El momento que nunca existió

35 2 0
                                    

Ese momento que nunca existió…

Ese momento nunca tuvo lugar en esta realidad. Nunca fui aquella que estaría así contigo, para ti nunca fui esa opción a valorar. Esa opción a desear tener cerca, a ver todos los días, a sonreír a cada instante, a abrazar constantemente , a hacer reír a cada momento junto a ti, a la que decir todas las noches un “buenas noches, hasta mañana”, a consolar y querer, a apreciar lo suficiente como para querer protegerla de todo.

Simplemente nunca fui para ti una opción en tu vida cuando para mi fuiste La Opción, la única que quería ver, la que quería que se hiciera realidad, la que sin duda será la que no se olvida.

No te digo nunca como me siento, cosa que no debería porque los sentimientos son importantes, pero solo escribiendo consigo acercarme a lo que siento detrás de esa sonrisa casi impuesta, de esa alegría o espontaneidad que intento que surja pese a pensar a cada instante en que hacer, en cómo reaccionar, en que debería decirte y que no. Como debería decirte todo y nada a la vez, como arreglarlo todo para dejarlo en su sitio para calmarme y que cese esta situación.

Tú seguramente jamás leerás lo que escriba, de ello estoy casi segura porque siempre te diré que no lo hagas, que no lo hagas porque entonces haré el ridículo. Me sentiré estúpida por sentir, por ser así, por esperar cosas que no son, por desear algo que no será. Simplemente no sé si soportaría la idea de que lo supieras todo y pasaras de mí, ignoraras todo lo que es importante, todo lo que puede sentir alguien e hicieras como si nada.

Siempre me digo que “Me da igual si no siente lo mismo, que siempre puedo olvidar”, sé que no es así, sé que es difícil, más de lo que me digo pero realmente lo haría si es la única opción. Si no existe esa posibilidad que espero, nunca renunciaré a lo que es una amistad, quizás me cueste, quizás lo pase mal de camino, de camino a ese lugar intermedio que no está en el inicio ni en el final, en ese cielo. Esta simplemente en las escaleras que acceden a él, donde una valla indica que ya no puedes seguir, que ahí se acaba tu recorrido.

Pero eres tan confuso… me quieres y luego no puedes demostrar nada, me querrás como una amistad pero yo no digo nunca un te quiero así como así, yo los digo de verdad, no sé decirlos de otro modo. Simplemente solo digo “te quiero como amigo”, cuando no es así, lo siento tal cual, sin mentiras.

Pero a pesar de todo ahora sé que no puedo seguir así, que no me vale seguir ese camino al cielo. Intenté saltar esas vallas demasiadas veces me imaginé como sería el final, detrás de ese último escalón que siempre quise llegar a pisar.

Me doy cuenta que fui yo, yo soy la que no me deja ir, la que se retiene a si misma esperando algo que no sabe si llegará pero tiene la esperanza de que llegue.

Un gran error, quizás el mayor, de esos que no se olvidan y marcan una historia, los que cambian el final y lo complican todo.

Porque cuando queremos algo con tanto ímpetu, cuando hemos deseado tanto que algo sucediera y crees que va a suceder, crees que ese momento va a llegar y no llega… es cuando te engañas.

Te engañas pensando que sucederá, quieres provocarlo y realmente es algo que no debes provocar, si tiene que pasar pasará, porque no puedes obligar a nadie a que te corresponda, no puedes obligar a ver la cosas del mismo modo, no puedes obligar a nadie a tomar las decisiones que querrías que tomara.

Pero el mayor problema es enfrentarte a esa imagen que creaste, a esos momentos que no pasaron pero pensaste, a esas ilusiones forjadas en tu mente, a ese “ojalá…” que nunca llegó a ser un “ha sucedido…” o un “realmente…”.

Porque en esos momentos en los que creíste en esa posibilidad a la vez cerraste los ojos al resto. Negaste oportunidades que llegaron diciendo lo que tanto creías. Diciendo la verdad, confesando que no podías corresponder de la misma manera, e hiciste bien. Hiciste bien en no aceptar cuando estabas así, cuando tenías esa venda aún en tus ojos, cuando solo querías que te viera quien realmente hacia que sonrieras cada día. Quien conseguía cambiar tu humor fácilmente y llorar por alguna palabra e incluso por alguna situación en la que llegabas a pensar que estabas haciendo una estupidez.

Ahora lo vuelves a pensar y te dices “¿Hice bien? ¿Debería haber aceptado?”.                                

Pero sabes perfectamente esa respuesta. No te arrepientes, no te arrepientes de haber hecho caso a lo que sentías, porque sabias de esa venda que todos veían menos tú. Querías que siguiera ocultándote la vista y solo te la quitara él. Te la quitara para sorprenderte con la realidad, con esa que tanto esperaste, porque solo esperabas que sucediera con tal fuerza que parecía real.

Pero eso no está bien y ahora te das cuenta, cuando es más fuerte y él solo consiguió por su comportamiento hacerte creer que le podías interesar, ahora solo queda enfrentarte y marcharte hacia otro lugar.

Basta de engaños, basta de esperanzas truncadas, basta de esa incertidumbre que te provoca la mayor felicidad y la mayor tristeza dependiendo de su actitud hacia ti. Siempre te lo has dicho y es hora de creerlo, creer que tu sola puedes con todo, que tienes amigos en los que confiar, en los que apoyarte, dejarte sostener por una vez y tener esos abrazos que calmaran tu espíritu, consolarán tus sentimientos.

Ya no pensarás en un día en el que te vea y te sonría, se acerque a ti y te diga que le gustas, que te quiere, que te quiere mucho, más de lo que creyó, que solo quiere que sonrías, que seas feliz. Y entre bromas acabes encima de su hombro, como si no pesaras nada, riendo cabeza abajo y pataleando pidiendo que te baje cuando realmente en tu interior algo grite “me encanta, te quiero, estaría colgada por siempre”. Porque querías que hubiera girado tu mundo aunque solo hubiera sido un instante, un instante fugaz, un salto a ese cielo aunque hubieras caído. Querías ver el mundo al revés, casi mareándote, pero mareándote en sus brazos, mareándote de la forma más hermosa que hay.

Espero que os haya gustado tanto como a mí. Para el próximo relato, me gustaría que vosotros  eligierais el tema es este.

Relato escrito por: C.Vermont

Pag web: http://guapaahoraeselmomento.wordpress.com/

 "Nunca me llevaste a ningún lugar, pero habría ido a cualquier sitio así."

Os deseo una dulce lectura.

XxLena

Montañas RusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora