Antes de comenzar

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Despertar por las mañanas, mirar por la ventana, salir apurado es casi el quehacer de todos día a día...

Nos cruzamos con tantas personas sin detenernos a pensar que quizá aquella chica con la que te chocaste en la esquina, que aquel muchacho que te cedió el asiento en el autobús, sea el amor que tanto has esperado.

Entre dejar al destino seguir su curso y el ser arquitecto de nuestro propio devenir, siempre suele estar la incertidumbre del "hubiese" y más aún si se trata del amor...
Sentimiento que hoy en día se ha vuelto una careta de aquellos que tienden a  romantizar el sexo en su más sucia expresión.

Si les preguntasemos a todas las personas que conocemos que cuanta es su experiencia en lo sexual... Ufff podríamos pasarnos toda una tarde, toda una noche entre risas e historias candentes que nos dejarían con la sensación de ¡ay no, yo también quiero!

Pero qué pasaría si preguntasemos sobre sus historias de amor... Lo más seguro es que se pongan serias, intenten cambiar de tema y si es que nos lo llegan a contar, probablemente quedemos agobiados por la melancolía de un amor que no pudo ser, que no se dio, que fue una farsa, un sueño que no se concretó... Dejándonos así sin la menor intención de querer enamorarnos ¡jamás!

La historia que prosigue en las siguientes líneas, está basada en una historia real, que pudo pasarme a mi, a mi vecina, a mi mejor amiga o a cualquier muchacha que muy a pesar de lo que se vende como más tentador, busca encontrar un amor de verdad, un amor sincero... Y aunque sus estrategias sean consideradas por muchos como fuera de lugar, ya que todos saben para que son las "Apps de citas", ella las usará para encontrar a alguien en la misma sintonía...

¿Creen ustedes que sea posible?
Si bien todo puede pasar, esperemos a que la historia tome su rumbo...

VirgosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora