Protección.✔️

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Yuuri despertó en una habitación familiar. Tenía las manos inmovilizadas. Observó su muñeca cubierta por una vendada, la cual tenía una ligera mancha rojiza. Recordó lo que había pasado. Comenzó a llorar ¿por qué Viktor no lo dejó morir? Habría sido lo mejor. Escuchó cómo se abrió la puerta. Quiso salir corriendo pero fue más el miedo.

—Yuuri —dijo un blondo desde la puerta.
—Yurio...

El menor dejó caer las lágrimas y corrió a abrazarse del omega mayor. Lloró como cuando un cachorro no ha visto a su mamá en días.

—Eres un idiota... pensé que morirías...
—Lo siento, yo... —lloró— ¡lo siento! Entré en pánico... ese idiota... ese idiota me llamó y me dijo que volvería por mí...
—Eres un idiota, debiste decirnos...
—Lo sé... ¿Quien me curó?
—Otabek, él fue el único que pudo mantener la compostura... Viktor casi muere de la desesperación y yo del miedo.
—¡Viktor! ¿Dónde está?
—Otabek lo llevó a firmar su nuevo contrato... Si no iba perdería la oportunidad así que lo tuvimos que obligar. No debe de tardar en llegar...
—Gracias por hacer eso...
—No agradezcas... sólo haz que se disculpe con Beka... en su desesperación por no querer alejarse de ti, le dio un puñetazo pero Beka logró controlarlo...
—Lo haré...

El zumbido del teléfono de Yuuri los desconcentró. El japonés tomó su celular, no entendía cómo llegó ahí pero no importaba. Vio el famoso número desconocido, volvió a temblar. El rubio también miraba la pantalla y luego el miedo de su homónimo. Respondió, puso la llamada en altavoz y esperó hasta tener respuesta.

—"Mi Pequeño omega...."
—¡Serás bastardo! Al menos ten la decencia de llamarlo por su nombre. Será mejor que no vuelvas a molestarlo o yo mismo me encargaré de romperte las pelotas que no tienes...
—"Oh vaya, está contigo el pequeñín rubio... debo admitir que no sería malo hacer un trío con él ¿Qué te parece? ¿Hace mucho que no lo hacemos?" —Yuuri palideció con eso.
—¿Qué? ¡Eres un cerdo!
—Un cerdo que te hará gemir gatito...
—¡Será mejor que no se te ocurra ponerle un maldito dedo encima! —Le dijo al teléfono el japonés— Si te atreves a acercarte a cualquiera de mis amigos te juro que...
—"No, no, no... definitivamente tengo que hacerte una visita, yo no te eduqué así, tú sólo callas y obedeces como la puta que eres..."
—¡Estás enfermo! —Riñó Yurio—Viktor te refundirá en la cárcel de nuevo junto al maldito juez que te dejó en libertad... — sin esperar colgó la llamada...

El mayor estaba llorando. De rabia y vergüenza. Ese beta se había atrevido a hablar de los "tríos" que hacían. Las ganas de morir volvieron. Ese beta tenía razón era una puta que sólo servía para que la usaran...

—Dime que no es verdad lo de los tríos...
—... —no podía responder—me doy asco... Viktor no merece a alguien como...

Yurio quería matar al bastardo ese. El rubio no lo conocía y lo odiaba sobremanera. Había vuelto a lastimar a su amigo. A ese omega que era como una segunda madre. No sé lo perdonaría.

—Necesito que duermas... en cuanto Viktor llegue te despertaré... —le dio una pastilla, Viktor le dijo que debía dársela en caso de crisis y vaya que había llegado una— Yuuri, tú eres todo lo que mi primo necesita, eres la mejor persona para él no lo olvides, Viktor te ama con devoción. Créelo y confía en él. No vuelvas a hacer una estupidez y si la vas a hacer ven corriendo a mí, a Viktor, incluso Otabek.
—perdónenme...

Yuuri cayó dormido. Debía estar en extremo débil para que hiciera tan rápido efecto. Salió de la habitación. Estaban Viktor y Seung-Gil Lee, junto a un agente de policía.

