.
― ¿De qué fotos hablaban?
―De las que hicimos juntos la otra vez ¿Te acuerdas?
― ¡¿Todavía no te las mostraba?!― Le quitó su celular a la chica cuando lo sacó para ver el correo que Nikki le acababa de mandar.― ¡Están increíbles! ¿Las vas a subir a instagram?
―Esa es la idea.― Nat dijo con una sonrisa mientras las publicaba en su perfil. La chica sintió algo en sus piernas y bajó la mirada a ellas para encontrarse con una pelota y la cara de Tessa a unos centímetros.― ¿Quieres jugar, preciosa?― Nat agarró la pelota y la lanzó a un lugar despejado del salón.
― ¿Te parece sacarla a pasear? No lo he hecho desde que llegué y debe de estar con muchas ganas de correr.― Tessa le dejó nuevamente la pelota en sus piernas y ella asintió con una sonrisa mientras fingía tirar la pelota de nuevo. Tessa salió corriendo, pero, se quedó quieta al ver que no caía la pelota.― Eres mala.
