Debajo del Mar <<RusMex>>

Lucha

Observó cómo su familia estaba paralizada por el gran monstruo que amenazaba con matarlos.

Sin pensarlo mucho, se lanzó hacia ellos y de su espalda, dos pares de alas blancas emergieron, y ante tal adrenalina, el dolor no fue problema.

Sus ojos dieron paso a unas pupilas de color dorado mientras que sus manos se llenaban de esta energía.

Junto ambas manos y de sus costados, dos troncos de un grosor inmenso aparecieron para después atacar a ese ser.

—¡Papá!— gritó llegando al lado de quién lo cuido, tomo las cadenas que lo mantenían preso y con un poco de fuerza, las destruyó.
—T-tienen que irse... Este lugar no es seguro para ustedes...— fue con los demás countrys y los liberó.

—N-no hijo, tu tienes que irte, esa cosa viene por ti, te matará.— tomo su rostro joven entre sus ásperas manos apretó su agarre y comenzó a llorar de impotencia.

No podía hacer nada por su hijo...

—¿Q-que sucede?— el mexicano pregunta con temor a la respuesta, sabía que era algo malo.
—Moriras tío, si no te vas tú...— lloró con fuerza abrazando a su hijo.

—Prefiero morir yo primero, la familia siempre será mi mayor tesoro...— el latino lo abrazó, sin darse cuenta que aquel animal estaba a punto de atacarlo.

<<La Vida y...>>

Observó todo en cámara lenta, su cuerpo girándose para proteger a su padre, aquel demonio listo para dar a mordida, sus hermanos y la familia de USA gritando su nombre...

<<La Muerte encontrarán a su peor enemigo...>>

También como un masa de color negro atravesó la pata de aquel animal y como todo árbol y planta se marchita a instantáneamente, un gemido de dolor salió de la garganta de ese gran ser.

Se volteó para ver quién lo había salvado, sonrió dulcemente hacia el country, quien solo se encaminó hacia el.

—Ya extrañaba pelear juntos...—la fuerte mano del país rodeó la cintura de México, quien solo lo miro.
—Rusia...— su familia se puso detrás de ellos, preguntándose qué era lo que pasaba.

Los recuerdos llegaron a su mente, no le dio importancia eso, ya preguntaría después de vencer a esa cosa.

—Ire yo primero...— con sus alas, emprendió vuelo hacia la isla andante.

España seguía derramando lágrimas sin parar.

—Lo siento España...— susurro Rusia tomando el hombro del español.
—Intente protegerlo pero... Fallé... De verdad lo lamento...— la tristeza se notaba en el tono de voz que usaba, se separó de ellos y con sus majestuosas alas se alzó en el aire para seguir a su compañero de luchas.

Si, solo compañero... No eran nada más que eso aunque quisieran ser algo más.

—T-tiene poderes...— con asombro, Panamá hizo acto de presencia, los demás countrys comenzaron a hablar entre ellos, hasta que Honduras decidió hablar.

—Su poder es la vida.... Desde hace mucho, durante el tiempo en el que España todavía no venía, el hijo del Imperio Ruso, URRS vino algunas veces aquí para ver si su tierra era fértil...— todos guardaron silencio.

—Y, por obvias razones, lo era, sin embargo, aquel país en ese entonces era mucho más joven que el y... Decidió traer a su hijo heredero... Rusia...— rasco su cabeza con nerviosismo, está historia no estaba en ningún registro, pues era privado.

—Los poderes de su hijo estaban en perfecto control pero... Un día que estaba aquí, alguien lo hizo enojar provocando que su poder, La Muerte, atacara sin cesar a personas inocentes... Hasta que México llego, fue la primera vez en que ambos se conocieron....— España interrumpió.

—Cuando llegue a conquistar, Imperio Azteca protegió lo más que pudo, sabía que sus poderes eran venerados por muchos...— suspiro.
—Antes de morir... Le dio una maldición a su propio hijo, jurando que una lanza atravesaría su corazón...— miró a todos los presentes y le dio señas para salir de ahí.

—Rusia y yo hicimos una promesa, él le borro aquel recuerdo y el mío para intentar salvarlo de cualquier manera pero... Fallamos...—

—¡Allá va wey!— escucharon, a lo lejos, México yacía con dos espadas en sus manos y del suelo emergían plantas con espinas en ellas.

Sentía su respiración pesada, hace mucho que no peleaba, los ojos eran su punto débil es por eso que procuraban atacar ahí.

Rusia creo varias lanzas con aquella masa negra y atacado el lomo de piedra, el cual era solo una armadura, logro traspasarla dando en su verdadera carne.

Un rugido de dolor salió de sus labios, era obvio que le dolió.

México observó cómo se abalanzaba sobre él, lo más rápido que pudo, voló en picada evitando cualquier ataque mágico de la isla viviente.
Logro pasar por debajo de él, notando qué, su pecho y estómago, no tenían ninguna protección.

—¡Rusia!— exclamó el tricolor, el eslavo llego a su lado y México le contó lo que había descubierto.

En menos de lo que canta un gallo, tenían un plan.

De la tierra, grandes ramas de madera aparecieron con algunas hojas, era una planta venenosa, se colocó frente al demonio y comenzó a atacarlo, el animal no se quedó detrás, puesto que de su boca, un fuego de color verde se hizo presente, le lanzó aquel ataque y por desgracia, le dio en una de sus alas, quemando la casi hasta el hueso.

—¡¡Verga!! ¡¡RUSIA!! ¡¡TE TOCA CHINGUE SU MADRE!!— del suelo, grandes estacas de la masa negra que el ruso poseía dieron presencia, atacando punto estratégicos al gran animal, hasta que, uno de ellos, logro dar en su corazón.

Un gran rugido definir fue lo último que se escuchó para después, todos los presentes miraron como el gran ser caía al suelo provocando un temblor pequeño.

Rusia tomo con suavidad el cuerpo del latino, cuidando de no lastimar su ala.
—¿Te duele mucho?— pregunto con preocupación.
—N-no... Está bien, un poco, sí.— abrazo su cuello para no caerse mientras que Rusia se alzaba en vuelo.

Llegaron con los demás países colocó a México en el suelo, apoyándose de él, obviamente.

—¡¡México!!— gritó España al notar como Azteca aparecía con su lanza en mano.