Debajo del Mar <<RusMex>>

Ejército débil.

Rusia mantenía su postura firme ante su enemigo, estaba teniendo numerosas bajas y esos demonios no parecían dejar de aparecer, tenía que pensar en algo y rápido.

Su pareja luchaba contra Reich de manera salvaje, escuchando los golpes secos, cada uno con hematomas en diferentes partes de su cuerpo.

El latino invocó a su espada y contraatacó el golpe del Nazi, provocando una gran incisión en su brazo derecho.
—¡Mierda!— exclamó el contrario retrocediendo varios pasos.

La sangre caía, era una herida profunda, el portal que en el suelo se encontraba, comenzó a cerrarse un poco, pero luego se recompuso.

—Chicos escuchen...— el tricolor con escudo de águila presionó un poco su oído derecho, hablando en voz baja.
—Rusia, manda a tus guerreros hacia URSS y Azteca, Reich es mío, ataquen  su cuerpo, hagan que pierdan el control de su portal...— tanto el ruso como la nipona asintieron ante su plan.

El México de otro universo se alzó en el aire y salió del agua, recorriendo el lugar boscoso que los rodeaba.
—Joder...— tocó su pecho, su respiración cada vez era más dificultosa.
—¿Qué mierda es esto?— se detuvo después de un momento, sacudió su cabeza y siguió con el plan.

Mientras tanto, Rusia seguía en la batalla contra su padre, cada uno daba golpes bastante fuertes, pero ninguno lograba acertar.

—¡Yo te críe!— con su brazo izquierdo, un gran brillo de rojo carmesí, lanzándolo hacia su hijo, quien soltó un gruñido cruzando sus brazos, esto creó un escudo de obsidiana, soportando la energía.
—¡Eso es una mentira!— con un brazo, sostuvo objeto de obsidiana y con la contraria invocó una espada de material oscuro, partió en dos esa infernal energía carmesí, dando un salto hasta llegar en frente de URSS.

—Solo me trataste como un arma.— le dio un fuerte golpe en la cara, esto provocó que el portal se cerrara de golpe, URSS era quien más poder ponía en ese hechizo.
—Y eso es lo que recibirás.— sus ojos se volvieron carmesíes y de manera lenta camino hasta su contendiente.

—Tu ya estás muerto...— dijo lo bastante fuerte como para que los escuchara desde donde estaba, su voz grave resonó en los tímpanos del soviético.
—Por eso no me pesará matarte...—su rostro se cubrió de negro, notandose solo los puntos rojos que sobresalían por la oscuridad.

Su cuerpo comenzó a brillar de ese mismo color, llamando la atención de los demonios, estos se guiaban por el poder mágico.
—Pero puedes esperar, no eres un problema tan grande sin tus amigos.— la nipona atravesó el cuerpo de Azteca con su espada.

México por su lado, lo dejo en un grave estado, ya que existía el tumor de que no podía matar.

—¡Ahora!— Japón gritó, dando la orden de proseguir con el plan.

Rusia asintió y junto con el latino salieron del mar, siendo perseguido por esas cosas, se veía una gran masa oscura que poco a poco a se fue juntando hasta crear un rostro, su boca estaba abierta listo para comerse al ruso.

—¡Amor!— Rusia volvió a gritar, su pareja paso a su lado y junto sus manos, estas comenzaron a brillar de un blanco puro.

Pues algo que está muerto no puede volver a morir, pero si le das vida...

Su destino tal vez cambie...

—¡Uni!— volvió a gritar, de los árboles, el México del otro universo salió junto con varias hadas en su forma real, estas lanzaron energía hacia aquella figura, escuchando un terrorífico gritó de agonía.

Los hombres hada atravesaron con sus lanzas el cuerpo de esa masa de manera constante.

Rusia creo miles de lanzas, las hadas se retiraron y el eslavo lo miro con una sonrisa.
—Estas muerto cabrón.— lo atravesó por completo.