Una semana después.
Abrí la puerta, miré el suelo y fruncí el ceño.
-. ¿Mamá? - grité.
Sentí unos pasos, y poco a poco mamá se iba acercando a mí.
-. Oh, hola cariño - dice depositando un beso en mi frente -. ¿Qué tal tu día?
Reí.
-. Como si te importara.
Caminé al lado de ella, empujandola levemente con mi hombro.
-. Claro que si me importa Ayla, eres mi hija. Siempre me preocupo de ti...
-. ¡Mamá, no mientas! Desde que murió papá no te has preocupado por mí ni si quiera un poco, ¿si quiera sabes dónde voy después de la escuela? - se quedó callada -. Obvio que no lo sabes, porque no te molestas en mandarme un mensaje diciendo dónde estoy. Estás tan ocupada siendo una puta que te olvidas que tienes una hija en casa - grité y salí dando un portazo.
Corrí a un parque, no habían muchas personas. Desesperadamente saqué de mi mochila mis cigarrillos y mi encendedor. Prendí uno y lo puse en mi boca.
Miré un poco mejor el lugar, es el mismo parque donde vinimos Finn y yo la otra vez. Sonreí un poco.
Me paré y me puse mi mochila, empecé a caminar, no sabía a dónde iba, solo quería alejarme de la casa y mi mamá.Tiré lo último que quedaba de cigarro y lo pise, me agache para tomar la colilla y la tiré en un basurero.
Prendí otro.
Creo que si le contaré a alguien lo que me está pasando, pero no a Kerstin. Pienso ir a una psicóloga, no lo sé, pero algo debo hacer, solo me termino haciendo daño a mi misma.
Caminé un poco más y escuché una voz chillona, la reconocí.
-. Hablando en serio, ¿por qué sigues con ella? - dice la chica riendo.
Me acerco un poco más y puedo ver a Johanna.
-. No lo sé, me encanta tratarla mal, es tan estúpida que me perdona todo - dice la otra persona. Me acerco más y abro mis ojos como plato al ver quien era -. Y apuesto, a que si se entera que tenemos una relación, también me lo perdonara y en un día la tendré bajo mis pies otra vez.
La rubia le sonríe coqueta.
Avery se acerca a besar a Johanna.
Me acerco a ellos, y empiezo a aplaudir, los dos se voltean.
-. ¡Vaya! - suspiro -, ¿saben? yo tengo ese don que cuando sospecho algo, termina siendo cierto - empiezo a reírme -. Yo siempre sospeché que Johanna era una puta, porque el papel de niña buena no te queda mi amor - le apreté una mejilla -, también sospeché que tú - apunté a Avery -, eres un hijo de perra, que no sabe valorar a las personas buenas, como yo... en fin, si piensan que me vengaré o haré algo malo, están pensando mal. No haré nada, ¿saben por qué? porque la gente como tú - apunté a Johanna -, y tú - apunté a Avery -, acaban solas y rotas... por suerte se tienen a si mismos, digo, los dos son iguales - empecé a reírme otra vez.
-. Ayla, de ver...
-. Cállate Avery - lo interrumpo y me acerco a él -. ¿Sabes? Yo de verdad creí que me amabas, que estúpida fui ¿no? Yo te soporté millones de cosas, creía que esto era amor, pero bueno, la gente mierda, siempre, pero siempre, acaba sola y arrepentida - les sonrió y me voy de ahí.
Mi sonrisa se borra y las lágrimas quieren aparecer.
Las gotas de lluvia empiezan a caer, desvaneciendoce en el cemento.
Camino rápidamente hacía la casa de Finn, esa noche que dormí en su casa fue la última vez que hablamos.
Toco desesperadamente la puerta, aparece un Finn algo confundido.
No digo nada y me lanzo a abrazarlo.
-. ¿Ayla? ¿Qué pasa? ¿Estás bien? - dice correspondiendome al abrazo.
Noto confusión en su voz, me separo un poco, y lo miro a los ojos.
-. Quiero quedarme contigo, por favor, deja que me quede aquí - le ruego.
-. Ayla qué pa...
-. Te lo suplico - digo mirando al suelo.
No me dejes sola Finn, no ahora.
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Toxic // •TERMINADA•
No Ficción«Tal vez si hubiera sido más cariñoso, más atento, y menos violento, no se habría suicidado. Ahora la culpa me perseguirá siempre».