Lía se encontraba demasiado entusiasmada con Roberto, se sentía ya segura de que por fin estaba viviendo esa historia de amor que nunca antes había vivido y ya no podía con las ganas de verlo por primera vez, no se imaginaba como sería eso, pero algo le decía que sería lo mejor que le podría pasar iniciando el 2019.
Lía tiene un hermano, Hamilton, 6 años menor que ella y que a pesar de las constantes riñas existentes entre los dos, darían lo que fuera el uno por el otro con tal de verse bien y felices.
Hamilton es el único en casa que sabe de la existencia de Roberto, ve a su hermana muy ilusionada y aunque sabe que probablemente pueda no funcionar apoya la loca idea que se le viene a Lía a la cabeza.
Un detalle que se nos pasó en la historia es que Roberto también viajó para fiestas, fue a un pueblito que queda exactamente a 72.4 km del pueblo natal de Lía. Estaban más lejos de lo que estaban cuando se encontraban en la ciudad, pero para las ganas que Lía tenía de verlo, era una distancia corta.
La idea loca que se le ocurrió a Lía fue, recorrer esos 72.4km a bicicleta junto a Hamilton para llegar al pueblito donde se encontraba Roberto. Todo sería una sorpresa, ya que no dio aviso muy a pesar de lo entusiasmada que se encontraba por realizar ese viaje.
Llegó el día y Lía junto a Hamilton iniciaron la travesía en bicicleta. Uno de los motivos por los que no le avisaron a Roberto fue porque no creían que podían llegar, pero a penas lo hicieron, Lía se encargo de escribirle y hasta de llamar a Roberto, quien por cierto no contestó porque recién se andaba despertando.
Si bien el viaje implicó casi la muerte de Lía, quien tuvo dos caídas súper aparatosas, ella se encontraba feliz y emocionada al llegar a la plaza donde esperaría a su caballero.
El caballero tardó en llegar una hora y media, tiempo en el que Hamilton se durmió y se quejó de hambre, a lo que Lía se molestó y dijo que sí quería podía irse. Lía tenía miedo, estaba entre emocionada y asustada por lo que iba a pasar. De ese día dependía de sí de verdad se concretaba su historia de amor o si todo se iba al diablo.
Mientras divagaba en sus pensamientos, algo la sacó de su estado retraído, fue ver llegar a Roberto manejando una Susuky sx4. Lo vio y siento esos nervios en el estómago que muchos llaman mariposas. Se quedó perpleja sin decir palabra, sin voltear a mirar hacia ningún lado, estaba derecha y sería hasta que sintió la presencia de alguien parado a su lado derecho.
¡Hola! -
Lía giró la cabeza y se encontró a un chico no muy alto, 1.65 aproximadamente, de contextura delgada, pero con unos cachetes prominentes y una pequeña pancita que asomaba en su camiseta color turquesa.
Hola - respondió Lía.
Así comenzó una platica que habrá tomado aproximadamente una hora en el parque. Luego al no saber que hacer, fueron a casa de Roberto para jugar videojuegos. Se hablaban como buenos amigos, ninguno de los dos hizo mención de aquello que se habían prometido en los chats, no existía el "Rob", no existía la "preciosa", es más ni siquiera se llamaron por sus nombres, las conversaciones que tenían eran terriblemente impersonales. Al terminar los juegos, se despidieron de lo más cordial, acordando que seguirían comunicándose mediante los chats.
Lía estaba contenta, pero había algo que la hacía dudar de lo que pasaría luego. Roberto sólo había sido amable pero no había dado a entender ni mostró un poquito de interés que la hiciera saber que eso iba a algo más que una "amistad".
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Virgos
RomanceBajo un cielo gris, Lía Harris intentará encontrar una oportunidad de conocer el amor en su más pura expresión, del cual hoy casi todos se han olvidado y que se parece manifestar tan solo por la atracción física dirigida a lo sexual. ¿Lía conseguirá...