Las 4 Estaciones

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LAS CUATRO ESTACIONES

Nos enamoró el verano, con el sol reluciente en el cielo, las brisas cálidas del mar y los paseos al atardecer sobre la arena húmeda. Los besos bajo la luna sin nubes, bajo el cielo rebosante de luciérnagas, nos enviaron a un universo paralelo y los arrumacos frente a la superficie ondulada del mar nos convencieron de que nuestro amor era tan real como las gaviotas que aguardaban al alba para volar entre los barcos que arribaban al puerto.

Pero el fresco otoño nos golpeó con su manto ocre y disolvió gran parte de esa continua alegría estival. La rutina, monótona y aburrida, correteando entre pasos de cebra infestados de trajes malhumorados y maletines, fue la culpable de que llegase el invierno.

Frío, indómito y solitario, el corazón se quebró como un carámbano naciente en una cornisa. Nos desnudó, del mismo modo que despojó de su abrigo a los árboles del paseo y los huesos se nos cristalizaron sin calor para acunarlos. El estío no era más que un vago recuerdo oculto entre una variopinta amalgama de obligaciones y desesperos. Las llamas de los besos que nos quemaron se helaron en el contacto con el aire gélido y la relación se marchó, contrariando a la tradición, por Navidad.

Y la primavera, con el renacer de colores, de brillos, de perfumes y vibraciones, hizo acto de presencia con una sonrisa tímida, escalando entre los rascacielos, asciendo por encima de la humareda de polvo y residuos. Llegó despacio, haciendo olvidar el blanco y triste para servir de lanzadera a un verano cada vez más cercano.

(N. de la A.)

Año nuevo, estaciones llenas de cosas nuevas.

Relato escrito por: Chincla SQ

Página web: http://elrincondechincla.blogspot.com.es/

Os deseo una dulce lectura.

XxLena

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