Lía y Octavio volvieron a subir al Metro, irían primero a casa de este, a dejar sus cosas para luego ver hacia dónde ir.
Ella lo observaba sigilosamente pues era lo que solía hacer siempre, era poca de hablar, pero aún así, respondía las conversaciones de él, quien parecía ser tal cual ella lo había imaginado, tan alegre, tan admirable, tan inteligente, tan noble, tan tierno...
Llegaron a casa de Octavio y Lía pudo conocer a su pequeña minina, Lía amaba los gatos pero no gustaba de tenerlos cerca, respetaba el espacio que los pequeños animales debiesen tener. Ella se encontraba asustada porque no sabía a dónde irían, él parecía tranquilo y sonriente, eso la confundía, ella esperaba que saliese huyendo, ese no era su miedo, pues eso era algo que frecuentemente hacían.
Ella no tenía a dónde ir, así que simplemente dejó que Octavio decidiera que hacer. Compraron una botella de whyski y según lo que ella entendió irían a una discoteca, ante lo cual no mostró inconformidad.
Mientras caminaban, ella tenía la mente obnubilada, estaba simplemente dejando que las cosas pasen, sin embargo, a pesar de ello, no dejó de sorprenderse cuando Octavio le dijo que ya habían llegado, y en lugar de ver una discoteca, se encontraban ya dentro de un hotel.
Tuvieron que esperar, pero aún a pesar de que tenía miedo, quiso pensar que probablemente ese era un buen lugar para conversar ¡vaya inocencia la de Lía!
Cuando ingresaron a la habitación, ella no sabía que hacer, se quitó el abrigo y se sentó en un pequeño mueble cerca del baño y lejos de los tantos espejos que habían en aquel lugar.
Él le pidió que se acercara, le dijo "Ven" a lo que ella no pudo resistir, al hacerlo, el volteó a quitarse el abrigo, y de pronto se volvió hacia ella y la besó. Lía sintió un enorme escalofrío por todo su cuerpo, ya la habían besado antes, pero casi siempre habían sido besos fríos y muertos, nada parecido a ese, que la sacó de sus 5 sentidos.
Cuando reaccionó se encontraba recostada en la cama, Octavio servía el whyski y se lo ofrecía, Lía no había tomado de aquello antes, así que lo tomó rápido porque a pesar de todo, estaba demasiado nerviosa.
El alcohol se le subió demasiado rápido y de ahí todos los recuerdos sólo traspasan por su memoria como un vago recuerdo muy dulce que ella como nunca había disfrutado. Esa fue su primera vez, la primera vez en la que estaba con un chico de esa manera, sentía su cuerpo liberado, feliz como últimamente no se había sentido, había olvidado todas sus penas, todos sus enredos mentales, sus males emocionales. Cuando despertó, se cambió de inmediato y se dispuso a contemplar a Octavio quien dormía plácidamente. Ella sonreía interiormente, lo quería, lo quería y demasiado y se sentía plena, dichosa y feliz.
Aquel día, al momento de despedirse él preguntó qué cuando volverían a verse, pregunta a la cual él mismo respondió "cuando tuviesen tiempo"
A lo cual ella asintió, la verdad ella no esperaba que él quisiera verla otra vez, eso la sorprendió y no supo qué decir, tan sólo responder un "Ajá". Realmente ella creía que eso no podría volver a pasar.
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Virgos
RomanceBajo un cielo gris, Lía Harris intentará encontrar una oportunidad de conocer el amor en su más pura expresión, del cual hoy casi todos se han olvidado y que se parece manifestar tan solo por la atracción física dirigida a lo sexual. ¿Lía conseguirá...