Todos tenemos secretos

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Volvamos a París.

Encontraste la manera de que ignorase el atardecer mientras te miraba

Porque el sol se escondía en tus pupilas.

Conseguiste que me dejase abrigar por tus manos

Y me olvidase del invierno.

Hallaste la manera de acceder al desván donde guardo mis pesadillas

Y las compartiese contigo.

Después me preguntaron qué es el amor, y es tan sencillo.

Amor es volver a casa después de un largo lunes fuera.
Quitarse los zapatos.
La camisa.
Y que ya sigas tú.

Amor es salir al balcón a leer poesía.
Sin calcetines.
Con los pies fríos y el corazón caliente.
Y que salgas con silencio y un té caliente.

Amor es dormir tras el vendaval.
Despertarme sin saber dónde puedo terminar.
Jugando al azar.
Pero siempre empezar contigo.


Ven,
quiero contarte la historia
de un tiempo perdido entre tus labios
que no quiero recuperar.

Hasta olvidé mi nombre

Qué amanecer más frío. El cielo parece resquebrajarse en mil pedazos con forma de nubes, dejando paso a un par de copos de nieve derretidos antes de tocar tierra. Y el viento se abre camino entre personas desconocidas para mí, conocidas para otros; amantes, tristes, queridas, olvidadas, felices.

Mucho café y poca esperanza me queda en las manos, ahora calientes sujetando la taza en la que conservo mi dignidad, hasta que se la beba otro, sin darme tiempo a reclamarla.

La ropa en el suelo debería ser recogida, pero temo tropezar y romperlo con mis penas, que pesan demasiado últimamente.

La niebla alcanza la terraza donde flores marchitas viven en las macetas. Secas y con muerte en sus raíces.
Será mejor correr la cortina, antes de que los vecinos se corran con el amor bajo las sábanas; o entre las piernas.

Cada día realizo la misma rutina, esperando que alguien aparezca y la cambie sin mover las piezas de mi alma de su sitio.
Pero ni la rompen,
ni me arreglan.

Y qué hacer cuando está todo deshecho,
qué hacer cuando cuesta más restaurar que destrozar,
cuando perder es mejor que encontrar,
cuando olvidar duele más que amar.


Qué hacer, si pasaste la salida hace tanto, que volviste a entrar.

Secretos bajo corazonadas

Al oído.
Dímelo bajito.
Que la noche no se entere que has vuelto.
Y que el miedo se marche de mis sábanas,
porque ahora estás tú.
Susúrralo a los cuatro vientos,
quiero que todo el mundo sienta que ahora no te sueño
porque eres mi realidad.
Baja a por el periódico, que es domingo
y quiero que los vecinos sepan de mi relación amor-odio con el destino
que ahora te trae de vuelta.
Sube las persianas, que el sol nos acaricie con su luz persiguiendo el amor que regresa con tus ojos negros,
y que ahora me miran como antes.
Cierra la ducha, que hoy te baño con mis besos;
después del tiempo ausente no dejaré que el agua te toque sin mi permiso.

Al oído.
Dímelo bajito.

¿Cuál os ha gustado más? Dejadmelo saber en los comentarios.

Escrito por: Izzy, con s. Si quieres leer más sobre la autora visita su página web: http://unatreguaparaelalma.blogspot.com.es/

XxLena

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