—Ya llegaste calvo... El idiota llamó a...
—Sí, lo sabemos... —Respondió el Ruso, no podía con el coraje.
—Por suerte intervenimos el celular de Yuuri a tiempo.
—¿Pudieron grabarla? ¿Fue lo suficientemente larga la llamada?
—Sí —Sí respondió el policía— ahora hay que guardar el audio en un lugar seguro, en éste momento. Las llamadas las hace por teléfonos públicos así que no hay manera de incriminarlo por ese lado, por eso es importante tener la grabación.
—Viktor, yo también estoy molesto pero en éste momento debes de estar sereno para Él... ve a dormir y quítale las vendas de sus manos, no creo que intente nada...

Viktor despidió al oficial y al coreano antes de irse a dormir. Vio los ojos llorosos de su amado omega. Estaba molesto, ese  beta pagaría, nadie se metía con la familia y amigos de los Nikiforov. Tomó más manos de Yuuri y las dejó libres. Se recostó junto a él, inmediatamente el pelinegro se aferró a su cuerpo, así como sentía la desesperación en el agarre del menor el de igual manera lo abrazó.

—¡Lo mato! —gritaba un colérico Otabek— cómo se atreve siquiera a sugerir...

Estaba despotricando con todo lo que podía, el apacible Otabek se había ido por dos razones: 1.- la amenaza hacia su querido omega blondo; 2.- el enterarse de otra parte del maltrato que sufrió el japonés.

—¡Otabek! ¡Cálmate! Sólo fue una llamada y Viktor ya me prohibió salir, ni Yuuri ni yo saldremos hasta que ese tipo esté en la cárcel, además contrató seguridad extra para el edificio... —hablaba tranquilo, aunque estuviera muerto de miedo— estaremos bien...
—Yura si ese tipo se atreve a hacerte daño...
—Beka... no nos pasará nada... ese tipo desató la ira de un Nikiforov...—dijo avergonzado—sabes que nuestra familia no permitirá una amenaza u ofensa...
—Sí tus primos mafiosos se inmiscuyen diles que se encarguen de hacerle todo lo que le hizo a Yuuri y más.
—Ya veremos; aunque me conformo con que lo atrapen para que lo vuelvan a encerrar.

Otabek abrazó protector a Yuri y éste correspondió. Seung-Gil trabajaba como loco. Había metido cerca de 20 demandas a policías y jueces por obstrucción de la información al no notificarle que había salido desde hace más de un mes y por el obvio soborno recibido para conseguir una fianza un 90%menor del costo real de la multa.

Yuuri despertó en los brazos de Viktor. Acarició el rostro de Viktor se miraba cansado y preocupado. El ceño fruncido en su alfa delataba su enojo, así estuviera dormido. Su muñeca vendada y con ligero rastro de sangre contrastaba con la belleza del alfa que acariciaba. Se sintió avergonzado por la medida que tomó como la más viable.

—Perdóname... —le decía a un Viktor dormido, seguía acariciándolo— Viktor por favor...
—Yuuri, no tengo que perdonarte nada... —dijo con los ojos cerrados— no es tu culpa, fue el miedo. Sí me asusté mucho, te amo, moriría si te pierdo de nuevo.

Yuuri besó a Viktor, se miraba desolado el ruso. Lo besó con una intensidad y entrega que no conocía que tenía. Pasó sus brazos por detrás del cuello del ruso haciendo que éste quedara recostado sobre él. Viktor se dejó hacer. Sabía que no era el momento pero dejó que Yuuri llegara a dónde quisiera.

—Viktor... Perdóname, realmente no pensé en lo que hice —acarició de nuevo al ruso— quería huir, olvidé por un momento que los tengo a ustedes. Olvidé que no has dejado de salvarme desde que nos reencontramos. Olvidé que te amo... —confesó— por favor perdóname...

Viktor sintió un vuelco en su pecho. Yuuri se había confesado. Lo besó y abrazó. Decidió olvidarse de todo. Comenzó a recorrer el cuerpo del omega. Sintió como se tensó Yuuri, se detuvo. Pegó su frente a la del menor y lo besó.

—Yo...
—No te preocupes, podemos intentarlo ya que estemos tranquilos... Yuuri te amo. —besó la muñeca vendada del omega.
—Yo también te amo Vitya...
—Amor, evita llamarme Vitya o tendremos un problema en mi entrepierna —pidió avergonzado.

Yuuri sintió algo que se frotaba en él. Se sonrojó sobremanera pero, aún así sonrió. Se abrazó al ruso y rogó que pronto terminara su pesadilla. Quería ser feliz plenamente con Viktor y no podría hasta que ese beta estuviera lejos de sus vidas.

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