IV - Hogar

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Los dos se fundieron en un abrazo amistoso. Krassher no esperaba para nada reencontrarse con su viejo amigo de herrería. Pensó que lo había perdido para siempre cuando descubrieron su orbe y desapareció. Mercer y Blizy se sorprendieron mucho.

—¿Qué haces aquí, tía? —preguntó Ghole, separándose, pero sin perder su emoción

—Estoy de vacaciones, ¿no te digo? —respondió, dándole suavemente con el puño en el hombro

—Increíble, no has cambiado nada en cinco años —rió—. ¿Estás bien?

—Sí, sí. Perdida, desorientada, muerta por dentro, pero ya está. ¿Y tú?

—Aquí, siendo un hacha en la forja —dijo, señalando la herramienta en la que trabajaba.

Krasy fue la única que entendió el chiste. Ambos disfrutaron de una carcajada entre amigos. Los otros dos se miraron extrañados, sin saber muy bien qué hacer.

—Tú tampoco has cambiado en absoluto.

—Hola, sigo aquí, y me siento como una plantita —comentó Blizaria.

—Ay, perdona, Blizy. Resulta que conozco a Krassher de cuando estudiábamos herrería juntos. No esperaba encontrármela de vuelta aquí.

—Me alegra que ya tengáis un lazo —intervino Mercer—. Podréis hacer un muy buen trabajo juntos. Ghole, ¿te importa si le termino de mostrar la facción antes de que os pongáis al día?

—Ningún problema.

Krassher accedió a tomar la última parte de su tour, pero apenas atendió a las explicaciones de Mercer. Estaba demasiado emocionada: no habría imaginado nunca que volvería a encontrarse con Ghole.

Le echaron un vistazo desde fuera al laboratorio de investigación y pasaron rápidamente por las zonas de entrenamiento de orbes.

—Aquí es donde aprenderás a desarrollar tu orbe y tu poder. Si te parece bien, te puedo entrenar yo mismo al inicio, empezando dentro de un par de días.

—Vale, vale —respondió automáticamente. No podía dejar de pensar en Ghole.

—Entonces damos por finalizado el tour. Ante cualquier duda que tengas acerca de Fedryg o cualquier otra cosa, pregúntanos a Blizaria o a mí. Ahora, ve con Ghole. Seguro que tenéis mil cosas que contaros.

Krasy salió disparada hacia la forja.

—¡Krasy! ¡Te esperamos en el comedor al atardecer para cenar! ¡No nos abandones! —chilló para que pudiese oírla mientras corría. No estaba segura de haberlo conseguido.

Habiéndose olvidado por completo de querer pelear con Bliz, volvió a la forja y se pasó ahí el resto de la tarde. Ghole le hizo una guía rápida de dónde estaba cada cosa y se pusieron enseguida manos a la obra. Mientras tanto, Krassher le contó que todo este tiempo había estado trabajando con el vejestorio, lo que pasó en los últimos dos días con el licántropo y lo que le ocurrió a Samis. Ghole hizo lo mismo con su historia: había descubierto su orbe en público a sus dieciséis y no tardaron nada en intentar atraparlo. Por suerte, era la mafia yolinokia la que ocupaba Zodnia en aquel entonces, con lo que pudieron salvarle de manera relativamente fácil.

—Roky me ha comentado que sois siete en la pandilla, y Blizy me ha dicho de cenar. ¿Estaremos los siete juntos?

—No, cenarás con cinco. Yo estaré a solas con una chica, que también es de la pandilla, y que...

Krassher sonrió de forma pícara y le pegó un par de codazos.

—Sí, bueno, se podría decir que hay algo —dijo ligeramente sonrojado.

Los Orbitanes de ZodniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora