Aproximadamente dos millones de personas transcurren en un año el aeropuerto de Londres, siempre soñé ser parte de esos dos millones, y por fin pude ser parte de ellos. Pero, en vez de tener una linda recibida de la hermosa ciudad de mis sueños, el...
Wow, chica, te veo en todas partes 😆Este capítulo va dedicado para ti @XMaya-Rose , gracias por tus votos y tus comentarios. Espero que te esté gustando la historia y seguir viendo tu nombre en mis notificaciones.Bye, bye.
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Cuando llegaron al hotel, eran pasadas de las dos y media de la mañana y, a pesar de haber dormido gran parte del vuelo, ambos chicos se encontraban agotadisimos.
Nat dejó su maleta en el suelo y buscó algo para poder dormir. Abrió la maleta y gruño al saber que sus pijamas estaban en el fondo de esta.
―Ponte mi camiseta, yo voy a dormir solo en ropa interior.― Tom se quitó su camiseta y se la lanzó a la chica. Nat se quedó mirando al chico mientras este se desnudaba y se mordió el labio al saber que todo eso era de ella.― ¿Nat?― La chica dejó de ver el cuerpo del chico y lo vio a los ojos con una pequeña sonrisa. Tom rió y se acostó por fin en la cama.
Ambos estaban con las luces apagadas, pero, a pesar de que Tom estaba cansado, no podía dormir. Suspiró y se acercó a Nat, que se encontraba dándole la espalda, para poder abrazarla. La chica se sobresaltó un poco al no esperarse que el chico pasara su brazo por su cintura, pero, sonrió al sentir el calor de su novio y se acurrucó en él.
A la mañana siguiente, Nat despertó antes que Tom y se quedó mirando unos minutos la puerta del baño. Se estiró y se giró para poder despertar a Tom, pero, al verlo dormido pacíficamente, decidió esperar unos minutos.
El chico estaba durmiendo de lado y con su mano en el estómago de la chica, por lo que Nat tenía la vista perfecta para contemplarlo. Se arriesgó a estirar su mano y a acariciar suavemente la frente del chico, bajó por su sien llegando a sus pómulos y perfilando la nariz del chico. Tom suspiró al sentir el toque de la chica, pero, siguió con los ojos cerrados dejándose acariciar. Nat se dio cuenta de que ya había despertado, pero, siguió acariciando con un dedo su rostro. Acarició los labios del chico y luego se acercó suavemente a darle un beso que el chico respondió con gusto.
―Buenos días.― Susurró. Tom abrió sus ojos para encontrarse con los de color esmeralda de su chica.
―Hola, hermosa.―Ahora fue Tom quien le dio un beso y luego vio la hora.― Todavía es temprano ¿Quieres ir a tomar desayuno?
