Capítulo 16: Mi primera vez

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Acabamos sudadas, desnudas y tumbadas boca arriba, mirando al techo con el pulso a mil y sujetas de la mano. Yo no podía oír nada, me pitaban los oídos de una forma increíble, tampoco podía ver gran cosa, tenía la vista nublada. Tan nublada que nunca supe en que momento caí dormida y en que momento dejé mi cuerpo.

Sin más estaba allí, flotando en medio de una caja desconocida. Me llevó unos segundos darme cuenta de que era el gimnasio de Sara y de que estábamos dormidas acurrucadas en el suelo acolchado, con una manta que Sara había sacado de alguna parte. Debía haberlo planeado muy bien... 

No tenía corazón el pecho que me doliese en aquel estado, pero me encontraba tan emocionada que habría llorado de nuevo, aunque fuera como fantasma. No me llevó mucho tiempo ver que Sara Oldstone no era igual que el resto de chicas a las que había visto antes desde el plano astral. Pude recordar que ya la había visto antes, cuando estuve en la enfermería, pero no fui consciente. 

Con temor a despertarla, pues podría asustarla sobremanera, me acerqué a observar su "recipiente". La herida de su hombro deslumbraba de un color plateado intenso. Pude ver que se mezclaba con el resto de energía de su cuerpo, la cual parecía de un color gris muy, muy claro, y que al hacerlo soltaba pequeñas chispas doradas, muy fugaces. Era hipnótico, y olía a poder, me daba sed. Mucha. 

Cabeceé para quitarme aquella idea de la cabeza. Jamás le haría eso a Sara Oldstone. Esa decisión ya estaba tomada. Pero..., ¿qué era ella? Estaba claro que la energía procedía del mordisco de su hombro, ergo... ¿sí que había sido un licántropo y ella...? ¿Ella qué? No se había convertido en ninguna bestia, pero sabía de las bestias, de los monstruos. Ella era en parte uno, por lógica, ¿no? ¿Me entendería? Seguramente sí, debía contarle mi secreto a la mañana siguiente, se lo contaría todo. Seguramente ya sospechaba algo, de todas formas, si es que no lo había recordado todo por completo ya... Pero íbamos a ser la pareja perfecta.

De cualquier modo, no quería despertarla, así que me elevé y atravesé el techo, para "atacar" a los vecinos. No había contado con que muchos seguirían de fiesta, despiertos y dando vueltas por ahí. Otros no querían dormir para ver a Papa Noel. Ir a escondidas tras setos y asomándome por las ventanas con cortinas fue muy arriesgado, pero finalmente encontré una casa que parecía tranquila y pude beber de los padres con cuidado y volver rápidamente.

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Desperté con el jadeo rítmico de Sara. Abrí los ojos lentamente y la encontré haciendo flexiones a unos metros de distancia, en silencio pero respirando muy fuerte. La contemplé embobada. Estaba en sujetador deportivo y chándal, con el pelo en coleta. Y hacía las flexiones sobre los nudillos, marcando cada una de las fibras de sus brazos y hombros. Ella clavó la rodilla tras hacer más de 50, que yo pudiera contar, y se sentó sudando bastante. Se retiró el sudor de la frente y me sonrió sorprendida al ver que estaba despierta.

—Hola, bella durmiente —¡¿Qué me había dicho?! Me encogí bajo la manta, toda enrojecida, y me di cuenta de que no había soñado lo de la noche anterior, había sido real—. Estaba esperando a que despertaras para darte esto... —noté que se acercaba y me asomé.

Se estaba sentando a mi lado con una bolsa en las manos. Me tapé la boca de emoción.

—¿Me has comprado algo? —asintió muy contenta. Comencé a llorar—. Yo a ti también —me tapé la cara y me encogí.

—Eh, eh, no llores —me zarandeó suavemente, pero yo me sentía demasiado afortunada—. Vamos, ábrelo.

—Espera... —me senté y descubrí que seguía desnuda, me mantuve tapada con pudor—. Te quiero dar el mío también.

—¿Estaba en tu bolsa? —señaló, mi equipaje estaba a un lado, pegado a la pared—. La traje bien temprano para que pudieras cambiarte aquí antes de tener que salir, y así no despertar sospechas...

Astral Arcana II - GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora