Tormentas de verano (Naruto)

Capítulo 20: Un día con... ¡Los amigos de Sasuke!

- Vuelve a la competición, ¿quieres? Estoy bien – trató Naruto de limpiarse las mal disimuladas lágrimas.

- No, no lo estás. ¿Qué ocurre? – preguntó Sasuke.

- Es una tontería, sólo eso – sonrió pese al camino de las lágrimas aún visible en sus mejillas.

- No se llora por tonterías.

- No estoy llorando, se me ha metido algo en los ojos.

- Hace un momento era una tontería y ahora es algo que se te ha metido en los ojos... no cuadra tu versión, Naruto. Vamos, cuéntamelo.

- Es que... no lo entenderías, tú que siempre has tenido tus amigos... no puedes entender lo que siento.

- Inténtalo.

Sasuke cerró la puerta tras él y se agachó frente al rubio para poder ver su rostro. Sus mejillas estaban coloradas y sus ojos completamente vidriosos. Esperó un poco hasta que Naruto se animó a hablar.

- En Nueva York... ¡Dios! Es una tontería – intentó sonreír al sentir que era una idiotez, pero Sasuke se mantuvo firme arrodillado frente a él en silencio – me gustaba un chico, era nuevo en la ciudad y en el instituto. ¡Vaya gilipollez! – sonrió – yo... tenía a mis amigos y creía que realmente les importaba. Llevo con ellos casi desde la guardería y ahora que me he mudado, no recibo ni una llamada suya y cuando yo les llamo... siempre me cortan enseguida. Hoy quería simplemente hablar con ellos, por no sentirme solo y lo que he conseguido es que me haya intentado cortar rápido y se ha confundido de llamada. Le estaba contando a la otra persona que sólo era yo, que estaba pesado y encima... va detrás del chico que a mí me gustaba. Supongo que ahora ya da igual porque no vivo allí y ese chico ni me interesa pero...

- Pero no está bien ir detrás del chico que le gusta a tu amigo – susurró Sasuke – lo entiendo.

- Ya no estoy allí así que si yo no tengo opciones con él, supongo que me alegraría de que mi amigo sí tuviera oportunidad con él pero, siento que podría haberme llamado para preguntarme o para contármelo, no sé... en cambio siento como si yo nunca le hubiera importado.

- No sé cómo es en la ciudad, pero te aseguro que eso no eran tus amigos – sonrió Sasuke intentando animarle.

- No me anima. Siempre creí que eran mis amigos y ahora... me siento realmente solo. Ya no tengo amigos en Nueva York y no los tengo aquí – derramó amargas lágrimas.

Sasuke se impulsó un poco sobre los dedos de sus pies y alzó su cuerpo hasta que su mano se agarró a la nuca del lloroso rubio, acercando sus labios hasta los de él para poder besarle con suavidad. Ni siquiera era consciente del motivo para hacerlo, simplemente... era un impulso. Verle tan deprimido había levantado en él esa faceta protectora y no ayudaba haber estado las últimas semanas ayudándole con el coche. Ahora que lo conocía mejor, ya no le resultaba tan "niño mimado de ciudad" como el primer día que llegó. Le atraía demasiado ese carácter amistoso y extrovertido, su optimismo, la forma por la que se preocupaba por los demás.

Sus inexpertos labios temblaron ante el contacto pero no se apartaron, dejando intuir a Sasuke que no le disgustaba demasiado su precipitada acción. Se notaba que no había besado demasiado y, sin embargo, sí intentaba mantener el ritmo que Sasuke imponía. La mano libre del moreno se agarró a la cintura del rubio, atrayéndole hacia el borde de la tapa del retrete donde estaba sentado y, por tanto, hacia su cuerpo mientras ejercía presión con la mano de su nuca para poder profundizar el beso.