Los Premios Wattys 2019

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Para este momento, al menos la mitad debió haberse enterado del gran premio que ganó Recuerdos en la piel: ser parte de las cincuenta historias ganadoras de los Premios Wattys 2019.

Antes de ir directo a los agradecimientos, vamos a ir al principio: la creación de la historia. A finales de abril, en el colegio, hablando con mi mejor amigo de tatuajes, me preguntó si me haría alguno yo. Le dije que tenía pensado hacerme la Marca Tenebrosa cuando tuviera dieciocho años, como regalo de cumpleaños, y que aparte me iba a hacer dos tatuajes más, que tratarían sobre una fecha en cada muñeca en números romanos, las cuales serían XII V MMXIV (12 de mayo de 2014) y XIV VI MMXIV (14 de junio de 2014).

Ambas fechas representan dos momentos inolvidables en mi vida, muy diferentes entre sí, pero que me marcaron por completo. Debía tenerlas tatuadas en mi piel para siempre recordarlas, jamás olvidarlas. Fue entonces cuando me pregunté si había vivido otro día así de relevante, aunque por más que pensé, no sé me ocurrió ninguno con una magnitud tan importante como esas dos fechas. También me pregunté qué fechas serían importantes para mis conocidos.

La idea apareció entonces. Me imaginé una historia donde a las personas se le marcaran los días más relevantes de su vida, en tatuajes que nunca podrían irse. Alguno estarían llenos de fechas, otros, como Hugo y yo, tendrían muy pocos. Elegir el fandom de Harry Potter no fue difícil, primero porque era entonces el único en el que escribía y en segundo porque contaba con la fantasía que necesitaba para la idea. Decidir que Hugo Weasley sería el protagonista tampoco costó, es mi personaje favorito y quería hacer una historia totalmente de él.

La historia fluyó con mucha facilidad. Apenas llegué del colegio, me puse a escribir y salieron dos capítulos. En menos de tres semanas, ya tenía la historia completa y publicada en Wattpad. Algunas ideas de acá la saqué de ideas que planeo utilizar en una saga de Hugo Weasley, que me temo que tardará en salir. La historia la verdad que me emocionaba, ya que estaba utilizando a mi personaje favorito y una idea que, por lo menos yo, no vi en Wattpad.

Sin embargo, para ser sincera, no creía que esta historia iba a ganar. Es más, me había olvidado por completo que la había anotado a los Wattys. Lo hice, a una o dos semanas de que cerraran las inscripciones, porque no tenía nada mejor que hacer (y no me daba pena como otras postularla). No le tenía fe en absoluto. No la consideraba como lo mejor que escribí. Ese lugar lo ocupa Dark Weasley y si ganaba, pensé que lo iba a hacer con ella (de hecho, cuando se me anunció que gané, estuve una hora pensando que había sido con esa historia, hasta que vi la portada con el sticker).

Me había olvidado de los Wattys, igual. Recién me acordé una semana atrás, cuando empecé a ver que las personas a las que seguían iban posteando o comentando que quedaba poco para los resultados, y yo quedé como: «¡Oh, cielos! Falta poco para los Wattys». Me pasaba lo mismo que imagino que le pasaba a todos los que se inscribieron: esa sensación de que van a ganar porque consideban que su historia era la mejor, pero a la vez sabían que solo estaban soñando.

Cuando se hizo las doce de la noche del 30 de septiembre en Argentina, me dije: «Listo, ya perdí», porque pensaba que los correos ya habían sido enviados. Sí, así de exagerada estaba. Pasó una hora y ya estaba convencida de que había perdido. Mi novio me decía que aún era temprano, que seguro había ganado, que era la mejor escritora, y yo le dije: «Por favor no sigas, me voy a ilusionar y cuando vea que no gané, me pondré mal». La cortó, pero la ansiedad no se me iba.

Por la mañana, vi que las historias ganadoras en idioma inglés ya habían sido elegidas. Me deprimí. Creí que ya había perdido oficialmente, aunque la tristeza me duró un par de minutos. Luego se me pasó. Eran mis primeros Wattys. No había manera en la que ganara para mí. Ya estaba considerando que el próximo año sería afortunada. Me fui a buscar un paquete de galletitas y regresé a la cama.

Entonces... Aparece el mensaje. «¡Felicidades! Tras meses de dedicación, pasión y trabajo duro perfeccionando tu historia, ¡lograste ese lugar codiciado como ganador del premio Watty! Estamos muy emocionados de honrarte a ti y a tu trabajo». Ese día también podría considerarlo como uno importante: fue cuando tuve bien en claro que mi sueño de ser escritora no era difícil de alcanzar y que tenía potencial para esto. Por supuesto, lloré y mucho.

Publiqué el mensaje en el estado de WhatsApp. Le mandé audio toda llorosa a mi madre, mi novio y mis amigos de la editorial Queens&Kings. Estaba emocionada y orgullosa. Me sentía llena de vida. Mis premios consistían en un sticker, un banner para redes sociales, un certificado, promoción y el kit del guante blanco, lo que tal vez es poco para muchos, pero ya con el sticker estaría conforme. Lo que más me entusiasmó fue ganar los Wattys.

Me puso feliz todo el apoyo que recibí. No solo de ustedes, sino que mi propia familia se creó cuentas de Wattpad para leerme. Para cuando me di cuenta, perfiles con los nombres de mi madre, mis tíos y primos me estaban siguiendo. Me resultó al principio bochornoso, pero luego me puso feliz de contar con su apoyo. Las palabras de mi novio y mi prima no quedaron atrás. Contar con todos ellos me llenó el alma de orgullo.

Quiero agradecer a Wattpad por darme esta oportunidad. No solo gané entre cinco mil historias o más en el idioma español, sino que Recuerdos en la piel fue uno de cinco fanfics que ganaron. Un logro increíble. Espero tener la misma suerte el próximo año.

Le agradezco a mis padres, por inculcarme la lectura de niña. Por comprarme los libros de Harry Potter y confiar con que algún día seré escritora. Y ese gesto de compartir mi historia y mi perfil de Wattpad, aunque nadie ni ellos entiendan bien, en sus redes sociales fue muy lindo.

También le quiero dar las gracias a mi novio, quien estaba seguro de que ganaría cuando yo no y me apoya con todos mis escritos y mis futuros libros. Le prometo que algún día le dedicaré un libro en físico.

Y por supuesto, a todos ustedes. Si bien los votos, lecturas y comentarios no contaban a la hora de elegir a los ganadores, igual quiero agradecerles por hacerlo. Cada pequeña cosa que hicieron me motivaron a escribir más y más. Tener su apoyo a la hora de escribir es lo que más me anima a hacerlo. Yo no gané los Wattys. Todos hemos ganado los Wattys porque está historia es tan mía como suya. Gracias por seguirme en esto.

En fin, chicos, por último, si no ganaron este año, ¡no se preocupen! Siempre hay una primera vez para todos. El próximo año vendrán mejores y podrán vencer.

¡Nos vemos en los Wattys 2020!

Besos.

Recuerdos en la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora