Dos meses habían pasado desde el día que ayudé a Ashton a darse un baño. Muchas cosas habían sucedido en ese tiempo. Mi madre había venido a visitarme en un par de ocasiones para asegurarse que había comenzado con las sesiones de terapia una vez más. Lo había hecho. Había estado asistiendo dos veces a la semana a esas sesiones para poder controlar mis ataques de pánico. Había resuelto que esa salida con mi ex novio a aquella marcha por la igualdad de género me había jodido más de lo que yo pensaba. Aún tenía pesadillas de cómo se había desarrollado ese día.
Habíamos estado marchando por el centro de Cambridge, rodeados de tantas personas como jamás había esperado, la policía había tenido que aparecer cuando un par de adolescentes comenzaron a tirar bombas de humo contra algunos negocios y fue cuando todos comenzamos a correr. En algún momento me había separado de Jacob, mi ex novio, y habíamos tenido que refugiarnos por separado. Todo sucedió como un borrón después de eso. Alguien me había agarrado por el brazo y tirado de mí hacia un callejón, había oído risas y palabras obscenas, no había entendido qué estaba pasando hasta que uno de los tantos tipos que había habido comenzó a tratar de quitarme la ropa. No recordaba sus rostros, no recordaba nada de ellos, excepto el horrible olor a tabaco, el horrible olor a ropa húmeda que había estado guardada por siglos en algún lugar cerca del agua. Y tan rápido como había sucedido, una mujer policía había dado conmigo y había apuntado con su pistola de servicio a los tipos que estaban ahí. Después había visto a la otra mujer policía, quien trató de correr detrás de los tipos. Todos huyeron mientras la primera policía se aseguraba que yo estaba bien. No recordaba haber sido llevada a la estación de policías y encontrarme allí con Jacob cuando ella logró sacar una palabra de mí en mi estado de estupefacción. Ella me había dado una manta, dándome cuenta que mi camiseta estaba hecha girones y podía ver mi sostén por debajo. Incluso el cierre de mis pantalones se había roto. Mi mente había bloqueado la mayoría de los recuerdos, pero sí recordaba lo importante. Un grupo de hombres me habían llevado a un callejón con el único objetivo de violarme. Había tenido suerte que la mujer policía hubiese pasado por ahí.
Durante esos dos meses, mis prácticas clínicas habían finalizado hasta el próximo semestre y con Thomas habíamos sido aprobados con la calificación máxima. La maestra y enfermera a cargo nos había felicitado y agradecido por tal dedicación a lo que estábamos haciendo. La otra chica con la que tuvimos práctica clínica no lo había hecho tan bien, pero había aprobado de todos modos.
Por el otro lado, la amistad que había entablado con Ashton Ainsworth había mejorado muchísimo, había ido a un par de sus juegos de local en Boston con la compañía de Thomas, Grace, Matt y, a veces, alguno de sus hermanos menores. Con Grace incluso habíamos estado conversando casi a diario y, por sus propias palabras, había sabido que Ashton seguía comportándose de manera fría con ella y Matthew.
Ese día en específico, me senté a esperar la siguiente clase, apenas era el primer día de abril, la primavera estaba recién dando indicios de aparecer, los días comenzaban a estar un poco más soleados y el frío del invierno de a poco había ido desapareciendo.
Thomas estaba enfermo en casa desde el viernes pasado y probablemente volvería mañana. Eso me dejaba interminables horas de espera en la universidad, prefería pasar mi tiempo aquí, aprovechando de adelantar las tareas y lecturas, que estar en casa con la que había sido una insoportable Phoebe. Ella estaba teniendo problemas familiares con los cuales no se sentía a gusto, pero no era culpa de Chloe o mía que ella se sintiera de esa forma como para tratarnos tan mal como lo había estado haciendo.
Mi móvil vibró en la mesa de la biblioteca en el segundo piso, había pedido una sala de estudio hacía diez minutos para evitar el pequeño zumbido de las conversaciones en el exterior. Me distraía fácilmente estos días.
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Aprendiendo lo que es el Amor (Amor en Boston #2)
Roman d'amour"No sabía quién era yo por un minuto, ni siquiera sabía dónde estaba. Estaba perdida hasta que me encontraste. Eres lo que estaba esperando, todo lo que soñé y más." -Avril Lavigne