˗ˏˋ❣ˎˊ˗IX.

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-Fuaaa boludo, falto un par de días a la escuela y pasa de todo.- Se quejó el de barba. Güemes ya había regresado de Salta, su padre se encontraba mejor... O eso le había dicho su madre, ella quería que ya regresara a la escuela.

-Y sí... Bueno, lo que sí no te la agarres con Sanma, Riva me abrió los ojos y vi que es una pavada mía esto. Obvio voy a seguir en contacto con José.-

-Aún es raro de que lo apodes así... Digo, no paraba de cargarte como Dorrego.-

-Shhh, el mogolico ese es otra historia... ¡Riva!- Vio a su amigo con auriculares con la música al palo. Comiendo de una bolsa de papas. Lógicamente no llegó a escuchar al criollo. -¡Rivadavia!- Lo tomó de los brazos.

-¡La concha tuya, pelotudo!- Gritó agudamente, el joven Güemes no pudo evitar reír al igual que Belgrano. -Sí, sí. Váyanse a cagar.-

-Neaa re agresivo el enano.- Comentó Martín.

-Sos boleta.- Lo miró indignado con cierto toque de picardía. -Eu, Manu.-

-¿Uhm?- El más bajo revoleó los ojos para atrás de los castaños oscuros.

   San Martín estaba entrando al patio del recreo solo, eso era raro. Tuvo la intención de acercarse con sus amigos, pero al ver a Bernardino pegó media vuelta. O eso pensó Belgrano. Caminó a paso rápido atrás de él, pasitos cortos y muy rápidos, otro motivo más para llamarlo Cotorrita.
   Una vez llegó a su amado lo tomó del hombro con miedo. Tal vez estaba enojado por estar con el otro pelinegro. San Martín se dio vuelta y lo miró con una cara de pocos amigos, no había nadie por allí.

-¿J-José?-

-...- Su cara cambió a una alegre y picarona. Acorraló al mayor a una pared y le encajó un beso. -Ahre, no te creas, mi pequeño.~-

-Tarado, me asustaste.- Lo miró molesto pero también le robó un beso. -Bobo.~- Sonrió de manera un poco infantil.

Rió contento. Posó sus manos firmemente en la delgada cintura del de ojos azules. -Así de exagerado te amo.-

   Besó en repetidas ocasiones la mejilla derecha del joven Belgrano, se les escapó algunos en el cuello, los cuales le provocó cosquillas. Se escucharon pasos, no les dio tiempo para separarse... Las precauciones que habían tomado antes fueron al pedo. Se escuchó un débil "Perdón..." masculino, ambos giraron a ver quién era. ¿Es muy cliché decir que fue Manuel Dorrego? Porque así fue. Se separaron... Estaban en el horno.

-¡Perdón, José!-

-No, dejá. Esta vez es mi culpa...- Tomó la mano de su pareja, mirándolo a esos ojos zafiros que tanto amaba.

   Tenían miedo. Si se enteraban sus padres esto iba a terminar mal, ambas familias eran muy conservadoras. Sin contar el terrible material de bullying que tenía Dorrego contra Belgrano.

(...)

-Y mirá, si no está con mujeres es porque son muy insoportables e histéricas.-

-Haceme el favor de callarte, ¿sí? Mi hermana está con alguien bisexual, yo puedo hacer que... ya sabes quién, se fije en mí.-

-... Como vos digas. Que sepas que te estoy ayudando sólo porque tengo miedo que algo malo pase entre ellos dos.-

-Algo me dice que también te gusta mi Manu. Como sea, vení que conozco a alguien que nos puede ayudar.-

   Esa jovencita estaba encaprichada con Belgrano desde que lo vio por primera vez en la escuela. Sospechó varias veces de su sexualidad, manipuló a Rivadavia para que pudiera conseguir esa información. Estaba enferma, molesta y enojada. No podía comprender porqué justo él no estaba interesado en las mujeres, es comprensivo, atento, viste bien, escuchó que tiene un carisma digno de admirar... Pensó en ello varias veces hasta llegar a un estudiante mayor que ella por unos años.

-Eu... ¿Manuel Dorrego, no?-

-Sí.- Respondió cortante. Con lo que había visto hace un rato estaba completamente paralizado.

-Necesito tu ayuda, sé que conoces a Belgrano. Vos siempre lo andás cargando con que es puto.-

-Y sí lo es, señorita Josefa.- Respondió sin importancia. -No sé para qué me necesitas, pero no cuentes conmigo.-

-¿Me estás cargando?- Habló el pelinegro. -Hace banda que estás jodiendo a Manu con eso, y ahora que tenés la oportunidad decís que no, ¿sos boludo?-

   Tenía miedo de responder, pues la verdad era que le gustó ver a Belgrano besarse con otro hombre. ¿Y si tenía tendencias homosexuales? Iba a quedar como un hipócrita o gay reprimido.

-Lo mío es una joda entre él y yo. Ustedes seguro quieren joderle toda la vida, no gracias.-

   El castaño se fue en dirección a su salón de clases, por más que la parejita estuviera ahí no le importó, se sentó en la otra punta y se puso auriculares. Acto que desconcertó a los otros dos chicos.

❝Soñé.❞  [San Martín x Belgrano.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora