Narra Lucy
-¿Qué poder crees que tenga?-observé a James y no pude retener una enorme sonrisa ante la pregunta que me hizo.
Desde la tarde, poco después de que diera a luz, no podía evitar sonreír y James, por su parte, no dejaba de prestarnos atención a ambos. No se le veía preocupado ni asustado, de hecho, se le veía demasiado calmado, pero eso sí, cada uno de sus movimientos los realizaba con sumo cuidado y atención.
Eran cerca de las 2 de la madrugada, pero ninguno de los dos conseguíamos conciliar el sueño porque nos encontrábamos demasiado entretenidos observando los muy pocos movimientos que nuestro bebé hacía en tiempos que no nos esperábamos, así que por esa razón no lo perdíamos de vista.
No sabíamos en qué momento iba a hacer algún movimiento enternecedor que nos hiciera sonreír o que provocara que ambos volteáramos a vernos para compartir nuestra emoción
-Creo que tiene el tuyo-respondí en un susurro y no pude evitar estrujar con cuidado la mejilla de la nueva personita que me hacía sentir que estaba flotando en una nube esponjosa con un muy agradable olor a talco de bebé. En esos momentos tampoco me estaba importando el cansancio que permanecía en mi cuerpo porque después de que el resto de la placenta saliera por completo de mi cuerpo, gracias a la intervención de James, me quedé dormida durante el tiempo suficiente que me hizo recobrar fuerzas.
Durante mi pequeño descanso, ni si quiera fui consciente del momento en que James me acomodó sobre la cama de mi habitación y colocó a nuestro bebé sobre mi pecho para que él mismo buscara mi pezón y extrajera su primer alimento
-¿Por qué lo crees?-James me interrogó sin apartar su mirada de nuestro bebé
-Porque eso es lo que sentía durante mi embarazo-sonreí-Leí que en algunos embarazos se presenta el bochorno, pero yo lo sentía diferente-una pequeña risa se me escapó-Era como si su propia temperatura corporal se elevara y a mí no me afectara en absoluto-
-De cualquier manera, no podemos adelantarnos hasta ver la primera presencia de poderes, tal vez un día encontremos incinerada su propia cama u otro día puede que nos lo topemos transformado en algo extraño-se rió sin abrir su boca y regocijándose sobre la cama por la emoción
-¿Sabes? Espero que tenga tu poder-mordí mi labio inferior y escuché el muy leve balbuceo que creó. James y yo sonreímos al mismo tiempo por lo enternecedor que se había escuchado, pero después James retomó nuestra plática
-No te preocupes Lucy, sea cual sea el poder que tenga, te prometo que lo voy a cuidar con todas mis fuerzas-lo observé-También voy a cuidarte a ti-me sonrió con tanta dulzura que mis ojos se vieron atacados por las lágrimas que querían salir, pero lo retuve un poco más
-De verdad... me preocuparía demasiado si llega a heredar mi poder-negué varias veces por lo mucho que me estaba costando decir las palabras correctas.
Estuve a nada de sentir un nudo en mi garganta y de bloquearme, pero un simple movimiento a mi lado consiguió que le prestara atención a la pequeña personita que parecía estar teniendo un sueño agitado.
Al fin y al cabo, esa era su primera noche
-Lucy-James me llamó y le presté atención-Te lo prometo-tomó mi mano-Prometo que voy a cuidarte-sonrió y me dio un apretón. El rostro que me dirigía en esos momentos consiguió conmoverme-También lo voy a proteger a él-su mirada se posó en nuestro bebé-Tú te has convertido en un cimiento muy importante para mí y ahora, él es una muy buena razón para no permitir que todo lo que hemos conseguido nos sea arrebatado tan fácilmente-dio otro apretón y tuve que dar una profunda exhalación para mantener al margen las lágrimas que amenazaban con regresar, pero mucho más indestructibles-Te lo prometo-reafirmó.

ESTÁS LEYENDO
Fugitivos II: ¿Una razón para vivir?
خيال علميEl pasado siempre toca a la puerta de quienes desean ignorarlo y de quienes no lo conocen. -¿Se encuentra Sean?- -¿Quién lo busca?- -Entrégale esto, él sabrá quién soy- Nadie se lo esperaba, ni siquiera Sean que muchas veces llevaba más de 10 pasos...