Altanería
elevatezza–Perdone no haber prestado atención a su.... – paró en seco y a propósito le envío una mirada un poco despectiva – altanera personalidad, y ante todo "dosis necesaria de lectura"
– ¿Qué está insinuando eh? – se notaba mucho más enojada que antes.Si, discutían, tal como aquel chico de lentes grandes había previsto. Y más que enojado, o aún más, preocupado, se sentía casi emocionado. Se estaba divirtiendo como hacia bastante no lo hacía. Ver el ceño fruncido de aquella pelirroja, y ante todo, verla con su baja estatura intentar imponer, era gracioso.
Y solo estaba intentado molestarla, aún más.
– No insinuó nada ¿Acaso usted lo creyó así? Creo que se delató sola. –
– Usted es un descarado –La chica agarró sus cosas y se fue lo más alejado que pudo de el. Se sentía furiosa.
El rió, y se aguanto las ganas de soltar una gran carcajada. El era lo contrario a ella. Y se sintió una ola de diversión interna. ¿Eso existía? Que más daba.
El tren de la chica pasó. Él se subió.
¿Por qué? Ni siquiera lo sabía, pero tenía ganas (muchas) de molestar a alguien, y la chica se puso en su camino.Aún no quitaba esa idea de ella. Infantil y caprichosa, niñita de papi, millonaria presumida. Y mil cosas más.
No sabía quién era, y tampoco tenía ganas de saber cómo era. Y a pesar de que siempre le molestaba el hecho de que la gente etiquetara, y juzgara. Le dió exactamente igual.
Mientras ella pasaba, solo pudo observarla. Igual que siempre. Y eso que pocas veces la había visto.
Resultó muy curioso ver cómo él sonreía al verla pasar. Quizás algunos creyeran que se trataba de un chico enamorado. Si acaso supieran que se reía de ella....
– ¿Tengo monos en la cara?, ¿O por qué mira tanto?, ¿No le basto con lo del andén? – la voz de la chica sonó más grave de lo normal.
– Tal vez si tuviera monos en la cara me llamaría más la atención – sentenció.A la pelirroja casi le sale humo por las orejas, y se había puesto casi tan roja como un tomate. El río un poco más, y decidió dejarla en paz un rato. Eso no resultaría tan malo.
Parecieron ignorarse durante todo lo que quedó del camino. Pero por más que ambos lo intentaban, ninguno podía hacerlo realmente.
✿✿✿
Habían llegado a su destino. O bueno, casi habían llegado.
Él chico alto la seguía con notable indiscreción hacia donde fuera. “Simplemete, hacia allá voy” respondió con altanería cuando la chica le reclamó embravecida el hecho de que fueran hacia al mismo lugar.
Después de un rato, ella llegó por fin a su verdadero destino.
El continuó su camino.Había podido olvidar un rato el que se hubiera perdido su sketchbook de apuntes. Y así, un día más transcurrió.
“CÓMO SE TE OCURRIÓ LLEGAR TAN TARDE, PARA LA PRÓXIMA TE DESPIDO”
Gritó su jefe realmente enojado.
“Valió la pena”
Reiteró el para no sentirse tan culpable, y empezó su trabajo.
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𝙻𝚎𝚝𝚝𝚎𝚛𝚎 𝚎 𝚁𝚘𝚜𝚎
Teen FictionDonde un escritor sin nombre pierde su diario, y una chica común, roba sus rosas.