[Extra #4] "La verdad"

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Estas últimas semanas me estuve juntando mucho con Felipe, el chico que me escribió un poema. Era lindo, la pasábamos bien, me hacía reír, y era muy cariñoso conmigo. Casi me hacía olvidar de Mateo.

Casi.

Con él no volvimos a cruzar palabras aunque sé que me estuvo viendo algunos días, no entendía porqué.

Era viernes y el timbre del colegio ya había sonado hace unos minutos anunciando que las clases terminaban, no había nadie pero yo me retrasé copiando unas cosas importantes del pizarrón. Le podría haber sacado foto pero sé que después no lo voy a copiar.
Ahora me encontraba saliendo de la institución con la mochila a media cerrar ya que iba guardando la cartuchera, quería irme lo antes posible, pero algo me impidió el paso haciendo que mis cosas terminen en el piso.

—La puta madre —maldije por lo bajo viendo todos los apuntes en el suelo.

Cuando levanté mis vista, me encontré otra vez con Palacios. Rodé los ojos ante su presencia y me dispuse a juntar el lío.

—Cami, perdóname no te vi. Iba entrando embalado porque me olvidé una cosa... —murmuró al mismo tiempo que se agachaba a ayudarme a juntar las cosas.

—No te preocupes, ya es costumbre —agarré una carpeta que se había caído y la guardé.

Cuando posicione mi vista nuevamente en el chico, este miraba con el ceño fruncido un papel, al verlo bien me di cuenta que era la carta de Felipe.

—¿Que haces? Dame eso —intenté sacárselo de la mano pero no me dejó.

—¿Esto es de la actividad que hicimos la otra vez, no?

—Si, y devolvemelo —otra vez intenté sacárselo pero no pude, me estaba enojando.—Podes darme el puto papel, Mateo

—Re romántico el chico, ¿sabes quién es? —preguntó mientras volvía a leer las letras.

—Si, Felipe es re romántico —le respondí mientras me volvía a inclinar para sacarle de una vez el papel.
Por suerte cuando terminé de pronunciar eso, se lo arrebate y lo guardé en mi bolsillo.

—¿Quién?, ¿Felipe Acosta? —Mateo me miraba tan serio que por un momento pensé que se había puesto celoso, aunque eso no podría ser, porque yo no le gusto.—Pero si... —susurró mirando el piso y ahora yo lo miraba confundida.

—¿Pero qué? —cuestioné cruzándome de brazos, realmente quería irme y no perder el tiempo con este pibe.

—Él no pudo haberte escrito eso porque yo la escribí —confesó mirándome a los ojos.

Lo único que me salió fue largar una gran carcajada.

—¡¿Qué?! ¿Que vos, Mateo Palacios, a.k.a el que me rechazó, me escribió esto? —volví a sacar la carta de mi bolsillo y la leí.—No te creo.

—Te estoy hablando en serio, no puedo creerlo...

Mateo se tiró para atrás agarrándose del pelo, con una expresión estresada.

—Ese pelotudo... Me habrá escuchado cuando le decía a Camilo que te escribí la carta y...

Soltó un suspiro y al ver mi expresión de "No entiendo una mierda", se sacó la mochila y la abrió sacando una carpeta.
Me la extendió para que yo la tomara, por lo que acepté.

—Si no me crees, fíjate en la letra. —dijo, yo hice lo que me pidió y abrí en una hoja cualquiera, después abrí la carta y, efectivamente, la letra era muy parecida.

—Pero —no entendía nada la verdad.

Felipe me había dicho que él la había escrito y que estaba interesado en mí, aunque pensándolo bien, tiene más sentido el poema al saber que Mateo lo había escrito ya que, básicamente, yo me lo pasaba mirándolo y al otro, ni lo junaba.

Cuando levanté la vista hacia Mateo lo vi rascándose la nuca nervioso, le extendí su pertenencia  y me quedé mirando el piso pensando.
¿Entonces este chico me había mentido todo este tiempo jugando con mi confianza y mis sentimientos? Me sentía mal, y traicionada. Agradezco igual que no le haya contado cosas tan personas ya que no lo conocía y, la próxima vez que lo vea lo cago a piñas.

—Y-yo realmente no se que decirte. Mmm tampoco sé porqué te lo escribí, sólo sentí la necesidad de expresar lo que sentía hacia vos y... creo que, de alguna extraña manera, te extraño. —Mateo confesó mirándome a los ojos, me mordi el labio inferior y desvié mi mirada hacia al costado, tratando de que no se de cuenta de todas las emociones que mi cuerpo estaba atravesando en ese preciso instante.
¿Mateo diciéndome que me extraña? ¿En qué clase de mundo paralelo estoy viviendo que no me enteré?

—Mateo, estoy muy confundida. Y-yo... yo estaba enamorada de vos —comencé diciendo, pero hice una parte para susurrar– estoy...–, pero me dijiste, en resumen, que yo no era tu tipo y realmente, lo acepto. Lo que no acepto es que vengas ahora a decirme que me extrañas porque dejé de darte tanta bola y decidí seguir con la mía, ¿acaso no era eso lo que querías? —terminé mirándolo fijamente con mis ojos picandome por las gotas que querían salir de ellos.

Antes de que pueda hacer nada, el chico que tanto me gustaba y que nunca había olvidado, se acercó a mi y me abrazó fuertemente. Respiré hondo tratando de calmarme.
—Perdón, perdón, perdón, no te merezco en lo absoluto, y-yo soy una mierda que no se valorar nada. —sollozó en mi hombro y eso no hizo más que romperme el corazón.— Tenes razón, soy un egoísta que se da cuenta de lo que tiene cuando lo pierde. Tengo que dejarte en paz, no lo mereces. —pronunció con la voz quebrada.— Pero, c-creo que me gustas, Cami —confesó separándose de mi y mirándome.

Me quedé helada en mi lugar intentando procesar toda la información. ¿QUÉ?

Para, para.

¡¿QUÉ CARAJOS?!

—Bueno, creo nada, en realidad me gustas —se corrigió mientras su mirada iba de un lado a otro esperando mi respuesta.

—Yo... no se que decir. —respondí haciendo una mueca logrando que Mateo soltara una risita mientras se limpiaba la cara con la mano.

—Perdón, no tendría que habertelo dicho, mejor me voy. —dijo tan rápido y se dio la vuelta para irse.
Me quedé tildada intentando procesar que cuando reaccioné él ya estaba en la esquina.
Corrí lo más rápido que pude hasta el chico que me voló el bocho por más de tres años, y cuando llegué a su lado, lo tomé del brazo y lo di vuelta para que me mirara. Sin pronunciar nada, tomé su rostro y lo besé.
Al principio no me siguió el beso porque estaba sorprendido pero después sus manos fueron a mi cintura y el beso tomó un mejor ritmo.

Nos separamos por falta de aire y lo primero que dije fue:
—Si querés podemos empezar todo de cero.
















bueno basta, acá el final de esta historia media chota ajshajak perdonen si los decepcione pero no estaba muy inspirada, de igual manera es el cap más largo que escribí.

no creo que haya segunda temporada pero estoy planeando nuevas novelas así que siganme pa enterarse.

también, en la primer novela que termino y se siente un peso menos d encima ahre, nada espero que les haya gustado!

triste realidad; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora