de lejos

546 41 2
                                    

Muchas personas piensan que soy mala onda. Realmente no sé por qué si soy un pastelito. Karina dice que es porque siempre tengo cara de culo, pero, ESO NO TIENE NADA QUE VER.

Prefiero tener esa cara que andar fingiendo felicidad por todas partes, me estresa. Además, estamos en la escuela, ¿quién está feliz de ir a la escuela? Al menos yo no.
Tampoco soy una amargada, la profe de matemáticas varias veces nos llamó la atención a Karina y a mí por andar cagándonos de risa en medio de su clase.

Pero bueno, siempre tengo que lidiar con esos prejuicios que hace la gente de mí sin conocerme, mirándome raro cuando pasó a su lado, re wtf, como si ellos fueran normales.

Lo peor es que ellos se creen geniales, PERO POR FAVOR, Genial es mi abuela que cocina como los dioses. Caminan como si se llevaran el mundo por delante.
Pero bueno, el único que hace olvidarme de toda esa mierda es Mateo. Es increíble cómo no sabe nada de todo lo que me ayuda, pero es mejor así.

Luego de dos semanas intensas en la puta cárcel, nos encontrábamos en el recreo con Karina respirando sin dificultad después de estresarnos mucho con la prueba de historia que tuvimos la hora anterior.

Mateo hoy había faltado, vaya a saber porqué y por eso ese día estaba más aburrido de lo normal. Para algunos sonará loco pero es entretenido tener un crush en quien prestar atención xd.

—Yo no sé cómo lo haces —soltó Kari de la nada. Fruncí el ceño tratando de adivinar a qué se refería.
—. Digo, ¿no te cansas de sólo observarlo de lejos? ¿En serio tan cobarde sos como para no hablarle? —cuestionó y ya supe a que se refería.

—La verdad es que estoy muy bien así, no me interesa mucho hablarle. Además no puedo caerle así nomas y decirle "Che que onda? Sos mi crush casi desde toda la secundaria, quiero ser tu amiga igual" —le respondí con tono irónico.—. Además sabés perfectamente que soy pésima para entablar o seguir una conversación, aún no se como lo hago con vos. No puede ser que no tenga tema de conversación con nadie —agregué frustrada.

—No es muy difícil socializar, tampoco le vas a caer así de la nada como dijiste pero bueno... —dejó la frase al aire y se llevó la mano a la pera— Vamos a encontrar una forma para que puedas hablarle —sonó tan convencida que daba miedo.

Nada puede salir bien de eso.

triste realidad; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora