Capítulo 4

3.2K 301 22
                                    

Cuando entró, todos me observan y murmuran, esto se siente realmente asfixiante, camino rápido por los pasillos con Kate siguiendome los talones, cuando llego a mi aula, esta vacía lo que me da tiempo de relajarme un poco, me siento en mi lugar y me tapó la cara con las manos.

_¿Como estas Ana? _ me pregunta Kate al verme tan callada.

_Esto es horrible...yo creí que nadie sabría de esto.

_Pues ahora todo el mundo lo sabe, lamento todo esto...

_No, no es tu culpa...

_Hola querida Ana_ la voz de Victoria interrumpe la conversación, ella me sonríe como si fuera amable, pero es imposible ella nunca me había mirado siquiera_ he escuchado los rumores ¿es cierto?

_No quisiera hablar de eso...

_Debe ser mentira, yo no puedo creer que Christian regresará solo por ti, basta con mirarte para saber que eres muy poca cosa para él...

_Callate ya estúpida_ le habla Kate enojada_ lo que pasa es que le tienes envidia.

_Que no me has escuchado_ le contesta Victoria_ es muy poca cosa, como podría tenerle envidia_ comienza a reírse, Kate hace el intento de acercarse a ella pero la detengo.

_Basta Kate_ murmuró mirando a Victoria, de pronto todos comienzan a llegar y nos miran atentos, esperando posiblemente una pelea, que no será.
Kate y yo los ignoramos y nos sentamos hasta atrás para poder hablar.

_Tengo unas ganas inmensas de partirle la cara, siempre nos ha querido humillar_ me dice cuando ya estamos sentadas, yo me quedo callada al ver entrar a Leila, ella me mira fijamente, puedo ver en su rostro su furia hacia mi, me quedo ahí mirándole pidiéndole con la mirada perdón, ella se acerca lentamente a mi hasta quedar a unos centímetros, todo el salón quedó en silencio.

_Querida Ana..._ dice lentamente_ solo quiero que sepas que no tengo nada contra ti por haberme arrebatado lo que más quería en esta vida _ sus ojos comenzaron a ponerse rojos y las lágrimas comenzaban a asomarse, un nudo se formó en mi garganta.

_Leila, puedes estar segura de que yo no estaré con él...no vamos a hacer todo este escándalo por un hombre con el cual nunca he hablado. No vale la pena que dejamos de ser amigas por esto_ me levanto para intentar abrazarla pero ella solo me da una cachetada.

_No me toques_ sin decir más se va lejos de mi, yo me quedo estática en mi lugar, avergonzada, dolida y sobre todo enojada con él, Kate me toma del brazo y hace que me vuelva a sentar, en eso llega nuestro profesor y todos dejan de prestarme atención.

_Odio a Christian Grey_ murmuró.

Mi día en la universidad es una pesadilla, simplemente quería irme a mi habitación y que nadie me viera, había pasado de ser la chica invisible a ser la más envidiada y odiada. Kate trato de hacer como que no pasaba nada, pero era imposible cuando todos pasaban por mi lado murmurando cosas sobre mi.
Finalmente terminaron mis clases, la tortura por hoy había terminado.

_¿Quieres que te compañe? _ me pregunta Kate, sabe que estoy afectada.

_No, prefiero caminar sola, nos vemos después.

_Esta bien amiga, me mandas mensaje por cualquier cosa_ me dice preocupada por mi, nos despedimos y emprendo mi camino hacia la biblioteca, aunque el día de hoy no sienta tantas ganas de trabajar, me da pena dejar a la señora Benson sola con todo el trabajo. Camino tan absorta en en mis pensamientos que no me doy cuenta que alguien camina de lado mío, hasta que pronuncian mi nombre.

_¿Estas bien Ana? _ me pregunta Paul_ no quiero ser indiscreto pero vi todo lo que paso en el aula y te he notado cabizbaja.

_Estoy bien, gracias por preocuparte Paul _ le respondo con una sonrisa, pero realmente no tengo ganas de hablar así que decido despedirme para empezar a caminar más rápido_ quisiera seguir hablando pero debo irme _ me doy la media vuelta pero siento como toma mi brazo con fuerza.

_Ayer no pudimos hablar, esperaba que hoy si lo hiciéramos...con todo lo que he escuchado creo que ha llegado el momento de contarte...mi secreto.

_Lo siento, pero no puedo hablar llevo prisa_ digo intentando safar mi brazo, pero él no me suelta.

_Por dios Ana, tomate cinco minutos _ me acerca más a él y toma mi mejilla_ eres tan hermosa, yo me quedo estática sin saber que hacer, de pronto una voz gruesa se escucha tras de mí.

_Puedes hacer el favor de soltar a la señorita_ Paul mira impactado al hombre y relaja su agarre.

_Está bien amigo, nos conocemos, no le estoy haciendo nada.

_No creo que ella opine lo mismo, se ve muy incomoda_ me giro para mirar al hombre y me sorprendo al ver que es el mismo que nos interrumpió en la biblioteca_ ¿señorita quiere que le aleje a este tipo?

_Esta bien, gracias, yo solo necesito ir a trabajar_ aprovecho para alejarme de Paul, ya que no tengo ganas de seguir escuchándolo_ Adiós Paul.

_Iré a buscarte después del trabajo_  con desgana le sonrió ¿acaso no entiende que no deseo ver a nadie? Sigo caminando hasta que llego a la biblioteca. Realmente me ayudo demasiado tener mi mente ocupada en el trabajo y en un momento del día comencé un libro, todo eso hizo que olvidara lo que había pasado el día de hoy, finalmente terminé mi jornada, tenía mucha ganas de hablar con Gail, ella siempre me aconsejaba. Al salir del local vi que había una camioneta pero no le presto atención hasta que sale el hombre misterioso que me había defendido en la tarde de Paul, comenzaba a asustarme.

_Señorita que gusto verla otra vez_ me dijo amablemente, pero mi cuerpo tembló de miedo ¿que querrá?

_Igualmente señor_ conteste aunque me sentí incomoda.

_Se preguntara que hago aquí a esta hora, pero escuche que aquel chico la buscaría después del trabajo y no dude en venir para ayudarla, se notaba muy incomoda...

_Le agradezco pero creo que se esta tomando mucha confianza ¿no cree?  ni siquiera se su nombre...

_No es mi intención asustarla y no crea que voy hacerle daño, me matarían si algo le pasara_ cuando escucho lo último mi cuerpo se paraliza ¿de que habla?

_Debo irme a casa..._ respondo asustada, retomando mi camino para alejarme de él.

_Me temo que hoy seré su chófer_ me quedo impactada al escuchar sus palabras, este hombre suena amable pero su apariencia no lo es tanto.

_No se moleste, puedo irme sola, estaré bien_ decido caminar sin esperar que me conteste cuando escucho otra voz.

_Anastasia, no desconfíes de mi amigo, él no te hará nada, además no tienes opción vas a subirte al auto ahora_ me giro de inmediato para discutir con quién sea que me haya dicho eso pero al verlo me quedo sin palabras. ¡Es Christian!
Me quedo mirándolo unos segundos, se ve tan guapo pero no puedo creer todo lo que dice, no puedo creer que este ahí hablándome, mirándome con una ligera sonrisa, no recordaba lo hermoso que era, cierro los ojos enojada conmigo misma por mi reacción hacia él.

_Mire señor Grey_ me sorprendo al escuchar que mi voz suena firme, cuando tengo los nervios de punta_ no se por qué se atreve a hablarme de esa forma, si es la primera vez que hablo con usted, no lo conozco por lo tanto no subire a su camioneta.

_Eso lo podemos solucionar hablando en la camioneta, dime ¿te gustaron las rosas?

_Sobre eso...realmente no, no me interesaba en absoluto conservarlas así que las tire a la basura_ Christian comenzó a reírse junto con su amigo, quien dijo:

_Vaya que me he sorprendido con tu mujer, parecía más tímida pero tiene carácter_ mi cara se pone roja al escuchar las palabras "tu mujer".

_¡Pueden dejar de reírse los dos! Me voy Christian y no te me vuelvas a acercar_ él se detiene y me mira serio, me giro demasiado enojada, ¿que se cree?

_Entonces caminaré junto contigo, perdón por reirme.

_Oh, por favor, no es necesario estoy bien, tomaré un taxi...

_No confío en Paul, así que no dejaré que se acerque a ti y no tomaras un taxi_ sigo caminando tratando de ignorarlo, mientras su amigo nos sigue en la camioneta.
Yo estoy apunto de explotar de la ira, pero preferí no decir nada más, por el bien de los dos y para mi mala suerte ni un solo taxi había. Podía sentir su presencia tras de mi y aunque estaba enojada mi corazón palpitaba de emoción.

¿Como ven al señor acosador? Jajaja espero les guste.

Tu amor es mi destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora