Habían pasado unos días desde que Minato decidió marcharse. El rancho amanecía con el cacareo del gallo. Por lo general, era su madre la que se ocupaba del pequeño recinto de las gallinas, recogiendo todas las mañanas algunos huevos frescos que servía en el nutritivo desayuno que debía sustentar a todos los vaqueros en su jornada matutina.
- ¿Ya se ha ido Madara? – preguntó su padre, pese a que Izuna estaba realmente inmerso en su gran desayuno.
- Se ha marchado pronto. Creo que iba al antiguo rancho de los Senju. Creo que quiere vivir allí. Está trabajando duro para dejar listas todas las reformas.
- Desde lo de Minato, no deja de trabajar – susurró su padre.
- Madara siempre trabajaba en exceso – sentenció su madre, algo preocupada por su hijo.
- Sí, pero ahora ya se pasa de la raya. Casi ni le veo el pelo por aquí – comentó su esposo, también preocupado por su hijo.
- Quiere independizarse un poco de este rancho, es normal. Itachi y Sasuke se ocuparán de esta parte del rancho y él quiere llevar por sí mismo la otra parte. Es una buena idea. Además no es como si se hubiera ido al otro lado del mundo, está, al otro lado del río – sonrió su madre – y el puente está casi terminado.
- Iré a ver cómo van las cosas.
Izuna se levantó tras pronunciar aquella frase. Realmente estaba preocupado por su hermano. Apenas iba por la casa, ni siquiera solía ir a dormir últimamente. Desde que arregló el tejado del otro rancho, dormía allí. Estaba remodelando toda la casa, arreglando, decorando y reubicando cuartos para hacerla a su gusto.
El moreno, tomó la última tira de carne y caminó hacia la salida mientras terminaba de comérsela. No quería siquiera pillar un caballo, iría en coche que era más rápido. Sasuke e Itachi le observaron, pero ninguno de los dos se movió de la mesa. Ellos preferían desayunar tranquilos y largarse a hacer sus quehaceres en el rancho.
Al llegar a lo poco que quedaba de la antigua casa de los Senju, Izuna redujo la velocidad, entrando en lo que ahora era su propiedad y observando a su hermano hablando con unos albañiles que estaban rehaciendo la cocina. Aparcó no muy lejos de la casa y apagó el motor antes de salir del vehículo. Fue el sonido cuando cerró la puerta, el que hizo que Madara se girase hacia él. Todavía llevaba los guantes de trabajo, pero se levantó un poco el sombrero para ver mejor a su hermano.
- ¿Sigues enfadado o que? – preguntó Izuna con una medio sonrisa en el rostro.
- No estoy enfadado. ¿Por qué lo dices?
- Porque apenas vienes por casa.
- He estado liado con las reformas de la casa y el rancho. Arreglé las goteras del tejado, de hecho he cambiado el tejado entero y el establo está como nuevo, pero me sigue faltando toda la planta baja y...
- Y mamá está preocupada por ti. Cree que trabajas demasiado. También sé que aunque papá lo expresa menos, anda un poco preocupado al igual que mamá.
- Estoy perfectamente. Ya casi acabo las reformas.
- Podrías pasarte al menos a cenar. ¿No crees?
Madara sonrió antes de agarrar la nuca de su hermano y atraerle ligeramente hacia él hasta apoyar su frente contra la suya.
- Se lo preguntaré a Minato. Es probable que no vayamos a cenar.
- ¿Tan mal le caemos porque compramos su rancho? – se separó Izuna de su hermano.
- No era su rancho, sino el de su novio, y no... no está enfadado ni nada así, es más bien todo lo contrario. Creo que esta tarde tendremos toda la cocina instalada y montada. Estoy convencido que querrá probarla – sonrió Madara – así que posiblemente, os invitemos a toda la familia nosotros a cenar aquí. Seréis los primeros en estrenar la nueva cocina.
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Tormentas de verano (Naruto)
FanficResumen: Ya no podía creer en el amor, pero en aquellas tierras lejanas, en una tormenta de verano y de un hombre que sólo quería arrebatarles su rancho... él se enamoró una vez más por mucho que se resistió.