Fire

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Su mente no tuvo la oportunidad de analizar lo que había sucedido varios días atrás, más que nada, por la constante acumulativa de trabajo que lo empujaba al desgaste físico y emocional que lo llevaba a desfallecer en su asiento cuando al fin tenía la oportunidad, así que aunque existiera un espacio libre para confabular teorías, no podía siquiera pensar qué hora era del día. Por eso mismo, cuando ha logrado tener un escape, su cuerpo se deslizó por la pared exterior del supermercado, rendido de tener que sostenerse toda la jornada sin un respiro. Deslizó sus manos hacia su bolsillo izquierdo, sacando el paquete de cigarrillos casi completo.

Necesitaba concentrarse en otra cosa que no fuera los múltiples hilos del pensamiento sobre sus variadas labores.

Es entonces cuando la ausencia de su encendedor se hizo presente, provocando que hiciera un pequeño quejido interno. No quería volver adentro a investigar si estaba guardado entre sus cosas, menos si consideraba que, por más personas que trabajasen ahí, su presencia se solicitaba con la más mínima excusa inclusive en sus fugaces descansos; su cuerpo renunció a intentarlo, la poca motivación de sus brazos desapareció junto a la idea de poder fumar como un escape.

Cerró los ojos unos segundos, procurando imaginar una pradera verde, como una auto guía para la hipnosis para quienes necesitaban un lugar en donde se podrían encontrar. Sin embargo, posee un nudo mental que no permite ir lejos de un pensamiento oscuro, o eso era hasta que pequeñas manchas, similares a los copos de nieve, aparecieron dentro de su cabeza para hacer introducción a una conversación inesperada.

« ¿Necesitas fuego?» la amabilidad de su tono le exigió abrir los ojos, solo para visualizar a una "nube" blanca con una mirada amistosa.

Su mente conectó el suceso anterior con su imagen, y su boca quiso preguntar lo que en el fondo, inquietaba enormemente su curiosidad, solo que su cuerpo no se conectó correctamente a sus ideas y solo asintió por el ofrecimiento. Y de alguna manera, cuando recibió unos cerillos en vez de un encendedor, no le sorprendió, de inmediato su cabeza lo transformó en un "es más ecológico", "salvemos el ambiente" o "los árboles tienen derechos porque están vivos". Esos pequeños mensajes que las manifestaciones hippies otorgaban con una fuerza pacifista.

Un ligero bufido se presentó casi al mismo tiempo que encendió su cigarrillo, llevando el mismo a su boca para dar una calada que pusiera en orden sus pensamientos, y cuando creyó que lo consiguió, lo observó detenidamente, dudoso sobre si indagar en algo de lo que no estaba siquiera seguro.

Su vista se desvió hacia el fósforo ya oscurecido, y comprendió que hay cosas que quizás, simplemente, necesitaban ignorarse, al menos por lo que restaba del día. Al menos como un agradecimiento silencioso por su ignorante rescate.

Así que como una tregua, ha ofrecido uno de sus cigarrillos junto a un lugar a lado suyo.

Cuando menos lo pensó, lo disfrutó más que el propio cigarro.

Peace, Love and WorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora