Primeras veces

4 0 0
                                    

Un 29 fue, un día que para Lía tenía un significado bastante funesto, un 29 se fue su coach favorito, un 29 se fue su abuelita...
A pesar de todo ello, ella se embarcó con miedo en la idea de que podría cambiar el sentido de los 29, dejando por fin de ser tan malos, así que tras darse una ducha, cogió la plancha de cabello que nunca antes había utilizado, tomó el maquillaje que después de mucho tiempo volvería a usar, se arregló como nunca pero sin que borrase lo que ella solía tener una mirada tierna, triste, noble, llena de incertidumbres, miedos y temores.
Por primera vez, también, Lía le mintió a su tía para conseguir el permiso de pasar toda la noche fuera de casa, supuestamente "en casa de una amiga". Todo esto hacía que Lía tuviese más miedo que nunca, más nervios que siempre, y aun a pesar de la calor, sintiera un frío terrible que la recorría por todo su cuerpo.
Tomó el metro con mucho miedo, sentía todas las miradas sobre ella, y se encontraba preocupada por sentirse demasiado pintada o cualquier cosa parecida. Aún así siguió, y cuando llegó a la estación en donde se encontraría con Octavio, su corazón no dejaba de dar brincos, saltos, quería esconderse, pero tampoco podía huir, pues ya había avisado en casa que no llegaría y no tenía a dónde ir.
Cuando salió de la estación, él ya se encontraba cerca, la llamó y ella sintió su corazón a mil por hora, nunca antes había oído su voz y le dio miedo. Se detuvo a comprar unos chicles mientras de paso se escondía de Octavio, a quien ya había visto pasar justo por frente de sus narices.
Entonces sucedió lo inevitable, él volteó hacia dónde estaba ella, sonrió y le dijo:
¡Ahí estás!

VirgosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora