Te protegeré.

895 87 10
                                    

Yuuri había pasado el peligro pero su estado físico seguía delicado. Tenía bastantes golpes internos, un tobillo y brazo luxados y 5 costillas rotas que lo obligarían a mantenerse buen tiempo en el hospital; sin contar el daño psicológico que debía comenzar a tratarse.

—Fue mi culpa, no debí retarlo —le decía a la psicóloga— él nunca me lastimaba si era obediente. Fue mi culpa y ahora está en la cárcel, todo por...
—Yuuri, nada de esto ha sido tu culpa. Nadie merece ser tratado así. Nadie merece que la persona que amamos...
—Yo no lo amo —interrumpió.
—Está bien —sonrió— me alegra escuchar eso. El punto al que quiero llegar es que nadie merece que la persona que dice amarnos nos envíe al hospital por decidir dejarla.
—Ni siquiera sé si él me amaba pero...
—Pero nada cariño. Ese beta, está donde debe estar, hiciste lo correcto ¿Que pasaría si siguiera libre? Tal vez ya hubiera venido por ti —vio el rostro lleno de miedo— o tal vez otra persona estuviera sufriendo lo que tú pasaste... Fueron 5 años de abuso que viviste, no serán fáciles de olvidar pero te ayudaré a sanar tu mente y corazón —Sonrió. Miró su reloj— vaya el tiempo se ha terminado. Espero que en 2 días tengamos un avance, el doctor Nikiforov no debe de tardar en llegar para su chequeo. Descansa Yuuri.

La Dra. Sara Crispino lo atendió inmediatamente cuando recobró la conciencia. Esa delicada mujer morena de ojos violáceos lo había ayudado a decir la verdad en las declaraciones que tuvo que hacer para la policía. De no ser por ella, ese beta ya hubiera vuelto para matarlo. Sin embargo, a pesar de tener 2 semanas hospitalizado y estar en la 4ta sesión de terapia, no había avanzado mucho.

No podía evitar pensar en él. Habían sido 5 años de tortuosa relación. Lo conoció a su 18 años cuando llegó desde Rusia a vivir a Hasetsu. No fue amor a primera vista pero, el aura nostálgica que envolvía al chico lo engatusó. Era muy parecido a alguien de su pasado. a alguien que realmente amó, aún a sus cortos 5 años. Esa nostalgia por el difuso recuerdo y el buen trato durante el cortejo lo convencieron de escapar con él a Rusia cuando el beta tenía que volver a su país.

Todo era miel sobre hojuelas hasta que a la semana de vivir juntos olvidó dónde se encontraba el azúcar; aún se estaba familiarizando con el departamento y él beta estalló en ira por avergonzarlo frente a sus amigos. Ahí frente a todos, le dio su primera cachetada y le dijo su primer "omega inútil".

—Yuuri —Dijo una voz ajena— si te duele algo debes llamar inmediatamente a la enfermera —amonestó el alfa peli blanco— si tu presión sube debido al dolor será un problema para tu salud.
—Dr. Nikiforov —mencionó limpiando sus lágrimas— no hay dolor, al menos no físico.
—Está bien —sonrió complaciente— si no hay dolor, comencemos la revisión de mi paciente favorito —le regaló su característica sonrisa de corazón.
—¿Lo conozco de algún lado? —preguntó— ¿cuál es su nombre de pila? —la sonrisa de corazón que el alfa siempre le regalaba removía algo en su interior— cada que sonríe, siento que lo he visto en algún lugar.

Nikiforov no pudo evitar sonreír. Había pensado que tendría que idear todo un plan para lograr que lo recordara pero, su dulce japonés aún conservaba recuerdos del tiempo que pasaron juntos.

—Yuuri, mi nombre es Viktor Nikiforov. Hace años visité Hasetsu con mis padres. Nos hospedamos en un onsen donde vivía una familia muy cándida, ahí conocí al ser más hermoso sobre la tierra: un pequeño de 5 años que hizo mucho más llevadera mi estadía esas vacaciones. A ese pequeño, le prometí regresar por él para casarnos pero, cuando lo hice, llegué tarde. Él se había unido con alguien y había escapado de casa...

Yuuri pudo darle un rostro al recuerdo que lo perseguía desde hace años. Recordó que no quería dejarlo ir esas vacaciones y la promesa que le había hecho de volver por él, así que debía esperarlo; promesa que olvidó y que Viktor había cumplido. Volvió a llorar desesperado, ahora más angustiado porque su Viktor lo había encontrado así de maltrecho. Sentía vergüenza, mucha vergüenza.

—Yuuri, tranquilo...
—Perdón por no esperarte... él se parecía tanto a ti, mis recuerdos me jugaron una mala pasada y caí en las redes de ese beta.
— Yuuri, no importa, ahora estás a salvo y te prometo que te protegeré.
—Debo darte asco... soy un omega roto, inútil y usado...

Viktor había guardado su distancia. Sara le había comentado que el joven tenía recelo hacia los hombres, betas y alfas, así que no debía presionarlo, ni decir nada a menos que el azabache recordara y mucho menos transgredir su espacio pero, esa última declaración del chico lo descoló.

Abrazó al japonés. No podía permitir que dijera esas cosas de sí mismo. Para Viktor, Yuuri seguía siendo ese hermoso ser que lo cautivó de pequeño. Ahora que sabía sus géneros secundarios, que ellos eran Alfa y omega, su instinto le dictaba que debía curar el corazón de su amado.

—Yuuri, no te he esperado tanto tiempo como para que te menosprecies así, fuiste, eres y serás siempre la persona más hermosa sobre este mundo, para mí siempre lo serás. Te prometo que esta vez, no te dejaré ir y te protegeré de todos, incluso hasta de ti mismo.

La revisión pasó a segundo término. Dejó que Yuuri llorara hasta que cayera dormido, tenía que sacar todo ese dolor acumulado. Ya dormido pudo constatar que la recuperación iba viento en popa. Ahora había otro problema: En un mes Yuuri tendría que dejar el hospital, parecía mucho pero no tanto para alguien en las condiciones del azabache; y como Phichit le había dicho, el omega estaba "desamparado".

Si por Viktor fuera lo llevaría a su departamento pero Crispino se lo prohibió tajantemente. Yuuri necesitaba independizarse, necesitaba encontrarse a sí mismo antes de vivir con alguien nuevamente.

El departamento que compartía con ese beta tampoco era una opción, por suerte había pasado a ser de Katsuki junto con una indemnización monetaria por daños, así que el dinero por el momento no sería problema. El alfa de Phichit se había encargado de arrendar el inmueble para obtener un ingreso extra para el japonés.

Necesitaba encontrar un lugar para Yuuri, tenía que ser uno cercano a él para poder monitorearlo, no lo dejaría solo en ese proceso.

Lo protegería, esta vez cumpliría su palabra.

***********

Bueno, tenía rato queriendo escribir algo sobre mis patinadores favoritos. Espero sea de su agrado. No duden dejar comentarios si ven errores y/o para comentar lo que opinen de la historia 💕

Sanando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora