Capítulo 1

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Abrí mis ojos, sintiéndome apretada y sin respiración.

¿Dónde estoy?

Intenté levantarme pero me di un golpe en la cabeza y justo ahí me di cuenta que estaba encerrada, que estaba atrapada.

El frío me abrazaba, el aire de mi respiración se hacía más pesada y me estaba por dar un ataque de ansiedad.

Estaba angustiada y necesitaba salir de ahí, necesitaba respirar.

Intenté relajarme pero fue un intento fallido entonces empecé ha patear con mucha fuerza pero igual que lo anterior, volví ha fallar.

Cerré mis ojos para intentar relajarme. Justo cuando me había relajado sentí que yo me estaba moviendo, sentía un auto arrancar y llegué a la conclusión que tenía escapatoria.

—Vamos Alexa, tú puedes.— Me dije dándome ánimos.

Le volví a dar patadas, pero con más fuerza hasta terminar completamente cansada y rendida. Giré mi cabeza intentado encontrar algo, pero nada.

Ya pasó un rato y sigo encerrada, sintiendo la angustia aumentar, el sitio era tan pequeño e incómodo así que no ayudaba nada a la situación.

Respiro hondo y vuelvo a dar patadas mientras grito con todas mis fuerzas. De un momento a otro siento chocar y escucho una puerta abrirse seguidamente por otra pero más cercana.

—¿Qué cojones? —Escucho decir alguien antes de abrir la caja en la que estaba encerrada.

Asustada vi a una persona delante mía asombrada, rápidamente veo mi alrededor y caigo en cuenta que estaba encerrada en un ataúd dentro de un maletero. Sin previo aviso golpeo a la persona y salgo de donde yo estaba para correr tan rápido como mis piernas podían, escuché a la persona quejarse y correr detrás mía pero aún así yo no paraba.

Corría sin saber a donde, solo quería alejarme pero me pareció imposible justo cuando aquella persona me alcanzó y me tomó tan fuerte del brazo que no pude seguir avanzando.

—¡¡Déjame!! ¡¡Déjame huir, por favor!! —Grito asustada, intentando golpearle otra vez para soltarme del agarre de esa persona .

—Para ya joder, tranquila.—Escucho que me dice esa persona con dificultad mientras esquiva mis golpes y a la vez me agarra más fuerte del brazo.

—¿Cómo mierdas me voy a relajar, imbécil? Te he dicho que me sueltes. —Vuelvo a levantar mi mirada asustada y a la vez enojada por la frustración de no poder correr lejos.

Seguí intentando alejarme de aquella persona pero su agarre si hizo más fuerte impidiendo un mínimo movimiento de mi parte.

—Escucha.—Miré a esa persona con un poco de temor mientras pensaba en como escaparme de aquél lugar.— No quiero hacerte daño, solo déjame comprender como...como volviste ¿Vale? No te haré daño. —Cuando terminó de hablar me sentí confundida, mi cabeza de un momento a otro empezó a funcionar rápido y crear ideas de las tantas informaciones que llegaron a mí.

Sentí mis piernas temblar y sin fuerzas, como si no tuvieran control. Mi cuerpo de un momento a otro se sentía adolorido y si no fuera por la persona que seguía agarrando mi brazo ya habría caído al suelo.

—Suel...suéltame. —Dije con mi voz entrecortada y con la poca fuerza que tenía en el cuerpo intenté soltarme de él para no seguir de pie y poder sentarme en el suelo. Me sentía exhausta, como si había corrido maratones sin parar, el chico viendo mis intentos de soltarme de su agarre lo aflojó y me ayudó a sentarme.

No estaba tranquila, me sentía rara, mi cerebro trabajaba a mil y sentía que en cualquier momento iba a caer en un sueño profundo al sentir peso en mi interior.

Estaba confundida al recordar verme en esa ataúd encerrada, no entendía como había llegado ahí, mi mente no procesaba la información y mucho menos me ayudaba a recordar. Sentí como alguien se sentaba a mi lado y resoplaba frustrado.

—¿Qué hacía yo ahí encerrada? ¿Qué me pasó? ¿Quién eres? Necesito explicaciones, joder. —Solté de un momento a otro esperando explicaciones, estaba confundida y frustrada por no poder pensar con claridad.

Aquél chico me miró, pensativo y frustrado, como si estuviera en una lucha consigo mismo.

—Mira, Alexa.

—¿Por qué sabes mi nombre? ¿Qué haces aquí conmigo? —Lo interrumpí alterada.

—Sino te relajas no podré hablarte de nada, joder. —Se agarró de la cabeza y respiró frustrado. —Ahora solo habrán más problemas, me echarán y tú serás otro experimento más. —Se soltó la cabeza y se giró a verme.

—¿Experimento? ¿A qué te refieres con eso? ¿Por qué habrán más problemas? Explícame, necesito entender, no comprendo nada. —Nada de lo que yo escuchaba me ayudaba, no me contaba nada y yo estaba más confundida haciendo que me sienta más alterada.

—Llevas ocho meses en coma, al ver que no había avances te quitaron las máquinas y te dieron por muerta. ¿Sabes el problema que se va ha provocar por esto? Me echarán y a ti te utilizarán. —Volvió a tomarse de la cabeza como si así la frustración se pudiese disminuir.

Sorprendida sentí mi cabeza doler al estar procesando esa información de golpe.

—Pero no comprendo ¿Por qué sería yo un experimento? ¿Y por qué a ti te echarían?

Confundida y frustrada toqué mi frente y me la acaricié para calmar el dolor, suspiré sinsentido mareos leves.

—En ésta sociedad siempre se les culpa a los que prácticamente no tienen nada que ver, se aprovechan de su poder y hacen cualquier cosa para dejar su papel limpio y manchar el de los demás, sin embargo, si ellos ven algo que les parece inhumano no solo marcharán tu papel, sino que también te hunden, ¿Comprendes ahora? A mí me mancharán cuando no tengo nada que ver. —Se levantó y me miró. —¿Puedes levantarte sola?

Procesando lo que me había contado, intenté levantarme pero me sentía cansada, no tenía fuerzas.
El chico me ayudó a levantarme y caminamos hacia la camioneta donde se suponía que yo estaba pero en un maletero. Me ayudó a sentarme en el asiento de copiloto y me puso el cinturón de seguridad.

Antes de que él entrase a su asiento hizo una llamada a alguien y luego entró y encendió el motor mientras rápidamente se ponía el cinturón de seguridad.

—Pero no entiendo, ¿Qué tiene que ver eso conmigo en lo de ser un experimento? —Me miró con lástima antes de girarse y comenzar a manejar.

—No soy quién para decirte, lo siento. —Apretó sus labios apenado. —Todavía no puedes saber tanto, acabas de despertar y no es sano procesar tanta información de golpe.

Frustrada intenté recordar algo, sin embargo, era estúpido intentarlo porque solo aumentaba mi dolor de cabeza.

El peso aumentaba, me sentía cada vez más exhausta y sin previo aviso todo se volvió negro.

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Holaaaaas, me siento famosa y apenas me lee la pared. :v

Solo venía para saludar :D así que byes.

FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora