Unidos✔️

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Luego de ese celo compartido, ninguno deseaba esperar más. En menos de dos meses se encontraban con su amigos y familiares en Japón para auspiciar la ceremonia donde contraerían matrimonio.

Yuuri mejoró en muchos aspectos, ya no sentía tanta apatía hacia su cuerpo; aunque en ocasiones se mostraba receloso a mostrárselo a su pareja. Su autoestima también había mejorado, sus relaciones con las personas ajenas a su círculo también.

Los padres de sus alumnos suspiraron derrotados cuando vieron la marca que no se preocupaba por esconder. Estaba feliz de estar enlazado a Viktor y el ruso no perdía la oportunidad de visitar a su querido omega para remover la herida de esos insolentes que osaban mirar con otras intenciones al japonés.

—Katsudon... ¿cuándo le vas a decir al calvo que seré tío? —preguntó mientras acicalaba el cabello del azabache.
—Pretendo decirle en la recepción...

Yuuri había confirmado su embarazo dos semanas atrás cuando un mareo en una de sus clases casi lo hace perder el sentido. Viktor no supo de eso, ya que Yuuri había ido al hospital cuando el ruso se encontraba fuera de la ciudad por motivos de trabajo. Chris se encargó de agilizar los trámites y en menos de 30 minutos ya tenían su respuesta. Estaba embarazado de aproximadamente 2 meses. Realmente había quedado en cinta durante el celo. Primero se sintió feliz pero Christophe tuvo que ser sincero con él. Su embarazo era del alto riesgo. Había sido un milagro que lograra concebir tan fácil con lo maltrecho que se encontraba aún su vientre. No habría una certeza de más del 50% hasta que pasara el 3er mes. Eso lo desanimó y asustó,no quería ilusionar a Viktor hasta que su cachorro tuviera más del 30% de probabilidad de sobrevivir.

—No tengas miedo...
—¿Y si aún no quiere ser padre?
—¡Ja! Ese está loco por serlo... ¿te hace tomar medicación anticonceptiva?
—Yura sabes que no puedo tomar anticonceptivos...
—Es verdad, ¿entonces él tienen un método?
—Sí, el doctor Giacometti le recetó unas inyecciones.
—¿Se preocupa por usar preservativo? Sabes que esas inyecciones no son tan confiables
—No... —respondió apenado.
—Ahí lo tienes, él quiere hijos.... creo que debes decirle antes de casarse, aún queda un poco de tiempo...
—El dr. Christophe me dijo que mi embarazo es de alto riesgo. A penas tengo dos meses aproximadamente, será un poco más seguro hasta pasados los 3 —acarició su plano vientre aún— ¿y si sólo ilusiono a Viktor?
—Para tu suerte él es médico, él mejor que nadie sabe de tu condición delicada. Si lo pierdes, que no lo harás, Viktor sabrá reponerse y ayudarte a ti a lograrlo. Incluso puede que pierdan varios, hablando del peor escenario... No se rendirá,  así tuvieran que adoptar para ser padres, el será feliz mientras seas tú quien esté a su lado para disfrutar esa etapa de su vida...
—A veces puedes ser tan maduro, amable y dulce... —acarició la cabeza del rubio.
—¡Eh! Si yo soy un amor maldito Katsudon relleno —bufó— iré por el anciano.

Yuuri estaba nervioso, necesitaba calmarse sabía que era malo para su bebé. Observó su traje blanco en el espejo de la habitación. En cuestión de minutos sería Yuuri Katsuki de Nikiforov. Acarició su vientre, se había vuelto un hábito para relajarse.

—Lyuvob... ¿Pasa algo? —preguntó Viktor al entrar a la habitación.
—Nada... sólo quiero... —abrazó al ruso de forma desesperada.
—¿Amor?
—Quiero decirte que vamos a...
—Ser padres... —terminó la frase.
—¿Cómo lo...?
— Lyuvob... soy el director del hospital y mejor amigo de Christophe, aunque sea difícil de creer... —se rio— él no podía guardar ese secreto por mucho tiempo... además fue bastante obvio con el cambio en tu aroma y tu aversión a no hacer cosas que te generaran demasiado esfuerzo —lo hizo encararlo— He visto cómo Yurio te apoya con las posiciones y ejercicios difíciles y cómo te has negado, desde hace rato poco más de dos semanas, a tener relaciones —se rio— también sé que es de alto riesgo y que... sí llegará a pasar algo, quiero que recuerdes que así no estuviera con nosotros amo y amaré siempre a este bebé, tanto como te amo a ti...
—Viktor —dejó salir sus lágrimas— tengo miedo de perderlo... no podría soportarlo...
—Lyuvob... en este momento nuestro bebé está sano y salvo, está todo en orden con él por eso pudimos viajar a Japón para casarnos... no quiero pensar en perderlo pero, si llega a pasar te ayudaré a salir adelante, y podremos intentarlo de nuevo... ya si no funciona, hay muchos niños que buscan un hogar...
—Tu primo te conoce muy bien —rio— eso mismo me dijo Yurio que me dirías...
—Confía en mí, sobretodo en ti amor... frente a todos los pronósticos pudiste quedar en cinta sin problemas, así que esperemos que nuestro embarazo —acarició su vientre— sea igual...
—¡Te amo Vitya!

Yuuri besó a su prometido. Viktor se dejó hacer. Amaba esos besos espontáneos de su pareja, pocas veces pasaban pero, con pena tuvo que detenerlo, esos besos tenían un toque lleno del erotismo inconsciente del azabache y lo hacían entrar en calor fácilmente, usualmente no habría problema pero estaban a minutos de casarse y no podían retrasar la boda por preferir una ronda de sexo... bueno, Viktor era capaz de hacerlo y arrastrar al omega a la habitación pero en ese momento no quería tentar a su suerte ni recibir un regaño de sus suegros, quienes les habían prohibido terminantemente verse antes de de la boda y helos ahí a punto de desvestirse mutuamente.

—Vitya... creo que deberías irte...
—Yo también lo creo Lyuvob. Le pediré a Yurio que vengas hacerte compañía... tengo que hacerme cargo de un asunto —lo hizo tocar su semi erección.
—Está bien...
—¿Es que ustedes no pueden tener una charla seria sin tenerse que tocar? ¡Qué maldito asco! ¡Es como ver a mis padres...! ¡Argh, olvídenlo!
—¡Yurio! —riñó Yuuri.
—Sí, Katsudon... ¡controlen sus hormonas! Y anciano tienes 5 minutos para llegar a tu puesto en el altar o tu suegra vendrá por ti...

Viktor salió corriendo, su ceremonia comenzaba en 10 minutos y él aún no estaba en su lugar. Ambos menores rieron. El blondo acomodó un poco el cabello del azabache, tomó el ramo y se dirigieron al lugar de la boda.

Todo estaba listo. Todo era perfecto para el omega: sus amigos, familia y Viktor esperándolo al final del pasillo. Su madre lo escoltó hasta su prometido. Estaba feliz y nervioso. Abrazó su mamá antes de tomar la mano que Viktor le ofreció. Estando los dos en el altar el juez comenzó con la ceremonia la donde intercambiaron sus votos, en los cuales se prometieron fidelidad, amor, apoyo y comprensión.

Habían pasado muchos años de espera para encontrarse de nuevo. Ahora se besaban por primera vez como esposos. Era sublime lo que sentían en ese momento. No se comparaba con ningún beso anterior.

Luego de la ceremonia pasaron a la recepción que fue sencilla pero elegante, donde compartieron su felicidad con sus seres queridos...

—Yuuri, te amo —Dijo abrazando por la espalda al azabache.
—Yo también Viktor, te amo...
—¿Qué piensas amor?
—Que no quiero despertar de este sueño y darme cuenta que estoy casi muerto en algún hospital de Rusia...
—Puedo asegurarte que todo esto es real amor. Que te encontré, que superaste el trago amargo, que te reconciliaste con tu familia, que estamos enlazados, que nos acabamos de casar y lo más importante que pronto seremos padres de un lindo cachorro, que realmente espero que se parezca a ti.
—y que hoy es nuestra noche de bodas...
—Pero si no te sientes cómodo con la idea...
—Tengo miedo pero realmente yo quiero hacerlo, en serio quiero ser tuyo esta noche... sólo no seamos muy bruscos...

Ambos habían descubierto una faceta desconocida. Lo intensos que eran en sus encuentros. Ni Yuuri, ni Viktor habían llegado a tener esa necesidad de unir su cuerpo al de alguien más, como les sucedía por el otro.

—Podemos despedirnos de todos y comenzar nuestra luna de miel —dijo juguetón el platinado.
—O sólo fuguémonos...
—Sr. de Nikiforov... esa es una propuesta excelente.

Sin decir nada, ambos salieron del lugar de la fiesta. Es noche se disfrutarían. Era su momento. Se entregaron de una manera suave y delicada una y otra vez, conocieron sus cuerpos nuevamente. Ahora sólo faltaba que ese cachorro llegara a sus vidas para sentirse completamente felices.

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