Siguiente paso.

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La sala estaba sumida en un silencio algo incómodo.
-Si bueno... ¿Quien tiene hambre?- hablo el chileno provocando otro momento incómodamente gracioso.

La risa del mexicano lleno el lugar poco a poco, Rusia le siguió y los demás países se unieron rato después.
-Bueno, ya fuera de pedo, ¿Quieren algo de comer?- dijo México dándoles una sonrisa cálida, sus hermanos rápidamente dijeron que si.

Rusia se quedó con los demás.

-Muy bien, gil culiao, ¿Que planeas con el aweonado de México?- se le acercó Chile con una estaca de piedra bastante afilada.
-Digo lo mismo pelotudo de mierda, contesta.- Argentina se le unió a su hermano.

El eslavo solo los miraba con indiferencia, giro su cabeza para ver al mexicano hablar plácidamente con USA, sonrió.

-Si algún día le falto al respeto... Ustedes tienen todo el derecho de matarme...- la mirada que le daba a su hermano no presentaba ningún signo de perversión, en cambio, su amor era notable en todo sentido, sus hermanos suspiraron, tal vez no deberían desconfiar tanto de Rusia.

Uruguay, uno de los países más pequeños en cuanto a la edad, se acercó tímidamente al ruso.
-¿P-puedes darme un paseo con t-tus alas?-

[...]

La risa de México retumbó por toda la casa, USA sabía cómo levantarle el ánimo.

-Muye bien...- dijo calmando su risa.
-¿Qué pasó con Filipinas?- escuchó un suspiro por parte de su amigo cosa que lo alerto.

-Semanas después de que... Te fueras, me arme de valor y le dije...- siguió cortando limones para el menudo que estaban haciendo.
-¿Que te dijo?-

-Me dijo que era un ser despreciable, un cerdo sin gracia, no iba a pasar el resto de su vida con alguien que solo la quería por su cuerpo, que ella era mucho más que solo... Un montón de grasa andante...- sonrió con tristeza, él realmente nunca fue gordo, de hecho, su cuerpo estaba muy trabajado, pero... Ese insulto siempre estuvo detrás de él.

México simplemente sonrió con un tic en su ojo derecho.
-¿"Un montón de grasa andante"?- susurro entre dientes.
-Cuida el pinche menudo, tengo algo que hacer.- lanzó los cubiertos, se quitó su delantal y salió al patio trasero.

USA se quedó estático, no le tomo importancia, sabía que no haría nada... Esperen...

-¡Listo!- llego con una enorme sonrisa en su rostro, algo que hizo temer al inglés.
-¿Q-que hiciste?- se atrevió a preguntar.

-¿Recuerdas la vez que comió fresas y le salió un asqueroso sarpullido?- mierda.
-Pues puede que su cuerpo este ahora lleno de esa planta.- siguió preparando su platillo.

Después de un incómodo silencio por parte de ambos, USA hablo.
-Me gusta Perú.- el agua que México estaba tomando fue escupida a la pared, no se esperaba esa noticia.

-¿Neta?-

-Si...-

-Yo te lo consigo wey.-

-Ah, espera, corrección, estoy saliendo do con tu hermano.- la cara de México era un arte digno de apreciar, su corazón latía con fuerza, pues ahora, su mejor amigo tenía una pareja.
-¡Me alegro por ustedes pendejos!- lo abrazó.

En tanto Rusia y los demás, hacían turnos para volver con él en el aire.














El camino era lodoso y el aire daba en su cara firmemente, sabía que no había nada a la redonda.
-¿Listos?- pregunto Azteca llegando a la cabaña donde un país vivía.
-Entremos...-

China tiro su café al notar quienes habían entregado a su hogar, más no pudo siquiera gritar, pues sus sentidos fueron nublados.

-Sigamos con el siguiente paso...- dijo Nazi, absorbiendo el alma del chino.

Debajo del Mar <<RusMex>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora