Mama...

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Mentiría si dijese que la sala de la gran mancion Alatriz no se encontraba invadida de un silencio asfixiante en el cual ni el zumbido de una mosca se escuchaba

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Mentiría si dijese que la sala de la gran mancion Alatriz no se encontraba invadida de un silencio asfixiante en el cual ni el zumbido de una mosca se escuchaba.

De los cuatro pares de ojos que se encontraban en ese precisó momento, dos se encontraban puestos sobre la presencia del pobre Omega de piel blanca mientras que los otros dos pares estaban puestos sobre el Alfa de piel amarillenta.

-...¿Mama?...

Fue la única palabra que salio de los labios del Alfa castaño rompiendo - gracias a dios - el angustiante silencio.

Mecoboy - quien en ese momento se encontraba perdido en esos atrayentes y extraños ojos morados - reacciono ante la pregunta del castaño, parpadeando y mirando con confusión al contrario.

- ¿Que?.

- Martha hija, ¿en verdad eres tu?.

Las palabras cargadas de sentimiento del anciano hicieron que se sintiera mas perdido que antes.

- N-no, mi nombre es-

- ¡ESTUPIDO PENDEJO DE MIERDA!.

Las palabras del albino quedaron olvidadas cuando la hermosa voz de Pinchimono - nótese el sarcasmo - hizo aparición al igual que el peli-negro, que apenas llego se abalanzó contra el castaño de ojos morados.

- ¡¿QUE PUTAS TE PASA ESTUPIDA?!.

Rugio el Alfa con evidente molestia al paliducho, intentando quitarselo de encima .

- ¡¿COMO QUE QUE ME PASA?!, ¡ME DEJASTES HABLANDO SOLO EN LAS PUTAS ESCALERAS IMBECIL!, ¡SABES QUE ME CAGA ESO!.

- ¡A PUES QUE BUENO!.

De un solo empujón se quitó de encima al oji-negro tirandolo y provocando que se golpeara la cabeza con la puerta.

- ¡TARADO!.

- ¡MALDITAS PIRUJAS CALLENSE!.

El agüelo se acercó a los dos pendejos bien encabronado y con el baston en el aire para proporcionarles un buen golpe con el.

- ¡AUCH!, ¡PINCHI ANCIANO DEJE DE GOLPEARME! - escupio con odio Pinchimono sobandose la cabeza.

- ¡OYEME!, ¡A MI AGÜELO ME LO RESPETAS!.

Las feromonas de ira que Darkar soltaban mostraban claramente su estado de enojo, eso y la mirada fulminante con la que miraba a su amigo.

- ¡RESPETAME ESTA!, ¡AAHH!.

El Alfa peli-negro saco sus fieles metralletas y empezo a disparar a lo loco, como era su costumbre.

- ¡¿ASI?!, ¡PUES TOMA PERRA!.

Darkar no se quedo atrás, de la nada saco su gran y estupenda resortera tamaño jumbo y empezo a dispararle a su fiel - y pendejo - amigo.

En ese momento se desato una discusion bien pendeja en la distinguida mancion Alatriz.

Golfa seras mi OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora