La feria estaba muy animada. Todo el pueblo se había volcado en el acontecimiento y Minato había preparado unas deliciosas empanadillas para compartir con los allegados. En cambio, su rostro no era muy alegre, todos los presentes se acercaban para preguntar por su novio, a quien Minato empujaba en su silla de ruedas por el recinto.
Tobirama parecía bastante alegre, teniendo en cuenta su actitud actual. Seguía enfadado con el mundo, pero ver que toda la gente se acercaba a él con preocupación, había aplacado momentáneamente su mal carácter. A su hijo Naruto ya ni podía verle. Sabía que Tobirama y él no se llevaban precisamente bien, pero su hijo agarraba al vuelo cualquier oportunidad para mantenerse a distancia. Seguramente estaría por ahí viendo las pruebas y actividades ecuestres.
- Minato, acerquémonos a ese puesto de ahí – sugirió Tobirama, que parecía muy amable ahora frente al resto de la gente, ocultando los trapos sucios que realmente tenían en la casa.
- Claro – susurró Minato con una fingida sonrisa.
Asaban carne en una barbacoa y tenía una pinta exquisita. Ni siquiera los mejores restaurantes de Nueva York habrían hecho algo semejante. Esos filetes eran de lo mejor que jamás había visto. Pero estando en un pueblo en el que se dedicaban a la ganadería y a las barbacoas, no le extrañaba en absoluto.
Minato compró un par de pinchos de carne y le dio uno a su novio para que comiera algo. Llevó el suyo hasta los labios y mordió uno de los pequeños trozos dejando que todo el sabor le inundase. ¡Era increíble!
No estaba nada animado para estar por la feria, pero prefería estar allí a dentro de casa. Al menos Tobirama tenía mejor humor. Sólo esperaba que no se volviera a sus tonterías y simplemente disfrutase un poco de aquel lugar. Aunque para ser sincero, tampoco las tenía todas consigo.
Llevaba unas semanas trabajando con Izuna Uchiha, había descubierto lo que les ocurría a las parras pero descubrirlo no era suficiente. Pasaba muchas horas en el rancho de los Uchiha trabajando para que mejorasen la salud, probando medicinas y otros remedios caseros y por fin parecía que todo iba mejor, aunque él estaba agotado. Cuando llegaba a casa, el trabajo no disminuía. Cocinaba para la familia, llevaba las finanzas del rancho, ordenaba, limpiaba, recogía... ¡Era agotador! Ahora mismo, lo único que le habría gustado era dejarse caer en una bañera de agua caliente y relajarse antes de dormir. Pero estaba allí en esa feria por el bien de su familia.
- Vayamos a ver el rodeo – exclamó Tobirama – todo el mundo habla bien de él y hace años que no veo uno.
- No sabía que te gustaban esas cosas.
- Cuando era niño más, luego me fui a la ciudad y dejé de asistir a estos eventos tan pueblerinos. Ya me entiendes. ¿Es que tú no sientes curiosidad por ver cómo es?
- Me hago una ligera idea. No es algo para mí realmente – intentó sonreír Minato.
- Qué aburrido eres.
¡No es que fuese aburrido! Una parte deseaba asistir al evento y ver a Madara competir. Sabía que lo haría, él mismo le había confirmado su asistencia a ese evento en concreto, pero aun así, saber que podía caerse, ser pisoteado por un caballo desbocado, que podría incluso morir o quedarse paralítico o peor... era algo que realmente no le apetecía nada presenciar.
Minato no quiso pronunciar palabra, ni darle a entender el temor que sentía ante aquellos eventos y los riesgos que él veía. Como no quería discutir debido a su agotamiento físico y mental, decidió que era mejor hacer caso, ir un rato y ya está.
- Está bien, iremos, pero aún quedan diez minutos para que empiece, así que... ¿Qué te parece si comemos esto con tranquilidad y luego vamos al rodeo?
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Tormentas de verano (Naruto)
FanfictionResumen: Ya no podía creer en el amor, pero en aquellas tierras lejanas, en una tormenta de verano y de un hombre que sólo quería arrebatarles su rancho... él se enamoró una vez más por mucho que se resistió.