triste realidad; trueno

lágrimas

Otra vez me encontraba llorando en mi lugar favorito de la escuela. Otra vez llovía a cántaros. Pero esta vez no lloraba por lo mismo. Si tan solo no hubiera visto la escena... ¿Por qué duele tanto? Si al fin y al cabo no es nada esto, se supone que no significa nada en mí.

seguía mintiendome a mi misma, necesitaba creérmelo.

Ahora estaba sola. Ya no había un Mateo que me consuele, porque no podía consolarme la persona que me hacía daño (aunque no supiera del mismo). Y es que cada vez que lo pienso me siento más idiota. No tiene sentido, nada de esto tiene sentido.

Lágrimas desperdiciadas por un ser que no quiere acercarse a mí, que ni siquiera sabe que me gusta, que paso desapercibida a su al rededor, que le importo poco y nada.

Lágrimas desperdiciadas por alguien que al final no es como me lo imaginaba, aunque yo sé muy en el fondo que él no es así.

Lágrimas desperdiciadas por la ilusión de algo que todos sabíamos que no iba a pasar, que solo pasa en las novelas de la tele, que no son reales.

Porque la vida real no siempre es como te la imaginas, no siempre va a salir como lo planeas, a veces los amores no serán correspondidos, a veces si.

En este caso no, y sé que soy una cobarde porque él nunca va a enterarse, ya no vale la pena después del último encuentro. No vale la pena después de verlo con una chica muy felices juntos. No vale la pena porque si no se dio es porque no debía darse. No vale la pena porque alguien como yo no debería acercarse a alguien como él.

El timbre finalizando el recreo sonó y yo me quedé sentada en mi lugar sin moverme. Solté un suspiro y agarré mi mochila que estaba a mi lado. Rebusque en uno de los bolsillos el encendedor y la maravillosa planta. Un minuto después me encontraba soltando el humo por mi boca. Se sentía tan bien. Mis músculos tensos se relajaron y me acosté en el piso usando mi mochila de almohada, observando como las gotas caían sobre el ventanal, esperando que el tiempo pase al igual que este amor ficticio.