Capitolo Tre

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Letras
lettere

Amor
Apenas en 4 letras

La mañana se encontraba fresca, como casi todas en aquella época de otoño. Se estaba preparando para el invierno.

Caminaba y caminaba, ya no buscaba tanta inspiración, justo empezó su nuevo libro, una dramática historia de amor y traición. Pero eso sí, ni siquiera el hecho de tener un proyecto podía cos su fascinación de ver las cosas más mínimas en su camino.

Caminaba casi igual de despacio que siempre, pasaba en el centro de una gran avenida, una hermosa calle con flores por doquier, y árboles cubriendo el cielo de aquel amanecer.

Miró hacia los costados. Una hermosa casa con un bello rosal en la puerta atrajo su atención, aunque no por mucho tiempo.

- Ningún rosal se compara al mío -

Siguió caminando, deseando buen día a los pocos que pasaban ahí, esos que veía a diario cuando pasaba por el mismo lugar, en su colorido y entretenido recorrido mañanero.

✿✿✿

Hacía no mucho tiempo había llegado por fin a la estación del tren ligero.

El andén de siempre lo esperaba, con el lugar de siempre despejado igual que día con día.

Se puso ahí, de nuevo.

Sacó el sketchbook de su portafolio casi vacío, una pluma relativamente fina, y se puso a escribir de nuevo.

Sintió más movimiento de lo normal, detrás de aquellos lentes con mucho aumento, y todas su letras escritas en la más detallada caligrafía.

Al levantar la vista, chocó con una chica que no soltaba su cámara fotográfica. Tenía el cabello pelirrojo, y ante todo, unos ojos que deslumbraban, pero no a él. No. Claro que no.

- Seguro infantil, y ante todo caprichosa - pensó de la chica. De la cual si no hubiera quitado la vista, probablemente observara como ella no le quitaba la mirada.

El tren ligero estaba retrasado. En aquellas pantallas grandes con muchas letras que apenas se podían distinguir con la luz de la misma, decía el aviso tan importante para el chico de cabellos negros.

Se había resignado, ¿Qué más podía hacer? ¿Quejarse? No. ¿Irse? No tenía otra forma de llegar. Así que prefirió esperar.

Pero como todo, la espera termino, el tren ligero llegó, y su mañana comenzó una vez más (a pesar de haber comenzado ya antes de eso).

Alcanzo a ver por el rabillo del ojo, a aquella chica tan curiosa. Era linda, si. Y su elegancia se notaba a kilómetros de distancia.

- Seguro es una niñita rica - dijo de nuevo, poniendo sus moños ante la presencia de aquella desconocida.

Y renegando, pasó por el andén correspondiente. Sin decir nada más, en intentando no pensar, se fue de ahí.

Observó sus cosas con detenimiento. Todo bien. Llevaba todo.

𝙻𝚎𝚝𝚝𝚎𝚛𝚎 𝚎 𝚁𝚘𝚜𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora